Doctor Andrew Garfield
Esta semana me han pasado unas cosas superextrañas. Me siento observado, especialmente cuando estoy en la casa hogar, pero incluso estando en casa he creído ver por la ventana unas cabezas observándome. Naturalmente son imaginaciones mías, lo curioso es que Rufus ha ladrado sin razón.
¿Estaré pegándole mi paranoia?
En la casa hogar me llama la atención la cantidad de veces que Dallas cae en mis brazos producto de un tropezón, no es que me queje, pero un día creí ver una cuerda que desapareció como si fuera víbora. Otro día un camión apareció rodando justo en el momento que Dallas ponía el pie en el suelo, si tuviera que adivinar, alguien quiere que Dallas caiga en mis brazos.
Y no me molesta. He pensado en invitarla a salir ahora que no tiene novio. Pero como les he dicho, no sé como hacer esto de las citas.
El diez de diciembre estoy montado en el techo atornillando a Frosty y veo a los niños escondidos tras los arbustos, ¿juegan a los espías? Me volteo y cuando voy entrar por la ventana del ático un flash me da directo en los ojos y me hace resbalar dejándome colgando de una pierna. Afortunadamente siempre me amarro de la ventana y Jack y los niños logran subirme.
En la seguridad del ático me tiro al piso, agradeciendo a Dios estar en una pieza. En mi espacio de visión aparece Billy con una polaroid colgada del cuello y rostro de disculpa.
—Lo siento Doc. Tenía que sacarle fotos para el plan.
—¿Qué plan?
En pocas palabras los niños tienen un plan que me involucra a mí y a la señorita Dallas. A medida que voy escuchando la disertación de Benito quedo maravillado de su capacidad de deducción y estrategia. En el ático solo están Jack, Benito y Billy y después de escucharlos, tomo una resolución.
—Los ayudaré. Pero quiero aportar un par de ideas.
—Hecho.
Estrecho las pequeñas manitas y cuando suben Jesse y las niñas y se enteran de mi participación Jesse se emociona abrazándome.
—Tranquilo Campeón... ahora este es el plan.