Narra Dayana
Esto empeora cada vez más. La culpabilidad no me deja en paz, no puedo ir al hospital porque el padre de Abigail me odia, y ahora me enteré de que ella esta en coma. ¿Por qué me pasa esto a mí... O a ella?
Entiendo que ella quisiera morir, aunque eso se me hace un poco egoísta de su parte. Sí pensó en lo que las personas sentirían si ella se suicidaba, pero aun así quiso hacerlo.
Chris me platicó que había llegado a la casa de Abigail, poco después de que ésta entrara. Fue recibido por la madre, que aún tenía unas cuantas lágrimas del dolor. Lo dejó entrar, y en cuanto se sentó en el sofá se escuchó algo muy fuerte, como una caída. Subió hacia la habitación de Abi, junto con la señora Sophie, y la vieron desangrándose, su pulso bajaba rápidamente, así que decidieron llamar a una ambulancia. Chris miró una carta en el escritorio de su amiga, era una carta para mí. La tomó, y la guardó, no la leyó hasta que yo se la di para que la viera. Luego de tomarla, miro otras mas en el bote de basura que estaba a un lado del escritorio, las agarró y observó que eran para sus padres, para unos primos y para él. Las guardó también, y se fue a su casa para avisarle a sus padres de lo sucedido.
Me contó también que cuando les entregó las cartas de los familiares de Abi a sus padres, accidentalmente entregó la mía, la cual capturó la atención del señor Eduard. La señora Sophie le notificó a Chris que ellos tenían la carta que él estaba buscando. Yo era la única que no sabía sobre lo que le había pasado a Abigail porque Chris les había pedido a todos que no me contaran, pues eso me afectaría y de seguro que me pondría mal, como ahora lo estoy. Eso lo ocultó hasta que yo le pedí, le supliqué, le rogué varios días que me contara la verdad.
Ahora estoy en mi casa, acostada sobre mi cama, esperando mas noticias sobre Abi. Casi no he comido, aunque sí tengo hambre; tampoco me he levantado, aunque mi madre me pide que lo haga, por mi bien.
-Dayni ¿y si te levantas?- dijo entrando a mi habitación Eric.
-¿Y si mejor me dejas sola y te vas a fastidiar a alguien más?- le respondí con desanimado tono de voz, mirando un punto fijo.
-Por favor, princesa, no te deprimas, ella aun sigue viva
-Pero en coma, idiota, es como si estuviera muerta, ¡no despierta, no come, no sonríe! ¡no hace nada!
-Pero puede que sí despierte.
-Puede que no- contesté aun mirando el mismo lugar.
Eric ya no sabía como animarme, todo lo que decía, era de alguna manera erróneo, y se lo hacía ver. Yo no hacia movimiento alguno, sólo sentía tristeza y culpa. Debí haber insistido más sobre lo que en realidad eran esos moretones, y no debí haberla confundido, es más, no debí haber nacido, no para molestar a la gente con mi actitud dramática y depresiva, no para confundir a la gente respecto a sus sentimientos, no para herir personas que son importantes para mí. Por mi culpa Abigail se esta debatiendo entre la vida y la muerte.
Dios, no quería que la salvarás de esa manera, te confundiste, no era a costo de su vida. Pero... Si así ella está bien, si así ella ya no sufre, si así ella está feliz, lo voy a aceptar. Llevatela, matala, quitale ese dolor que carga. te lo pido, ella sabia lo que hacia, sabia que era la única salida. Por favor, ¡matala!
Narra Óscar
Estaba en mi habitación, pensando (lo cual es sorprendente) sobre Dayana y Abigail. Su amor, ese sentimiento que ocurrió de la nada entre ellas dos, y quizá otro factor, casi acaban con la vida de Abigail. La actitud de su padre tal vez tuvo que ver con su decisión, porque no cualquier padre actúa de esa manera.
Y la pobre de Dayana... Se culpa por eso, cuando es casi evidente que no tuvo la culpa de su decisión. Van 3 días desde que se enteró, y los 2 días siguientes faltó a clases. Le hablé, pero no me contestó ella, sino un tal Eric, amigo de Dayana. Está tan deprimida, siento un poco de culpa.
Pero, al fin de cuentas, ¿quién no sufre por amor? ¿Quién no llora por algo que le duele en el corazón? ¿Quién es tan fuerte como para no sufrir o sentirse culpable por algo parecido? No creo que haya alguien así, es casi imposible.
Espero que algún día esto termine, no puedo soportar ver a una amiga en un hospital, casi muriendo, y a otra tan deprimida, que inclusive no tiene ganas de hacer un movimiento.