A la mañana siguiente sonó bien temprano la alarma de su celular. Un tono irritante y molesto. Sandra se sentía mejor que ayer, pero su cuerpo todavía se encontraba agotado, pero tenía que ser fuerte y soportar el día de trabajo, no quería que la despidieran por faltar cuando llevaba tan poco tiempo trabajando allí.
Se bañó y vistió unos jeans oscuros y una franela sencilla. Comió un sándwich. Buscó su cartera y guardó sus medicamentos, eso era algo que no podía olvidar llevar. Sentía que llevaba una farmacia con tantas pastillas. Antes de que le detectaran su enfermedad no era de enfermarse ni de tomar pastillas. Su vida cambió totalmente cuando le dijeron que tenía lupus.
Le dio su comida a Cristal y se despidió de ella —Voy para el trabajo. Vuelvo más tarde. Te portas bien -la acarició y salió del apartamento.
Trabajó muy duro ese día. Llegó a su casa agotada. Cristal la saludó emocionada. Sandra la cargó y le hizo mucho cariño.
Su celular sonó y era un mensaje de Julián que decía "Te tengo que decir algo". Ella se sorprendió y le contestó "¿Qué ocurre?"
Recibió una videollamada de Julián.
—Hola Sandra -dice él desanimado.
—¿Qué ocurre? Es extraño verte así.
—Te tengo una mala noticia.
—No me asustes -responde Sandra preocupada. Él no era un hombre que se desanimaba fácilmente.
—No podré viajar. Hay mucho trabajo y tengo que asistir a reuniones.
—¿No vendrás?... Que triste. Nosotros te esperábamos -Ella se puso triste. Las navidades era la única época que la pasaban juntos.
—Yo también me siento triste -dice él deprimido- Quisiera pasar las fiestas con ustedes. Será otra navidad solo y aburrido.
—No te desanimes. Haremos videollamadas para que te sientas acompañado -Sandra trató de animarlo.
—No será lo mismo, pero gracias -Julián se le quedó viendo, Sandra se veía agotada- ¿Día difícil en el trabajo?
—¿Lo dices por mi cara o porque me veo destruida? -ella bromeaba, estaba segura que el cansancio se le reflejaba en el rostro.
—Las dos cosas ¿Te sientes bien?
—Sí, sólo muy agotada. Acabo de llegar. Estoy más muerta que viva -bromeó ella.
—Vaya a descansar, señorita. Sabes que debes descansar bien para que se te inflamen las articulaciones y aparezcan los dolores.
—Hace tiempo que no tengo inflamaciones.
—Y debes mantenerte así. Aunque tu enfermedad esté en remisión debes cuidarte para que no se active de nuevo. Te pones muy mal cuando estas así. Debes cuidarte. No me hagas preocupar. Ya tengo muchas cosas en que pensar. Vaya a cambiarse y a descansar ¡Ahora! -ordena Julián con seriedad.
—Sí señor -responde Sandra riéndose con un saludo militar - Gracias por preocuparte, aunque a veces exageradas. Te quiero, hablamos después, loco -y le sacó la lengua.
—Yo también te quiero, loquita -él también le saca la lengua.
***
Julián terminó la videollamada y se quedó pensativo. Ese día su jefe le dijo que no podía agarrar sus vacaciones como suele hacer cada año. Tenían un trabajo muy importante en donde debía estar presente.
《Tenía que ser justo cuando iba a viajar ¿No pudo ser otro mes del año? Estaba tan emocionado y ahora estoy deprimido》pensó Julián.
Llegó a su mansión. Era grande, pero no en exceso, hermosa y lujosa. 《Tan grande y tan vacía》 Durante esos años había obtenido una gran suma de dinero. Su salario aumentó mucho cuando fue ascendido. Él pensó que se sentiría como un dios, un gran puesto, una gran casa y un gran carro 《¿Entonces por qué me siento tan solo? Era lo que yo anhelaba》
Revisó su celular para ver fotos viejas. "Estaban Sandra y él abrazados en la playa" Se quedó viendo esa foto por un rato. Luego siguió pasando las fotos.
