Una dosis de sanación

CAPITULO 5

" Recuerdos"

EMMA

Las carcajadas son lo único que escuchamos mientras estamos de vuelta a casa.

Mi rostro duele de tanta reír en toda la noche.

Ha sido una de las mejores momentos que he tenido en mi vida al lado de él todo es perfecto.

Una luz brillante me ciega por completo y todo es caos.

Miles de escombros y el dolor en todo mi cuerpo.

El sentimiento de ahogamiento y dolor que no me dejan abrir los ojos 

El terror cuando lo logro despertar al no lograr sentir mi cuerpo

Grito en busca de ayuda pero nadie reacciona.

Tengo miedo

No siento ninguna parte de mi cuerpo

No puedo hablar

El temor y la sangre en todas partes me ahoga.

AYUDA!!

—EMMA! — la voz de mi hermano se cuela por mis oídos y abro los ojos de golpe.

La luz de mi habitación me ciega por completo y tardo unos segundos en acostumbrarme a ella.

Trato de incorporarme en la cama  para darme cuenta que mi hermano se encuentra parado en el marco de la puerta de mi habitación

—Pesadillas? — pregunta algo preocupado caminando hacia mi y asiento a pesar de que los recuerdos aun siguen en mi cabeza atormentándome.

—No —miento en un susurro ya que no lo quiero preocupar pero solo me mira enarcando una ceja.

—Mentirosa — dice tomando asiento al lado de mi cama —  Tienes los ojos aguados, hay lagrimas en tus mejillas.

Hago el ceño fruncido y paso una mano por mi mejilla para sentir las lagrimas.

—Te estas tomado los medicamentos.

No respondo para notar el rostro de enojo de mi hermano.

—Por dios! Emma, sabes que tienes que tomarte los medicamentos.

—Se me olvidaron! —me excuso y rueda los ojos sin creerme.

—Donde los tienes? — Pregunta pero no le contesto —Emma!— me reprime esta vez con fuerza a lo que suelto un suspiro.

—En el segundo cajón de mi mesa de noche — Digo para verlo abrir el cajón sacando mis medicamentos.

—Carajo! Emma —escupe esta vez al notar las cajas completas de mis antidepresivos — sabes que es por tu salud no puedes dejar de tomarlos

—Losé, no me lo recuerdes.

He pasado días de mierda en clase.

He sobrevivido al vagabundo la ultima ve.

Pero todavía sigo tratando de mantenerme a raya todo este tiempo.

— Vuelve a tomarlos, ya no eres una niña para recordarte cada momento que esas malditas píldoras te mantienen viva — escupe enojado pasándose su mano por el cabello en un gesto cansado— Porque eres tan terca — Me mira en busca de alguna respuesta pero no soy capaz de decirle algo ya que tiene razón — Es tarde. Trata de dormir,mañana a primera hora vuelve a tomarte los medicamentos Emma.

—Lo hare — digo sin protestar a lo que me dedica una pequeña sonrisa.

—Me iré, si pasa algo me llamas y vengo de inmediato — dice y asiento dándole una sonrisa, deposita un beso en mi frente para levantarse e irse de mi habitación, aprovecho y me acomodo en la cama una vez que se ha ido para tratar de conciliar el sueño.

El resto de la noche trato de pelear conmigo misma, doy vueltas en la cama una y otra vez e incluso cuando logro dormir de nuevo las pesadillas comienzan a acosarme asiendo que me despierte una vez mas.

Miro la hora en mi reloj y son apenas las tres de la madrugada.

Intento conciliar el sueño una vez mas pero me es imposible.

Me muevo de un lado a otro, intento distraer la mente en otras cosas hasta que logro dormir de nuevo para que a los minutos vuelvan a abordarme las malditas pesadillas.

Mi alarma suena una vez que marcan las 6:30am y estoy completamente cansada en este momento.

Oficialmente puedo decir que no pude dormir en toda la noche.

Me levanto de la cama e ingreso al baño a darme una ducha helada para tratar de despertarme un poco y dejar aun lado el cansancio mezclado con el dolor de cabeza que me aborda en este momento.

Una vez que termino salgo de la ducha y me cambio por mi habitual uniforme para bajar hacia el comedor.

—Buenos días hija— dice mi madre una vez que me ve llegar para fundirme en un abrazo.

Puedo notar algunas ojeras en su rostro característico de ella producto de su trabajo.

Esta semana había trascurridos sin problema alguno y se había sentido bastante bien con la compañía de Sam a mi lado.

Es una buena amiga sea ganado mi confianza y por parte de mi hermano cosa que me agrada pero ese sentimiento de melancolía y miedo que estoy volviendo a sentir es completamente asqueroso.

Maldita sea.

No quiero desmoronarme una vez mas, mucho menos cuando siento que todo esta tomando coherencia y un rumbo bueno por primera desde que él falleció.

Por un momento sentía que podía reiniciar mi vida.

Que los miedos que me abordaban los podías enfrentar pero tenían que volver las pesadillas y esa angustia de que si es correcto que yo me sienta feliz.

—Cariño, estas bien?— me pregunta mi madre algo preocupada y asiento sintiendo las lagrimas resbaladizas en mi rostro.

Tal vez sea la impotencia de que una vez mas no logre dormir y que solo los recuerdos del accidente me están atormentando.

—Segura? — pregunta y solo asiento trato de retener el bombardeo de recuerdos que comienzan a bordarme.

"Tu puedes con esto Emma" — me repito internamente tratando de contener el nerviosismo que se esta apoderando de mi cuerpo.

—Emma — puedo reconocer la voz de mi padre pero todo comienza a desenfocarse.




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