Un villano en Navidad

Epílogo

¿Quién dijo que los villanos no podrían ser felices en navidad?

Noel

 

Retiro el exceso de polvo acumulado en las cajas y bolsas negras, no me había atrevido a tocar sus cosas, pero esta navidad es diferente, debo buscar la estrella que va en la punta del árbol. Siento sus manos darme pequeñas palmaditas de apoyo. Deposita un beso en mi frente y me anima a continuar buscando. Será su cuarta navidad junto a nosotros, es necesario que este año mi pequeña Isabela continúe trazando la alegría de mi hogar como su abuela lo hacía.

 

—Saquémoslo todo, así decoramos el árbol con los adornos de tu madre, son muchísimos, de alguna manera la tendremos a nuestro lado. —Asiento lleno de dicha. Saco caja tras caja con su ayuda, Isa comienza a buscar, Melanie la cuida que no se lastime mientras me dedico a ver mi mundo entero en esas dos mujeres que alegran mis días.

 

—Ven papito —Me toma de la mano. Le ayudo con las luces navideñas, mientras ellas dejan las bambalinas coloridas en el árbol, Isabela deja un par de ángeles, unas golondrinas, Melanie me abraza y nos quedamos prendados de nuestra hija adornando el árbol navideño. —Es hermosa, se parece a su abuela. —Mel entrelaza sus dedos con los míos, no puedo pedir más, sería ambición, agradezco día tras día de la hermosa familia que forme.

 

—Papá —Isabela me señala donde quiere que deje la bambalina dorada. No la tomé, hice lo contrarío, la cargo entre mis brazos.

 

—Déjala donde desees amor —La deja en lo más alto, Mel le entrega una más, rodeo el árbol con ella en mis brazos.

 

—Faltan estas —Melanie me entrega una bambalina especial, es de color rojo con letras doradas. Tiene una hermosa frase inscripta en ella; «Familia, donde el amor comienza, pero jamás termina» —Lo leo en voz alta, Isabela llama a su madre y los tres la colocamos. Nos entrega una verde con las letras rojas, «Villano, un hombre con el corazón frío, que se convirtió en Noel por amor» —Mis ojos se vuelven acuosos. —«Isabela, el espíritu de la navidad que nos unió» —No dude en abrazarla, qué regalo tan hermoso.

 

—Gracias amor de mi vida. —Agradecí en un susurro. Nos alejamos para nuestro árbol.

 

—¡Quedo perfecto! —Dije seguro, lleno de orgullo por mi pequeño angelito.

 

—Falta la estrella de la abuela papá. —Melanie nos las entrega. Me acerco a pasos lentos, con la mirada acuosa y las manos temblorosas. Este momento es sumamente conmovedor e importante.

 

Aclaro mi garganta para hablar. —Es tu turno de ser la estrella que nos guíe —La alzo, tan alto como puedo, para que mi niña coloque la estrella de su abuela en la punta del árbol. Mel aplaude, dejo en sus brazos a nuestra hija para encender las luces. Los gritos de felicidad de ambas llenan mi alma.

Me uno a ellas y qué hermoso nos quedó, sin duda este será un hermoso recuerdo familiar. —¡Papá, mira lo que conseguí! —Me entrega un sobre y al ver la perfecta caligrafía que caracterizaba a mi madre, mi piel se estremece, la abro con miedo.

» Si encontraste esta carta, es porque volviste a ser ese hombre alegre, bondadoso y gentil que siempre fuiste, mi partida fue prematura, pero te aseguro que me encontraré a tu lado siempre, seré la brisa que acaricia tus mejillas, seré la hoja del árbol que cae a tu lado, seré cada luz encendida en tu árbol de navidad, seré la estrella que más alumbra en el cielo, para iluminar tu camino, te acompañaré en el mar, seré las olas que se rompen contra la arena. Te acompañaré siempre mi hermoso Noel.

Mi pequeño duendecillo travieso y obstinado, te amo y espero que seas feliz, que disfrutes de lo más lindo que tenemos, ¡La vida! La cual debe estar llena de bondad por los otros, sentir la satisfacción de poder ayudar sin mirar a quien. Recuerda que el regalo más bonito es sonreír. Nunca borres tu hermosa sonrisa de tu rostro.

Deseo que desde hoy tus navidades sean inolvidables. Te amo duendecillo, perdóname por no darte más años de mi vida, aunque, me fui antes, quiero que sepas que a tu lado jamás sentí dolor, porque fuiste la cura de mi enfermedad.

 

Limpio mis mejillas, mi hija se cuela debajo de mis brazos y posa sus mejillas en mi pecho, Melanie me abraza, soy afortunado, ese pequeño vacío que quedaba, hoy se llena por completo, en este instante me doy cuenta de que la navidad jamás había sido tan perfecta, desde que nació nuestra hija todo había sido hermoso, pero tenerla a ellas dos a mi lado y leer la carta de mi madre es simplemente una bendición de la navidad.

Me aferro a mis dos amores. Melanie lleva mi palma a su vientre. —Seremos cuatro —Sonrio, un regalo más, seré padre por segunda vez. Aunque pensé que esta época solamente era comercial, donde las asociaciones benéficas se aprovechan de los otros, no es así, la navidad tiene un significado más profundo, especial y familiar, diciembre es un mes donde nos olvidamos de todos los días malos, es un reinicio de energía, donde la familia se une para recibir los regalos más importantes, esos regalos que no se compran con dinero como, por ejemplo; el amor mutuo, el perdón, la amistad, la gentileza, la bondad y el respeto.



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En el texto hay: humor, navidad, jefe

Editado: 04.01.2023

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