"En su cumpleaños 20 frente a su torta con Sandra y Margret a los lados y Lion, Gustavo abrazado a Johana, Magnu y Óscar" 《Ese día me llenaron la cara de torta》
"Magnu y Johana jugando videojuegos, Lion sentado en un sillón como gritando" 《Esa fue una competencia que hicimos. Al final ganó Magnu y nos tocó obedecerlo por una semana》
"Todos disfrazados con máscaras y pelucas con colores fosforescentes" 《Ese día de carnaval se nos ocurrió ir disfrazados a una fiesta. Parecíamos unos locos》
"Reunidos haciendo muecas alrededor de un gato cálico en la mesa con una torta con forma de gato" 《Ese fue el cumpleaños de Victorio, el gato de Johana. La loca esa todos los años le hace su fiesta de cumpleaños y nosotros somos los invitados con nuestras mascotas》
"Margret y otras chicas con vestidos en un escenario" 《El concurso de belleza en que participó. Sandra y Johana no quisieron hacerlo. Margret perdió y se quejó diciendo que era fraude》
Dejó su celular de lado 《Cómo los extraño. Si que nos divertiamos cuando nos reuníamos》
Se acostó en el sofá viendo su casa.
《Hay tanto silencio. Debería hacerle caso a Sandra y adoptar una mascota》
Su celular sonó, era una llamada, en la pantalla salía el nombre de "Silvana" su ex 《No te voy a responder》
Se dio un buen bañó y se colocó un bermudas verde y una camiseta con estampado de camuflaje. Se sentía cómodo. Prendió la televisión y buscó una película para ver.
Su celular continuó sonando, pero esta vez eran varios mensajes de Silvana.
—Hola amor. No me respondes las llamadas ni los mensajes. Debemos hablar y arreglar todo. Tú sabes que te amo mucho. Besitos.
—Julián, por favor. No me ignores. Hablemos.
—Te he dejado muchos mensajes. Responde.
Le dolía mucho lo que ella le hizo y no iba a perdonarla.
Y se quedó pensando en lo aburrido que serían sus navidades ese año.
***
En el chat grupal "Amigos por siempre locos" que tenían ellos llegó una nota de voz de Julián.
—Hola chicos, tengo que comentarles que este año no podré viajar por culpa del trabajo.
—¡NO! ¡QUE TRISTE! -escribe Johana con una carita llorando. Tiene 23 años, con el cabello castaño con reflejos dorados y ojos negros.
—¡Estúpido trabajo! ¿no vendrás a mi cumple? -escribe Lion.
—Y yo que esperaba poder molestarte en persona -escribe Óscar. Tiene 25 años, con el cabello negro muy corto y ojos negros.
—Ese es el problema de los trabajos, a veces son impredecibles. Espero que puedas venir después -se escucha la voz de Magnu en una nota de voz.
—Lo siento, de verdad quería viajar -responde Julián entristecido.
—Falta que se enteren Margret y Gus.
—Gus está haciendo una diligencia y Margret trabajando -contesta Johana.
—Yo también estoy trabajando -escribe Lion.
—Y es por eso que tu jefa siempre te regaña. Vaya a trabajar y deje el celular -dice Julián.
—Me salió otro jefe -escribe Lion- Y la verdad si me tengo que ir. Hablamos luego. Y Julián me debes un excelente regalo por no venir -y pone una carita sacando la lengua.
—Pero ¿podrás venir luego? -pregunta Johana.
—Cuando termine con este trabajo que tengo pendiente -responde Julián.
—¿Y cuánto crees que tardará? -escribe Óscar.
—Quizás dure un tiempo. Es algo muy importante.
—Desde que te volviste todo un empresario ya no tienes vida propia -dice Johana.
—Un buen trabajo trae muchas responsabilidad. Si tengo tiempo para mí, aunque me aburro a veces porque no tengo nada que hacer.
—Es que nos necesitas -dice Magnu riéndose.
—Es que ustedes son mis ladillas personales -contesta Julián entre risas. Esos locos le alegraban el día.
—Unas ladillas necesarias para tu vida -dice Johana.
—Es que nos ama -aparece Sandra en el grupo.
Todos escriben risas o caritas riéndose.
—¡Oigan! tengo pensado adoptar una mascota -les informa Julián.
—¿De verdad? -pregunta Magnu.
—Cuando tenga tiempo voy a ir a un refugio.
—¡Que lindo! Esos animalitos necesitan un buen hogar con mucho amor -responde Sandra.
