Otro día más, si hay algo que no me gusta es levantarme temprano, pero tengo que terminar la escuela, pero no me mal interpreten, estoy totalmente agradecido de poder estudiar.
Entro a la escuela y me dirijo a mi casillero, pero unos sollozos hacen que pare, vuelvo para ver que pasa y veo a Kendall molestando a un chico, si mal no recuerdo se llama Constantino. Me cansa que Kendall moleste a todos con los que no esta de acuerdo.
Decido intervenir para que deje al chico en paz, me choca que diga que Dios aborrece a los gays, no es cierto y él lo sabe, nosotros íbamos a la misma iglesia no puedo creer que diga eso, gracias a Dios, se va con sus amigos.
Me giro y veo que Constantino esta cabizbajo, miro alrededor y todos me miran raro, me incomoda, lo siento chico pero no me gusta que me vean así, mejor me voy.
Sigo mi camino y veo a Francesca, se que no le gusta hablar conmigo por que no me puede mentir, pero decido hablarle igual, quiero ayudarla a como de lugar.
Ya paso todo un día de clases, ya me voy a casa ¡Por fin! Hoy es viernes y tengo reunión de jóvenes.
Quiero ayudar a muchos jóvenes y se que siendo uno de 18 años voy a poder estar mas con ellos.
Voy caminando para casa, estoy juntando plata para un auto pero todavía me falta, para llegar hasta mi barrio tengo que pasar por uno que no es muy lindo que digamos, y si chicos, soy muy pero muy paranoico… Miro para todos lados pero no me sirve de mucho por que me choco con dos personas, ¿no podía ser una sola? No, tenían que ser dos.