Como era de esperarse, mi novio se enteró y no quería hablarme. Aún texteaba con el chico y le conté lo que pasaba y me confesó que le hubiera encantado darme un beso si no hubiera pasado lo que pasó.
Era muy lindo pero obviamente tenía que alejarme de él por mi novio y es que me encontraba tan perdida, tan enamorada de él que simplemente no podía dejarlo, era una chica inteligente y bonita con ese chico feo, tantas personas me decían que él no era para mí, que podía conseguir algo mejor, pero simplemente no los escuché, al fin de cuentas era mi vida y yo elijo con quien estar.
Fui a casa de mi novio, por suerte se encontraba solo, me daría mucha vergüenza encontrar a mis suegros. Llegué y entré, me abrió la puerta y me dio la espalda antes de poder decir algo.
- ¿lo sabes verdad? - era una pregunta muy tonta. En ese tiempo cometí muchas estupideces.
- Saber qué - me dijo y ladeó la cabeza colocándome una mirada retadora.
- que fui... al cine, con Ángel.
- Así es
- te lo dijeron tus papás ¿no?
- no creo que eso importe ahora, ¿a qué veniste? - hablaba en tono molesto y grosero a la vez, pero estaba en su derecho
- vine pues a pedir disculpas, por haber ido con él - "bien dicen que es mejor pedir perdón que pedir permiso", pensé.
- no tienes nada que hacer acá, vete.
Tenía razón al estar enojado, me sentía muy mal por haberlo hecho pero no podía regresar el tiempo, ya había sucedido
- tengo tan mala suerte - reí forzadamente - no pasó nada, no lo besé, ni él a mí, solo fuimos a ver la película y de ahí me fui a mi casa, no te dije porque sabía que no querrías que fuera
- ¿y tú hubieras dejado que yo fuera al cine con una amiga?
- pero yo no hice nada, tú si lo habrías hecho
- es mejor que te vayas.
Me acerqué a él y lo abracé, se soltó de mi agarre y me empujó, empecé a llorar como la niña tonta que era.
- no vengas a llorar, es tu culpa, te acompañaré al centro
Se fue a poner jeans y playera y salimos
- no necesito que me acompañes - dije entre lágrimas
- no empieces y camina
Obedecí, es que me sentía muy culpable y sentía que no tenía opciones. Cuando llegué al centro me fui a mi casa y traté de no hablar con Angel. Estuvimos enojados como una semana y ya casi no hablaba con Angel. Después fui a casa de Iván de nuevo a tratar de hablar con él y aunque al principio no quería recibirme al final terminamos teniendo sexo. Siempre pasaban ese tipo de reconciliaciones.
***
El tiempo pasó y todo iba bien, de maravilla, nuestra relación iba bien, de echo solo eran celos comunes, nada fuera de otro mundo. Hasta que llegó, otra infedilidad, de parte mía. Se trataba de un chico del entrenamiento y la misma universidad, él era chaparro, pero más alto que yo, era de piel clara y se veía muy guapo. Desde que lo vi me pareció muy lindo, era un chico tímido y guapo, esa clase de chavos típicos que siempre llaman la atención, así que caí en la tentación.
Mal.
Pedí su número de celular con Jorge, el chico feo de la misma universidad que quería conmigo al cual nunca hice caso por Iván, mi novio. Cabe mencionar que el chico también se llama Jorge, es Jorge Emilio, decidí llamarlo Emilio apesar de que me recordaba a un compañero molestoso.
Al conseguir el número, le mandé mensaje y le dije que me parecía lindo, pero no me gustaba y sólo quería decirlo para estar más tranquila y quería ser su amiga porque tengo novio. El chico dijo que le parecía bien, y que no me reconocía en la foto de perfil y quería saber quién era.
En ese momento tenía la opción de retroceder... o decirle que era yo. Escogí decirle quién era y le dije mi nombre y le mandé una foto. Antes le hice prometer que quedaría en secreto y por supuesto lo aceptó. Se portó muy amable y comenzamos a conversar muy casual casi a diario. Era más cuidadosa, de los errores se aprende. Borraba las conversaciones y dejaba los otros chats visibles sin borrar nada para ocupar espacio y no llamar la atención, por si las dudas. De pronto esos mensajes eran más lindos y sin darme cuenta ya eramos más que amigos...