—¿Un perro o un gato? -pregunta Óscar. Él tiene cinco perros a los cuales adora.
—Creo que un perro, así cuida la casa -contesta Julián.
—Mi Victorio cuida la casa -comenta Johana hablando de su gato.
—Sólo de las ratas y cucarachas. Si entra un ladrón sale corriendo.
—Es que a él no le gustan los desconocidos. Ya tiene 5 años y creo que tiene unos kilitos de más.
—¿Crees? Ese gato tuyo está gordo. A ver si la dieta la hace él y no tú -escribe Óscar.
Estuvieron un rato hablando y bromeando entre ellos.
—Acabo de leer el chat. Hablan mucho cuando no estoy ¿Entonces no vendrás Julián? -dice Margret con tristeza.
—No, lo siento.
Y ella pone muchas caritas llorando y triste. Algo dramática.
—No exageres. Parece como si me hubiera muerto. Viajaré cuando termine el trabajo.
—Pero es nuestra tradición -responde Margret.
—¿De qué tanto hablan? -aparece Gus.
—¿No lees? -escribe Sandra.
—Hay mas de mil mensajes en el chat. Háganme un resumen. Yo después lo leo.
—Julián no viajará -escribe Óscar.
—¿Qué? ¿Por qué? -pregunta Gus.
—Trabajo -escribe Julián.
***
Sandra después de la videollamada de Julián, cenó, se puso a barrer y acomodar unas cosas en su armario.
Se sintió agotada, mareada y con unas náuseas. Corrió rápido al baño y vomitó.
—Allí se fue mi cena -dice ella lavándose la boca- Eso me pasa por no descansar bien al llegar.
Se sentía muy mal, así qué tomó agua y se quedó dormida por 2 horas. Despertó y ya se sentía mejor, necesitaba descansar bien. Comió algo, no era bueno dormir sin cenar y su primera cena se fue por el inodoro. Acomodó sus cosas ya que tenía clases mañana. Cursaba los últimos semestres de medicina veterinaria.
Sonó su celular.
—Hola mi niña ¿cómo te fue en el trabajo? -dice Carolina su madre.
—Agotador como siempre.
—Ese trabajo te exige mucho. Sabes que el estrés te hace mucho daño y además con tus estudios.
—Yo sé que puedo, mami. Ya lo verás -respondió Sandra con firmeza. Ella sentía que su enfermedad no le iba a impedir cumplir sus planes.
—Me preocupo mucho por tu salud. Sabes como es el lupus que puede activarse de repente y después andas con los dolores.
—Hace un tiempo que no me dan los síntomas fuertes.
—No te quiero ver otra vez en una cama de hospital adolorida -contesta su madre con tristeza.
—Fue una época horrible. Sentía dolores por todos lados, las articulaciones se me inflamaron tanto que no podía doblar los brazos, las piernas ni los dedos, mi cabello hermoso se cayó demasiado que tuve que cortarlo y mis cachetes estaban super hinchados por la dosis alta de esteroides. Me veía horrorosa -se quejó Sandra recordando ese tiempo que espera no suceda de nuevo.
—Tú eres una chica hermosa, no importa lo que suceda.
—Gracias mami, hace rato vomité -dice ella con incomodidad. Sabia lo que contestaría su madre.
—¿Por qué fue? ¿Algo que comiste? ¿O te sientes muy mal? Dime y yo inmediatamente voy para allá -su madre se alteró rápidamente.
—Mamá son las 7 de la noche y no es para tanto. De verdad.
—Te creeré, pero mañana bien temprano te llamaré a ver como sigues. Si te sientes mal iré hasta allá, aunque no quieras.
—Esta bien, chao mami, te quiero -se despidió Sandra con cariño. A pesar de que sentía que su madre exageraba con su preocupación, al mismo tiempo eso le hacía feliz.
—Yo también te quiero, mi guerrera. Hasta mañana.
Ya eran las 8 de la noche. Sandra se tomó su medicamento y siguió sentada en la cama estudiando.
Después Cristal se colocó de dos patitas en la cama.
—Cristal ese lacito está torcido.
La carga. Busca su peine y comienza a peinarla. Ella se queda tranquila. Los Yorkie poseen un pelo liso que requiere un peinado constante. Le hizo su moñito y le colocó un lacito rojo con blanco.
—Listo, princesa. Estás divina.