Atenas Ivanov
Zachary llego al hospital a tiempo récord, luego de que se saltara varias señales de la carretera también paso de algunas luces, mientras yo estaba concentrada tratando de respirar debido a las contracciones que me daban cada cinco minutos, es un dolor horrible pero es por un motivo maravilloso, ella gritaba toda loca mandando al carajo a todo el que se atravesaba o iba despacio, sin duda eso siempre será lo mas gracioso para recordar, yo soy la que esta apunto de dar a luz y es ella la que esta toda vuelta loca.
Tengo que aceptar que tengo miedo, estoy nerviosa voy a traer al mundo dos pequeñas princesas, no quiero ser negativa pero no puedo evitar pensar que algo puede salir mal.
¡No! ¡Todo saldrá bien!
¡Muy pronto tendré a mis princesas en mis brazos!
¡Todo saldrá bien...!
Los gritos de mi mejor amiga me sacan de mis profundos pensamientos, viendo que se encuentran estacionada atravesada en la puerta de emergencia del Hospital Central de Friendly, ella entra corriendo al hospital gritando por ayuda, por mi parte me encuentro bajándome del auto mientras hago un ejercicios para las contracciones que ahora están pasando cada dos minutos, tenía los ojos cristalizados por los varios sollozos que había soltado antes, con mi manos izquierda trato de aferrarme al auto para no caer las piernas me tiemblan, estoy sudando como loca, con mi mano derecha sostengo mi panza de siete meses.
Me encontraba vestida con un pijama en forma de bata, de esas clásicas que se ponen las mujeres cuando entran en la edad, tengo unas pantuflas de sito puestas que están mojadas de sudor y del líquido de cuando se me rompió la fuente, siento mis piernas pegajosas además de adoloridas, escucho voces, mas gritos a mi alrededor pero solo puedo pensar en el dolor y las contracciones, trato de seguir haciendo las respiraciones, pero llega una contracción que hace que me robe todo el aire, te tengo mi caminar y me sostengo del auto con ambas manos mientras mi cuerpo se encorva hacia adelante suelto un grito de dolor seguido de un nuevo sollozo.
- Joder, porque tiene que doler tanto esta jodienda – susurro para mi apretando los dientes.
De repente soy levantada, luego puesta en algo acolchonado supongo que es una camilla, me doy cuenta de que Zachary llego con un doctor y dos enfermeras, el doctor comienza a hacerme preguntas que no logro responder porque solo puedo llorar por las contracciones.
- Señorita Ivanov, necesito saber ¿cada cuento tienes las contracciones? – me pregunta el doctor.
Yo trago saliva, tomo algo de aire, miro a mi costado entre el doctor me mira, entre las dos enfermeras y Zachary empujan la camilla en la que estoy acostada con prisa pasando por los pasillos del hospital, las enfermeras piden el paso a lo que me llevan a una habitación.
- Son-son cada dos minutos – logro contestar- A-Antes eran cada cinco
- ¿Hace cuanto rompió fuente Señorita Ivanov? – vuelve a preguntar.
- Hace como unos quince minutos doctor – contesta Zachary por mi
Me aferro de los costados de la camilla mis dedos se ponen blanco por toda la fuerza que hago, cierro mis ojos unos segundos mientras muerdo mi labio inferior, suelto otro sollozo.
Tengo miedo, tengo mucho miedo... por favor diosito cuida de mis niñas y de mí, no permitas que nada malo nos suceda, te ruego que mis niñas nazcan sanas y salvas, que me des vida para verlas crecer mientras las crio con amor, por favor no nos abandones, no soy la mujer mas religiosa del mundo, pero te pido que no abandones a mis niñas, si te tienes que llevarte a alguien, mejor llévame a mí.
Pido y rezo con todas mis fuerzas.
El doctor les da indicaciones a las enfermeras, para al llegar a la habitación sea cambiada de ropa por la bata del hospital, también tienen que monitorear a las bebes, tomamos un elevador para subir al tercer piso donde se encuentra el área de maternidad, al llegar rápidamente me ponen en una habitación, Zachary siempre se queda a mi lado viendo que todo salga bien, se notaba la preocupación en su cara.
La habitación consiste de la acama grande, en la pared hacia lado derecho tiene un sillón de tres espacios de color negro, esta una incubadora que a la vez es como una maquina para tomar el peso del bebe, por el centro de la habitación hay una tina, también la esquina en lo ultimo hay como un tipo de columpio de tela, al lado hay una pelota gigante de plástico de esas que se usan en el gimnasio, a un metro se encuentra la puerta hacia el baño y una pequeña mesa con dos sillas, la habitación es bastante grane.
El doctor manda a llamar a otros enfermeros, cuales son los que me mueven de la camilla hacia la cama, cuando estos se retiran, una de las enfermeras con ayuda de mi mejor amiga comienza a desvestirme, limpiarme con paños con agua tibia, solo quedo con la bata del hospital que es de algodón de color rosa con muchos puntos blancos, las contracciones se han calmado un poco, aun a si esto esta muy lejos de ser calmado.
- ¿Señorita, usted tiene más familia? – pregunta la enfermera que me había ayudado a cambiar.
Tanto Zachary como yo la miramos y negamos.
- Yo soy la única familia que tiene, no la voy a dejar sola – aclara Zachary
- Exacto... ella es mi única familia – confirmo
- Entiendo, solo ella puede estar con usted a la hora del parto – nos avisa la enfermera.
Zachary y yo asentimos, luego ella me ayuda asentarme en la cama, siento leves punzadas de las pequeñas contracciones que comienzan a hacer acto de presencia, hago el ejercicio de respiraciones, el doctor entra a la habitación nuevamente ya que él se había retirado cuando empezaban lavarme y cambiarme.
- Señorita Ivanov, ¿cómo se encuentras? – pregunta el doctor.
- Me siento un poco mejor que hace unos minutos – contesto con cansancio.
El medico solo asiente y luego me regala una sonrisa empática.
Editado: 14.11.2024