Todo empezó con terapia en un psicólogo.
Me llamo Meredith Harrison. Mi vida desde que yo recuerdo ha sido estar en tratamiento tras tratamiento sin ninguna mejoría, tengo una enfermedad, por decirlo así, "común", es depresión. Empezó cuando tenía 3 años, dirás, pero eras una bebe como te puede dar eso, la verdad no sé, pero en mi mente sola giraba en pensamientos suicidas, a lo cual los psicólogos les explicaban a mis padres que es una enfermedad que no tiene edad, que le podía dar a cualquier persona. Con los años entre al colegió, en donde me hacían bullying por ser diferente, ser distraída, poco alegre, con baja autoestima y fea, o por lo menos me consideraban así ya que tenía cabello corto, recogido con una cola de caballo, ojos azules, color de piel pálido y unos labios demasiado morados, fuera de lo normal.
Años después...
10 de febrero del 2020
Es mi primer día de clase del último año de instituto en el instituto, por lo general mi ropa es de color negro, a pesar que es el color más hermoso de la tierra la gente me critica por llevarlo, pero después de años de maltrato psicológico creo que me va a dar igual lo que me digan.
Bajo al comedor a desayunar.
— hola má — digo intentando sonar alegre
— hola, lista para tu primer día — me dice como siempre con una sonría de oreja a oreja, siempre lo hace para hacerme sentir mejor, — te prepare tu desayuno favorito —
— gracias, no debiste, es un día como cualquiera — digo un poco desanimada, mi madre hace una cara de desagrado y desaprobación.
— entonces no tragues y vete al instituto, no te quiero ver, siempre es lo mismo intento dar lo mejor de mi para que estés feliz un día y siempre encuentras la manera de echarlo a perder —me dice gritando, haciéndome sentir peor de lo que estaba.
— perdón má, ya me voy — digo desalentada
Agarro mi maleta y salgo.
Antes de salir miro hacia atrás y veo como mi madre pone una cara de odio hacia mí, salgo de mi casa y me dirijo al instituto.
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Como no desayuné llegue demasiado temprano, decidí sentarme en una silla que se diría a la cancha de futbol, había unos chicos entrenando, nunca había sentido atracción hacia un hombre ya que me parecían estúpidos he infantiles, hasta que lo vi a él, un chico rubio de ojos verdes y piel entre blanca y morena, pero más blanca, no sabía cómo se llama, pero en verdad es muy guapo.
Me levanto, y me dirijo a mi salón, siempre he estado sola, asique decidí sentarme atrás del salón, intentando hacer que nadie me viera. Entra el profesor, el SR. CONNOR MILLER, es un profesor de buen porte y muy estricto, empieza a dar su clase, pasa media hora cuando alguien toca la puerta, el SR. MILLER abre, y dice — que necesita —.
—soy de esta clase disculpe la tardanza —dice la voz de un chico que no alcanzo a ver ya que estoy muy en la esquina.
— llega media hora tarde señorito, no acepto las impuntualidades en mi clase, que le quede bien claro, la próxima vez no lo dejo entrar, entendió — dice de manera brusca.
— Entendido SR. MILLER — dijo en forma de burla.
El chico entro al salón, ¡OH POR DIOS ¡es el chico de la cancha, en ese momento me percato que soy la única que no tiene acompañante en su puesto, eso significa que él se sentaría al lado mío, relájate Meredith es solo un chico normal, ¡AAAAH SI COMO NO ¡, ¡es el chico más guapo que he visto¡, con ese monumento a mi lado no me voy a poder concentrar.
Se sienta a mi lado, no puedo evitar qué mis mejillas tomen un color carmesí, el chico se me acerca y me dice — hola soy Dimitri Jones ¿Cómo te llamas? —.
No lo puedo creer este chico me está dirigiendo la palabra, me pongo más roja de lo normal y respondo, intentando sonar neutral.
— Me- Me Meredith — ¡NOO¡, soy una idiota como se me ocurre tartamudear, me doy una cachetada metal, cuando el responde.
— a entonces hola Me- Me Meredith — dice en tono burlón, pero mi cara es de decepción y no digo nada.
— ay perdóname no te quería ofender —.
— no te preocupes estoy acostumbrada a las burlas — digo en un tono muy bajo, el me mira con cara de lastima. Todo iba tan bien porque tenías que poner esa cara, o yo porque tenía que decir esa estupidez.
— solo quería saber que había dicho el SR. MILLER, mientras no estaba — me dice en un tono apagado. ¡MIERDA ¡por estar hablando con este no he prestado atención a clase, debo inventarle algo.
— la verdad nada interesante, técnicamente nos está leyendo su hoja de vida— digo en tono burlón.
—pensé que no te gustaban las burlas— dijo en ese mismo tono de burla.
—bueno la verdad son divertidas, pero nunca las comparto con nadie— le digo de manera amable.
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después de una larga clase entretenida con los comentarios que me hacía Dimitri, no me doy cuenta de que sonó la campana, lo único que vi es que todos estaban saliendo del salón, en eso Dimitri me habla...