Veo como poco a poco él se aleja de mí, sé que no debía preguntar, pero tampoco era para que se pusiera así, ni muerta esta noche dormiré con él. Entro a la casa super enfadada, busco unas cobijas para taparme y me acuesto en el sofá. Pocos minutos después me quedo dormida.
12:30 PM...
Siento como alguien me está alzando, pero el sueño me está venciendo, me acomoda en la cama. me siento, intento abrir los ojos lo más que pueda, pero es imposible. Dimitri esta frente a mi...
—¿Por qué no dormiste aquí? — me pregunta, pero no se oye enojado.
—no crees que puede ser... por cómo me gritaste en la cena, no sé, no se te paso por la cabeza que tal vez estoy molesta contigo— respondo con un tono de disgusto.
—sé que estas enojada, pero tú también tienes que entender que a mí no me gusta hablar de mí, te pido perdón, no debí gritarte, solo no hagas preguntas, te prometí que algún día te contaría todo, espera a que llegue — me dice mirándome a los ojos, pero su mirada se ve el arrepentimiento.
—tengo mucho sueño como para pelear ahorita, hasta mañana— no digo más y me acuesto.
—¿es enserio? — me replica.
No respondo nada, me hago la dormida, él se acuesta del otro lado de la cama, pero, poco a poco se va acercando a mí, noto como una te sus manos toca mi cintura, la quito, pero él la vuelve a poner, me volteo lo miro a los ojos con sumo desagrado, me levanto de la cama y me devuelvo a la sala...
—¿A dónde vas? — me pregunta indignado.
—a un lugar donde pueda dormir en paz — le grito.
Mientras salgo de la habitación puedo ver que hay un balcón, con una hamaca, me dirijo hacia ella, me acuesto y me arropo con las cobijas, puedo escuchar los pasos de Dimitri, no lo veo, pero sé que está detrás de mí, no dice nada, solo se queda ahí, pocos minutos después me vence el sueño.
6:00 AM...
Veo como el sol va saliendo, la luz me molesta en los ojos, me levanto y veo a Dimitri en una silla que está enfrente, él está dormido, se ve todo tierno, verlo así es una de mis adicciones más grandes, ver como su pecho baja y sube, ver como el sol hace brillar su piel, es tan... perfecto.
Haber pendeja te acuerdas que estas enojada con el...
Es cierto estoy enojada con él, salgo del balcón, voy a nuestra habitación y busco un poco de ropa, pero en sima de la cama veo una camisa que es grande, la agarro, me meto a bañar, después de terminar me coloco la camisa.
Salgo de la habitación, Dimitri aún sigue dormido, me voy a la cocina y me preparo un desayuno, pero soy un fracaso cocinando, así que solo pico fruta, la sirvo en un plato y me dirijo a la piscina, meto mis pies en el agua para refréscame, porque en verdad está haciendo un calor infernal. Como mi fruta mientras disfruto de la excelente vista...
Alguien se sienta al lado mío, obviamente era Dimitri...
—¿me perdonas? — lo dice mientras toma una de mis manos.
—no volveré a tolerar que me grites de esa manera— respondo con un tono de voz frio.
—eso es ¿un sí o un no? — me pregunta, lo volteo a ver.
— es un si me vuelves a gritar, terminamos — respondo un poco sarcástica.
— vele mi luna entiendo — jala mi mano, haciéndome levantar.
Salimos a correr, le grito que hacia dónde vamos, el solo me dice que es una sorpresa, me abre la puerta del auto, me subo, el da la vuelta y se sube, lo enciende, es la primera vez que veo a Dimitri manejar, se ve tan...
Caliente...
¿Qué? ¿no?, se ve guapo, nada más, verlo manejar me ha desbloqueado otra adicción hacia él, el sol cayendo en el verde de sus ojos, los hace ver únicos, un verde nunca antes visto o por lo menos para mí.
Me quedo mirando la ventana, veo como hay carteles señalando a la playa.
Ja se te daño la sorpresa, ya sé a dónde vamos.
-
Él se estaciona, me abre la puerta del auto, me bajo, el me toma de la cintura, poco a poco voy empezando a sentir la arena en mis pies, porque si, por salir tan rápido ni zapatos me pude poner, me lleva hasta la orilla de la playa, empezamos a caminar, en nosotros habita un silencio, pero es un silencio que no es incómodo, es más... tranquilizante, Dimitri rompe mi hermoso silencio.
—respondiendo tu pregunta de ayer, si, mi padre es un hombre muy ocupado, pero defendiendo a personas que no merecen defensa, no vayas a hacer preguntas, más a delante te contare — responde, pero sus mejillas están un poco rojas.
—vale no hare preguntas, sobre tu familia, ¿pero tú? Qué me dices de y ti— le replico, pero su cara es de tranquilidad.
—tengo 18, pero bueno eso ya lo sabes, mi comida favorita es el royo de carne que hace tu madre, es exquisito, mi dulce favorito son los chocolates, emmm, mi postre favorito son las fresas con crema, no escucho mucha música, así que no tengo una banda favorita... pero dentro de todo lo que te dije ahí una cosa que me encanta y es el simple hecho de que siempre que hablamos te sonrojas, eso es lo que más me gusta— lo último que dijo me dejo anonadada, que yo recuerde yo ya no me sonrojo cuando el me habla o ¿será que sí?, ¿pero no me doy cuenta?