Una bruja de agua

Capítulo 4

-El aguador, ese justamente no está a la venta - era la voz de Anna desde detrás del mostrador.
-qué hace él acá?- era voz de Estela desde algún lugar por detrás. 
Tarde unos segundos en responder. Puse cara de gran seriedad y con un tono lo más grave posible dije: 
-Quisiera hablar con vos Anna. Quiero saber que pasó? Estoy muy confundido! No recuerdo nada de nuestra charla - dije haciendo un entre comillado con los dedos en el momento en que decía la palabra charla. 
Anna puso cara de yo que había hablado de más y se mordía los labios. Estela se asomo como un rayo y nos clavó la mirada. 
-Veo que no tuviste problemas en romper algunas reglas - su voz era severa, pero no hacía mi sino hacia Anna.
Anna agachó la cabeza mientras ahogó una sonrisa.
-Nosotras no nos burlamos de las personas! - continuó Estela. 
-Pero él... -
-Él qué? - la interrumpió Estela - El espantapájaros!-. Hizo un gesto señalando con su mano hacia mí. 
-Y ahora que pasa con mi contextura? Dije mientras trataba de tomarme el comentario de Estela con humor. 
-No hay mucha sangre en ese cuerpo - Estela achicaba los ojos mientras lo decía. En mi mente solo pensaba en una cosa, vampira. Mi mirada iba de una a la otra sin parar. Mi reacción automática fue ponerme la mano en el cuello y después disimule haciendo que me rascaba. Eso hizo estallar en carcajadas a Estela. 
-Pobrecito, creo que se cagó encima... - y volvió a reír. 
Anna la miraba con resignación. 
Estela se puso seria de vuelta y volvió a hablar con esa voz áspera que la caracteriza. 
-Ahora lo vamos a tener que matar-. 
Pasaron unos eternos 3 o 4 segundos y volvió a estallar en una carcajada. 
-Ves - dijo Anna con una sonrisa que parecía más de vergüenza que otra cosa - te dije que le ibas a caer bien. 
-hacelo pasar Anna, se educada y ofrecele el té verde que recién preparaste - 
Mi cara seguramente era el deleite de Estela que seguía con una sonrisa de oreja a oreja. Sentía que no podía más que forzar la sonrisa porque toda la broma me había puesto bastante nervioso. 
-No gracias - dije. 
-Pero toma un poquito de té!. Ahora estoy yo y no voy a dejar que Anna te haga algún "jueguito" -.
Pasé a la parte trasera de la tienda a pasos medidos. Eso pareció divertir a Anna que ahora ya sonreía gustosa. 
-Qué serían los "jueguitos" y ud - dije señalando con el dedo a Estela - cómo sabía lo del árbol de ayer? -. 
-Sabes una cosa Milo? Vos me haces acordar a un chiste de Jaimito. Te gustan los chistes de Jaimito?- Estela se acomodó en una silla. Anna revoleaba los ojos con resignación - si, Anna te va a decir que no le gustan pero siempre se ríe. Sabes cuál me haces acordar? Un amigo le pregunta a Jaimito. Jaimito vos sos miedoso? Qué? Yo no le tengo miedo ni al malamen!! El malamen? Si, no viste que cuando uno reza dice y libranos del mal amén!. 
Trate de ahogar la risa pero pasó todo lo contrario, me reí gustosamente y eso creo que me ayudó a relajarme. Anna sonreía y servía el té. Estela se puso seria. 
-Vos querés saber cómo yo sabía sobre ese árbol? Vos sos como Jaimito, le tenes miedo a muchas cosas, pero sobre todo a cosas que ni siquiera conoces -.


 




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