Mientras regresaba a mi habitación, no pude evitar pensar en todo lo que había pasado en estos tres meses.
Recordé el momento justo en el que me di cuenta de que Jade lo había logrado, me tomó menos de un mes caer en su sonrisa y en sus ojos. Recuerdo que estábamos en la azotea y yo había dicho algo sarcástico, entonces Jade se empezó a reír, yo tenía la sonrisa en la cara pues últimamente me sentía muy tonta junto de ella y cuando escuché su risa, tan fuerte y feliz, lo supe. Jade lo había logrado, con todos esos regalos, las frases cursis y su hermosa y real personalidad.
No sé qué me llevó a hacerlo, pero lo dije. Le dije que me gustaba y ella dejó de reír, me vio como si temería que era una broma, pero se lo repetí y su cara fue el mejor regaló que pude ver.
Una semana después, Jade dejó de llevarse con Sandy y Carolina, y dos días después, me defendió.
Habíamos pasado por cosas estos tres meses, principalmente por mí, siendo una perra con ella los primeros días, pero ella no se rindió y eso me alegraba mucho.
Porque me estaba enamorando de Jade.
El lunes de la próxima semana me vi a mí en la entrada de la escuela, el taxi de Jade iba a llegar en cualquier momento y su madre estaba en la oficina de la dirección arreglando algunas cosas. El silencio era notorio por parte de ambas yo no sabía que decir, el regalo de Jade estaba en mi bolso y sabía que tenía el tiempo contado, sin embargo, no era capaz de hablar.
—Te voy a extrañar —ella susurró, más para sí misma que para mí. Entonces ella me dio una sonrisa sincera—. No sé qué haré sin tus pechos.
Me sonroje fuertemente y le di un manotazo, ella rio.
—Eres un asco —le dije.
—Oh, vamos, sabes que mueres por tocar los míos y porque yo toque los tuyos.
— ¡Jade! —Le reclamé y ella solo rió más fuerte—. Ahora solo por eso no tendrás tu regalo —dije victoriosa pues ella dejo de reír de inmediato y me vio con la cara iluminada, como la de un niño en navidad.
— ¿Regalo?
Sonreí y saque de mi bolsillo un pequeño collar de plata, había estado buscando por el internet de la biblioteca, en páginas cualquier tipo de collar, al final había encontrado uno de plata que pensé que sería perfecto para Jade. Era un corazón, un corazón que parecía hecho de papel y tenía un pequeño lápiz colgando a lado suyo, alrededor tenía bolitas rojas y luego seguía la cadena de plata. Ella lo vio con una sonrisa brillante en los ojos.
—Es hermoso.
—Como tú.
—Yo igual te tengo un regalo —ella dijo y mordió su labio, pareció algo asustada pero de todos modos sacó una caja pequeña y me lo dio—. Ábrelo.
Agarré la cajita y despacio la abrí, en ella había un pequeño anillo con una nota debajo, saque el anillo y lo miré, lucía hermoso, era de plata y al fijarme bien tenía grabado en la parte trasera “Perrie E. + Jade T.”, y en el silencio comprendí que era una promesa, ella en serio que quería que estuviéramos juntas. Antes de ponerme el anillo abrí la nota, pequeños confetis se cayeron y sonreí.
“Ha pasado tiempo, ¿eh?
No puedo creer que esté haciendo esto (de nuevo) es algo tan cursi y cliché, no sé qué decir Perrie, solo que estos tres meses han sido los mejores, sinceramente, nunca pensé que iba a tener la fuerza para confesarme ante ti de manera personal, justo frente de ti como ese día en la azotea, pero lo hice y fue la mejor decisión de mi vida, tú has sido la mejor decisión de mi vida.
Jamás quise hacerte daño y no me voy a cansar de decírtelo, me odio por completo por haber hecho algo así, jamás pensé que todo este asunto iba a llegar lejos pero Sandy y Carolina lo llevaron tan lejos que no supe que hacer, pero me alegro de que haya acabado.
Perrie, sé que es muy pronto para decirte algo así ahora que ya nos conocemos y nos acercamos más, me gusta pensar que te sientes de la misma forma pero no estoy tan segura de ello y no quiero hacerte sentir mal si no es así como te sientes, yo solo tengo que decirlo, ¿vale? Bueno, ahí va, Perrie Edwards me he enamorado de ti y de tu jodida sonrisa (y pechos, no creas que los olvido), eres la persona más hermosa del mundo y yo solo no puedo creer que justo ahora te estés fijando en mí. Me tomó un año darme cuenta de lo mucho que le hacías falta a mi vida y hoy después de tres meses contigo puedo decir que, en serio, eres lo que más anhelo.
No encontré otra forma de hacerlo simplemente esta fue la mejor manera que pude encontrar, es tonto y cliché, pero en serio que soy algo boba cuando se trata de ti, me pongo nerviosa, así que esta fue la única solución que encontré.
Y supongo que ahora mismo puedo contestar tú pregunta, ¿la recuerdas? Tú preguntaste si era yo la de las cartas, bueno, siempre he sido tu admiradora, es algo obvio. Yo solo no tenía otra forma de decirte cuánto me gustabas y perdón si llegue a confundirte, no quería hacerlo obvio y de cierta forma me ayudó a decirme a mí misma todas las mierdas que era, sin embargo, te soy sincera, jamás pensé que las cartas llegaran tan lejos.