Querido lector.
Te escribo está noche querido lector, porque eres mi amigo, compañero y porque me necesitas, lo creas o no, me necesitas para continuar un camino en está patética vida rodeada de personas ignorantes, porque después de leerme estarás bien (eso espero).
Recuerdo esas noches en que lloraba a las dos de la mañana por no poder tener un pequeño abrazo de mi amada Catrina.
Tenía tan solo dieciocho años cuando sucedió, parece haber sido ayer, creo que no lo superaré nunca, era tan adorable y pequeña, pero sufría del mal de la melancolía, era depresiva, era una pequeña bandida, solo necesitaba apoyo, necesitaba ayuda para salir adelante pero no lo logro, decayó y yo no la sostuve, no la ayude a salir adelante, la ame con toda mi alma pero nuestro amor era cohibido ante sus ojos y los de la vida.
Se fue y me dejo, solo con mis sueños, con una tortura ensordecedora, con nuestras promesas pactadas en algún momento, con los recuerdos que me carcomen en noches como estás, desde su partida ya no se ha dónde ir, desde su partida solo estoy aquí contagiado de su tortura y melancolía. Te parecerá extraño lector, que te cuente todo esto pero siendo sincero, le anhelo, le anhelo como un drogadicto queriendo un cigarrillo a las tres de la madrugada, como un loco enternecido por su sonrisa, la quiero para un largo tiempo, algo efímero y la añoro, no puedo evitarlo y la añoro tanto que la odio y me odio.
Todavía en mi convalecencia recuerdo; su cabello, sus ojos azules y su manera de hacerme feliz, debí haber sido yo y no ella, mi vida por la de ella, fue una inédita promesa y le falle.
No estoy bien pequeño lector y quizás tu tampoco, pero vive, sueña y haz todo lo que en su momento, yo no puedo.
No llores más pequeño, tienes un propósito en la vida, sé que caerás en el peor momento de tu vida, pero está bien (tú estarás bien), te levantarás, convencerás al mundo con tu sonrisa y seguirás adelante.
Con mucho cariño.
-Sky Dreams.