― ¿Quieres volver a ser mi novia? ― su mirada se ve tan sincera, he sufrido tanto sin él, lo necesito, pero no quiero salir lastimada otra vez.
― no más apuestas ― pronuncio seria, el sube la comisura de su labio y su mirada se vuelve más intensa.
Alza una mano en modo de juramento ― lo prometo ― se me escapa una risita.
―no me vuelvas a lastimar mi sol ― su mirada ahora se ve asombrada.
―eso es un si ― me rio sarcásticamente.
― quieres que salga corriendo para que entiendas ― él se ríe y se empieza a acercar hacia mí.
Me da un beso, un beso un poco apasionado, un beso que va lento y rápido, un beso dulce y esperado, un beso que anhele, él se separa, nuestra respiración está un poco agitada, lo miró fijamente a los ojos.
―tenemos un problema― pronuncio, él se me queda viendo con el ceño fruncido.
― ¿Cuál? ― me pregunta, mientras que pasa una de sus manos por mi rostro.
―tenemos qué decirles a mis padres ― su cara se queda sin expresión.
―me odian ¿verdad? ― me da una sonrisa simple.
―un poco... mucho ― respondo con simpleza.
―bueno ve a bañarte, yo voy a cancelar un vuelo ― me guiña un ojo, se levanta de la cama y se dirige a su computador.
-
Lunes...
Estamos frente a mi casa, Dimitri esta hecho un manojo de nervios, hasta se le bajo la tensión y esta todo pálido, me paro en frente de él, tomo su cara en mis manos para que me mire.
―los convenceremos para que te perdonen, no voy a permitir que mi padre te lastime otra vez lo prometo, pero cálmate― esta todo tembloroso y no creo que sea solo por el frio de otoño.
―okey lunita confió en ti ― me toma de las muñecas y separa mis manos de su cara, me jala hacia el para que lo abrace.
―tranquilo― pronuncio en un susurro.
Abro la puerta de mi casa y veo a mis padres en la sala, cuando entra Dimitri, mis padres de una vez reaccionaron mal, mi padre se levantó del sofá y dirigió hacia el en modo amenazador.
― ¡FUERA DE MI CASA! ― Dimitri está paralizado del miedo, ni siquiera se pudo mover de su lugar, me pongo enfrente de mi padre para que se detenga, el me mira extrañado.
―después de todo lo que te hizo, aun te dignas a dirigirle la palabra ― pronuncia eufórico, mis ojos empezaron a humedecerse, él nunca me había hablado así.
―haber Ezequiel y que más esperabas de tu hija si desde pequeña siempre ha sido una idiota incapaz de controlar sus emociones― como siempre la fiera de mi madre salió a la luz después de mucho tiempo teniéndola encerrada.
―haber los dos se calman, si no se acuerdan yo ya soy mayor de edad y puedo hacer lo que yo quiera, puedo tomar mis propias decisiones sola y si estoy aquí es porque a pesar de que siempre me han dejado sola, me han humillado y me han tratado mal, los quiero, por eso quiero hablar con ustedes, para que aclaremos todo esto y ustedes lo puedan perdonar, porque si en verdad me quieren como dicen lo harán ― pronuncio en un grito desesperado, ellos me miran extrañados, yo nunca les había hablado así.
―hablen a ver ― mi padre se dirige al sofá y mi madre se sienta al lado de él.
Empezamos a explicarles todo lo que ha pasado los meses pasados, desde la depresión de Dimitri, hasta los regalos qué me dio, desde la apuesta, hasta lo que paso en la casa de la playa, desde lo que yo sufrí en el hospital, hasta el vacío que sentía. Mi padre estaba demasiado enojado, se notaba en su expresión, en cambio la de mi madre era más comprensiva, pero no confió en ella, hace un momento me trato mal y ahora si esta comprensiva, eso es raro. Obviamente no faltaron las partes en donde mi padre quiso pegarle a Dimitri, pero bueno después de todo creo que tal vez si puedan perdonarlo.
―no confió en tu cambio ― pronuncio mi padre un poco calmado.
―Dimitri, eres testigo de que te quise mucho, pero te metiste con lo más sagrado para mí― miro a mi madre extrañada.
― perdón madre, pero yo no soy lo más sagrado para ti, si eso fuera así tu no me tratarías tan mal ni me humillarías tan feo― comento un poco grosera.
― ¿no me puedo enojar? ― dice ella levantando una ceja.
― una cosa es enojarse y otra muy diferente es humillar a alguien ― mi madre se queda callada.
―Dimitri no se si pueda volver a confiar ti ― dice mi padre ante el silencio de mi madre.
―señor le prometo que no volveré a lastimarla de esa manera, si tuviera esa intención no estaría aquí pidiendo su perdón― pronuncia aun nervioso.
― no quiero palabras quiero actos ― amenaza.
―señor Harrison, quisiera pedirle permiso para salir con su hija mañana, ya que es 31 de octubre y me gustaría tener una cita con ella, bueno ya sé que estamos grandes, pero ir a pedir dulces o algo así ― lo miro extrañada, eso no me lo esperaba en lo absoluto me dejo impactada.
―bueno, es un buen inicio, pero más te vale que yo no vuelva a ver a mi hija en el estado que la dejaste la última vez, porque te lo juro, que yo mismo te matare y no me importa cuantos años de cárcel tenga que pagar por eso... estas advertido ― lo señala con el dedo, eso me doblemente impactada.
―señor se lo prometo no volverá a pasar ― dice en un tono quebradizo, puedo notar como sus manos están temblando.
―bueno yo creo que nos vamos a ver una película― pronuncio, me empiezo a dirigir junto a él hacia mi habitación, pero mi padre nos detiene.
― tú puedes ir a ver una película, Dimitri se va ― pronuncia serio, la cara de Dimitri se queda en shock.
―pero ¿Por qué? ― pregunto un poco histérica.
―el pidió permiso para mañana, así que sales por esa puerta y no la vuelves a cruzar hasta mañana ― se cruza de brazos con una ceja levantada.
―Mer, tranquila mañana vengo, no te preocupes ― me deja un beso en la frente, les da la mano a mis padres y sale de la casa.
―eres increíble papá ― respondo con sarcasmo y me voy a mi habitación.