Una Asesina Dentro De Ella

Capítulo 2

Caro

  Llegamos a las 17:00 y decidimos quedarnos en el hotel en el que nos hospedabamos hasta el día siguiente mientras que nos entreteníamos viendo tele hasta la hora de dormir, nada interesante.

  Al día siguiente, salimos a las calles de Irlanda. Nos dirigimos a la casa de el abuelo Tom. Cuando llegamos, nos atiende un chico pelirrojo, y de ojos verdes, más o menos de 18 años.

  - Hola, buenos dias, soy Luke Mayerwood -dice mi abuelo mientras estrecha su mano con la mano del chico- y estoy buscando a Tom Anderson.

  - Hola me llamo Matthew Anderson, soy su nieto, ¿no se enteraron de lo que pasó con Tom? -se presenta el tal Matthew.

  - No, ¿que pasó?

  - El ... murió en medio de un tiroteo -agacha la cabeza.

  - ¿Que? ¿Es en serio?

  -Si, perdón -se apena Matthew- pero puedo llevarlos con mi papá, mi abuelo le enseñó todo.

  Miro a mi abuelo, Jason, mis padres y finalmente a Matthew- Dame tu numero- le digo y le entrego un bolígrafo y un papel- te hablo cuando pueda.

   Lo anota y me da el papel- Tomá, nos vemos después...

  - Caroline, me llamo Caroline.

  - Ok, nos vemos después Caro.

 Volvemos al hotel y le explicamos todo a mi abuela y a Mary.

 Mis papas tratan de calmar a mi abuelo mientras que Jason, Mary y yo nos consolamos.

 Como yo soy la que mejor cocina, hago la cena para todos los que quieran comer.

(***)

  Y bueno, ahora mismo me encuentro revolviendo sin mucho entusiasmo mi preciado cereal, soy la única despierta a las 8am un domingo.

  Levanto la mirada y la fijo en un jarrón que está a unos metros. Empiezo a pensar en el jarrón rompiéndose, con toda la fuerza posible, pero...nada. No pasa nada. ¿Por qué no pasa nada? Sigo y sigo tratando durante un buen rato pero nada. 

  Jason se sienta a mi lado y agarra mi bowl con cereales para meterle un cucharazo y llevárselo a la boca, al instante pone una mueca de asco.

  - Ewwg, están blandos.

  - Por chorro te pasa.

  Me concentro de nuevo en el jarrón y vuelvo a tratar pero...

  - Maldita sea -mascullo y me cruzo de brazos, frustrada.

  - ¿Qué tratás de hacer? 

  - Quiero romper ese maldito jarrón.

  - ¿Mentalmente?

  - Sí -lo miro- ¿vos podés?

  Su expresión se torna algo preocupada y escucho su corazón latir frenéticamente ¿qué le pasa?

  - Nah, si vos no pudiste, yo menos.

  Me encojo de hombros y fijo mi vista en un punto fijo no específico. Levanto mi mano y creo sobre ella una perfecta esfera en la que conviven el agua y el fuego, la elevo y finalmente aprieto mi puño, deshaciéndola. Miro a Jason y noto que está mirando embobado mi mano. Chasqueo los dedos frente a él, sacándolo de su país de las maravillas.

  - ¿Qué pasó? -pregunto.

  - Nada.

  En ese momento, entra papá y después de saludarnos, hace el desayuno para todos.

  Cuando terminamos, mi mamá se me acerca.

  - ¿Vos le pediste el número a ese chico, Matthew, cierto? -pregunta, y asiento-. Hablale, porfa.

  Me voy a mi habitación mientras saco mi teléfono, cuando llego, cierro mi puerta y me tiro sobre la cama.

  Caroline: Hola, Matthew
                      Soy Caroline, te acordás de mí?
                      Nos vimos ayer

  Matthew Anderson: Hola, Caro, sisi
                                              Qué pasó

  Caroline: Ehhh
                       Cuándo podríamos ir con tu papá?
                       Como dijiste que tu abuelo le transfirió todos sus conocimientos...

  Matthew Anderson: Mhm
                                              Puede ser mañana?
                                              Porque hoy ni mi papá ni mi hermano, que son los que más saben, están en mi casa

  Caroline: Dale, mañana nos vemos

  Apago mi teléfono y mi puerta se abre de golpe, dejando ver a un Jason mirándome con los puños apretados y cara de cabreado. Carajo, ¿qué hice ahora? Me preparo para salir corriendo cuando él me sonríe y se tira a mi lado.

  - Te asustaste, ¿eh? -dice.

  - Vas preso por casi matarme de un infarto -replico con expresión neutra.

  - Ya, tu sarcasmo me ahoga -y se abanica con una mano.

  - Vas a morir asfixiado entonces.

  - Bueno, ¿qué hacías?

  - Hablaba con Matthew.

  Entrecierra los ojos y me dedica una sonrisa pícara-Matthew, ¿eh? ¿Es tu compañero?

  - Agh, no, con suerte somos conocidos -expongo rodando los ojos.

  Papá me había explicado que después de los 18 años, conocés a tu destinado -obra del destino-, con el que vas a pasar toda tu vida. La forma de distinguirlo es que cuando se conocen, se forma una conexión espectacular y vuelan chispas por el aire, al mismo tiempo que pueden sentir lo mismo que el otro. Cuando no se conocen, esa última conexión es bastante débil, pero cuando lo hacen, podés sentir todas las emociones del otro, es como un lazo que los une.

  - Bueno, pero admití que te gusta -insiste con media sonrisa.

  - Agh, ya, ¿qué querés?

  - Quería saber cómo estabas.

  Entrecierro los ojos en su dirección, obigándolo a soltar su verdadero propósito.

  Suspira antes de hablar- Venía a decirte que el hotel tiene un centro de entrenamiento-barra-gimnasio.

  - ¿En serio? -consulto emocionada.

  - No, me divierte mentirte con cosas triviales como esa.

  - Tu sarcasmo me ahoga -lo imito.

  - Ja, ¿vamos a ir?

  - Obvio, dejá me cambio.

  Sale de mi habitación y yo me acerco a mi maleta para buscar ropa deportiva. 

  Al final, me puse un top deportivo negro, una lycra y zapatillas del mismo color. Salgo de mi habitación y voy hacia la cocina a buscar agua.



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En el texto hay: vampiros, licantropos, druidas

Editado: 18.07.2021

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