Estoy muy nerviosa, se lo que va a decir, no sé cómo reaccionar, aun no sé si me gusta, es muy guapo y me atraen varias cosas de él, pero es muy rápido llevamos poco tiempo saliendo, nunca he tenido novio, podría experimentar con él, pero lo estaría usando, no sería justo...
— ¿quieres ser mi novia? — me dice sonrojado, sin ser capaz de mirarme a los ojos.
— ¿no crees que llevamos poco tiempo de conocernos? — digo rascando mi cuello con nerviosismo.
— lose, pero en verdad tienes algo, no sé aun que es, pero es algo que me atrae a ti — me toma de las manos, mira mis ojos
—intentémoslo, si no funciona seremos solo amigos— pronuncia
—aun así, sigo diciendo qué es muy rápido, pero... okey acepto tu propuesta— pronuncio, pero aún no estoy muy convencida.
Bueno ahora sé que le gusto a él, por eso fue el beso de la vez pasada, no puedo negar que se sintió muy bien, pero no sé si sea porque nunca había besado a alguien, aun no sé qué siento, solo siento revuelto el estómago, ¿serán las supuestas mariposas?; no sé, pero estoy confundía con esta situación.
El me mira y en esos ojos se ve reflejada la felicidad empieza a saltar por todo mi cuarto, me empiezo a reír de su actitud, abren la puerta era mi padre...
—¿Qué están haciendo? Escucho ruidos raros — levanta una ceja mientras habla.
Dimitri responde —nada señor, estamos jugando mímica— sonríe con inocencia.
—Para usted Sr Harrison— dice a regañadientes.
—papa cálmate, confía en mi— le digo de manera tranquila y sonriendo, mi padre me mira extrañado, pero no dice nada, se va cerrando la puerta.
Nos reímos a carcajadas, pasar tiempo con él siempre es reconfortante, — ¿Qué vemos una peli de terror? — le digo en burla.
—jajaja que graciosita, ¿Por qué mejor no vemos una de romance? — me dice con ojitos de perrito regañado.
—está bien— digo con cara de aburrida.
—veamos esta, se llama el stand de los besos— me mira con mucha felicidad, no soy capaz de contradecirlo.
—okey pon esa entonces— le digo con una sonrisita.
-
Estoy llorando, me dolió un poco la despedida de ellos. siento el pulgar de Dimitri tocando mis pómulos para secar mis lágrimas.
—hasta llorando te vez hermosa— aparto su mano y lo miro mal.
—maldito coqueto— murmuro.
— ¿Cómo me dijiste? — me dice con una sonrisa maliciosa.
—nada, que gracias por venir— disimulando.
—bueno, es tiempo de irme— hace un puchero.
—vale, te acompaño— señalo la puerta.
—no, espera, despídete bien— me mira con los entre cerrados, pero con algo de maldad.
— ¿entonces como me despido? — tengo cara de confundida, el me acorrala con sus brazos.
—así— se acerca para besarme.
Es algo a lo que no me puedo resistir, sus besos son tan tiernos, tan suaves, esos labios carnocitos, en verdad saborearlos es un manjar, cuándo se separa, no paro de pensar que estamos llevando las cosas muy rápido, oh ¿será que es porque nunca he tenido novio?
Lo acompaño hasta la puerta, me despido de un beso en la mejilla, escucho como mi padre tose, cierro la puerta, me estoy dirigiendo a mi habitación, cuando escucho...
—ven aquí— dice mi padre, me preparo psicológicamente para el regaño.
—dime pá— digo nerviosa, pero con una sonrisita.
— ¿Quién es ese chico? Y ¿Qué le hizo a mi hija? — me quedo confundida con sus preguntas
—no entiendo— respondo.
—tu nunca sonríes con ese brillo en los ojos- me pongo roja.
—el solo es un... amigo — la última palabra la digo en voz baja.
— un "amigo"— dice haciendo comillas con sus dedos.
—ya déjala en paz— dice mi mama, mientras se ríe.
—bueno, hoy me dijo que fuera su...— mi padre me interrumpe.
—novia— su tono es un poco amargo.
—si— murmuro
—aah bueno, tengo que aceptar que ya no eres una niña, por lo que veo ese chico te hace feliz y eso es importante, a pesar de ser tu padre nunca te he visto feliz hasta que llego el, te voy a dar permiso para que estén juntos, pero no me defraudes— mi madre y yo quedamos impactadas con lo que dijo, mi padre siempre ha sido alguien super protector conmigo en ese aspecto, siempre me decía que no tuviera novio.
—estas bien, tienes fiebre— le toco la frente
—si vez, no me equivocó, tú nunca haces bromas, así que no estoy enfermo y súbete antes de que me arrepienta de lo que dije— no lo pienso dos veces y salgo corriendo.
Cierro la puerta al cerrar, tomo mi diario y anoto todo lo que ha pasado, mientras escribo, se me escapan unas sonrisitas, de verdad me está cambiando, creo que lo que siento, es que, si me gusta, wow en un par de días han pasado muchas cosas, pero no dejo de pensar en que las cosas se pueden dañar en cualquier momento.