Ya no estás junto a tu cuerpo dormido,
te has ido con el viento...
No te buscaré en las lágrimas que has dejado al irte.
No te buscaré en el vacío que deja la oscuridad de la noche,
porque tú eras más que eso.
Te has convertido desde entonces en una luz intermitente.
A veces fría, a veces cálida
pero siempre presente.
Ya no estás donde descansa tu cuerpo dormido,
has partido rumbo hacía otro lugar.
Un sitio en el que no existe el tiempo,
un sitio del que jamás te irás.
Has partido hacia mis recuerdos
y allí siempre vivirás.
No tenerte me ahoga y mi único consuelo es mirar hacía atrás,
allí donde tu sonrisa me ilumina
y te puedo abrazar.
Pero no lloraré, tú eras mucho más que lágrimas.