CAPÍTULO 20- Las reglas de la escuela. Parte 2.
Todo se arregló. No tuve que hacer tanto.
Los que intentaron violar a esa chica ya están recibiendo su castigo y no dejé ninguna prueba en el lugar. Nadie me vio y me aseguré de llegar rápido a casa y estar atento a cualquier cosa.
Ninda se tapaba la cara cuando las personas estaban cerca, así que no la reconocieron, aunque eso tampoco era tan necesario, gracias al poder del fantasma legendario de la ilusión.
Y el anciano, líder de esa organización de caza fantasmas, se asegurará de protegerla.
Todo está bien. Esa organización es más poderosa que una organización criminal, pueden darle una nueva identidad e incluso un nuevo rostro.
Ah... Que flojera... Pero yo fui el culpable, debía hacer algo... Bueno, solo lo hice porque, si encontraban su cadáver, Sylphie se hubiera sentido terrible y prefiero evitar retrasos con ella.
Abrí la llave de la bañera y suspiré.
—¿Y bien? ¿Cómo te fue?
El fantasma legendario número 4, el fantasma de la mala suerte, apareció al lado de mí.
—¡Hahahahaha! ¡Hubieras visto sus caras de horror! ¡Algunos se cagaron en sus pantalones! ¡Saik, eres el hombre más genial que he conocido! ¡No tienes piedad con nadie! ¡Fue muy satisfactorio verlos suplicando misericordia mientras tú les quitabas el corazón! ¡Kya! ¡Extrañaba tanto tu lado malvado y sádico!
... Creí que estaba acostumbrado, pero sigue siendo raro ver a una pequeña niña diciendo eso.
Ella tiene la apariencia de una pequeña niña de 5 años... Es adorable, pero esa personalidad suya le quita lo adorable y se vuelve aterradora.
Ojos negros con pupilas moradas, que combinan con su cabello violeta, y un vestido blanco manchado de sangre. Una apariencia digna de su personalidad sádica.
No me da miedo porque soy su amo, pero eso no le quita lo aterradora.
—Lo repetiré de nuevo. ¿Cómo te fue?
—Todo está solucionado. Ambas organizaciones criminales prácticamente desaparecieron del mapa. Ahora cumple tu promesa.
—Sí, sí. Deja bañarme primero. Adiós.
Asintió.
—¡Te lavas las nalgas, amo!
Ella desapareció y tomé aire.
Puedo estar tranquilo por más tiempo. Ya nadie intenta matarme.
Los de esa organización de caza fantasmas sospechan de mí, pero si me mantengo con un perfil bajo, no me harán nada.
Su código moral les prohíbe matar inocentes si no es necesario. Vaya estupidez, pero conociéndolos, debe haber una razón por la que tienen esa regla.
Usé al fantasma legendario número 4 para que la suerte de todos los miembros de esas dos organizaciones criminales empeore.
Gracias a eso, las investigaciones que organizaciones de seguridad pública estaban realizando para arrestar al padre de Ninda, lograron obtener las pruebas que necesitaban para arrestarlo.
Y los miembros restantes fueron asesinados por Shadow. Gracias a la mala suerte que ellos tenían, no tenían oportunidad de escapar de Shadow.
Ayer en la noche maté a los miembros que me faltaban por matar.
¿Por qué hice todo eso? ¿Venganza? No. Lo hice por una sola razón.
—Para seguir teniendo mi vida escolar pacífica.
Con Ninda y sus amigas jodiendo mi vida escolar, no podría disfrutar de mi vida escolar. La única manera de deshacerme de Ninda de manera rápida, era provocando que lo perdiera todo.
Ya no tiene familia ni dinero. Lo perdió todo... Bueno, admito que eso fue exagerado, pero no pude evitarlo, fue la idea que más me convenció.
Y así mataba a dos pájaros de un tiro. Aseguraría mi vida escolar pacífica y eliminaba a la organización criminal que pertenecía el asesino de Yuki... Eso creo.
No conozco a su asesino, pero la madre de Yuki era miembro de la organización criminal rival del padre de Ninda. Por lógica, supuse que el asesino pertenecía a la organización criminal del padre de Ninda.
No le diré nunca lo que hice a Yuki. Ella está traumada con los asesinatos.
Pude ver terror en sus ojos cuando asesiné a esos violadores frente a ella.
Si quiero que no me tenga miedo, nunca debo decirle que soy un asesino... Mato personas malas, pero sigo siendo un asesino.
—Siempre he dicho que no soy una persona buena... Nunca lo seré, aunque trate de serlo.
Mis principios me lo prohíben.
... Realmente no quiero perder a Yuki.
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Como lo prometí, llegué a la cafetería para estudiar con Sylphie.
... Una cafetería normal... Lindo lugar.
Pensé que sería el lugar aburrido y vergonzoso con mujeres vestidas de sirvientas, pero afortunadamente es una cafetería normal.
Huele delicioso.
Tomé asiento y una empleada se acercó a mí.
—Muy buenas tardes. ¿Qué ordenará?
—Quiero dos tazas de café y dos rebanadas de pastel de chocolate, por favor. Eso sería todo por ahora.
—En un par de minutos estará su orden.
—Por cierto, busco a Sylphie. Si la ve, ¿podría decirle que Saik ya llegó?
—Oh. Fufu. ¿Eres su novio?
—No, apenas la conozco, solo somos amigos.
—Ya veo, ya veo.
¿Eh? Me guiñó un ojo y... está sonriendo de una manera rara.
Las mujeres son raras. ¿Por qué hizo eso? ¿Acabo de recibir un coqueteo? Las chicas coquetean guiñando el ojo, ¿no? O eso he visto en la televisión.
—Yo se lo diré.
Ella se alejó y saqué mi teléfono celular. Ah, como sea.
Espero que ya esté abierto el cofre, debo despejar esa mazmorra si quiero conseguir esos materiales de mejora.
No puedo pasar la misión principal con el nivel actual de mi personaje, debo mejorarlo.
—... Sí.
Ya puedo mejorar mi espada.
Perfecto.
Ese cofre me dio la cantidad exacta de piedras mágicas que necesitaba.
Mejoraré la espada y después...
["Cristal" solicita unirse a tu mundo.]
Vaya, ella está conectada. Perfecto, puede ayudarme.