Una Navidad Con El Duque Amargado

Galletas

Abigail se sentía en las nubes mientras ayudaba junto con las demás asistentes de castillo del duque a decorarlo, por otro lado Lady Delancy y su hija estaban con una cara amarga ya que ella no fue la elegida para ser la primera en pasar tiempo con ella.

 

─No creo que terminemos a tiempo para navidad, lady ─ le dijo Susana a Abigail ─ él castigo es muy grande ─ le dijo

 

─Si, es bastante grande, pero es mejor concentrarse en unas áreas y después vemos lo demas ─ contestó ella tranquila mientras acomodaba las guirnaldas. 

 

─Pongan un muérdago aquí, por aquí y por aquí  ─ indico fue indicando Lady Given que ya se consideraba la suegra del duque Dipre dando ordenes de aquí para allá.

 

Aunque no solo era ella la única que estaba dando órdenes, Lady Delancy también se la había estado dando órdenes de cómo debía ir estar decorado todo, lo que se estaba convirtiendo en un caos, porque las asistentes no sabían a quién debían escuchar para la decoración del gran salón, pero para Abigail había sido más astuta y se había concentrado en la entrada del castillo.

 

Era lo que más le había gustado de él y cuando llegaron se sintió un poco decepcionada y triste al verlo completamente en blanco y sin ningún tipo de decoración, así que estaba más que encantada de decorarlo.

 

─Debe tener cuidado Lady por ese lugar, hay mucho hielo y puede resbalar ─ le dijo Tania cuando la vio caminar cercas de las fuentes del jardin.

 

─Gracias tendré cuidado, achuuu ─ estornudo de nuevo. Ella se había abrigado bien para poder estar afuera pero parecía que no iba a hacer suficiente, porque no dejaba de estornudar y su nariz se estaba poniendo roja.

 

─Será mejor tomar un descanso ─ le dijo Susana ─ no sería bueno que enfermase mi lady ─ le dijo ella ─ podemos ayudar adentro tambien ─ le dijo con la intencion de convencerla para que entraran.

 

─Dudo mucho que podamos hacer algo dentro con Lady Given y Delancy dando ordenes por todos lados, por cierto, ¿mi madre que se quedo haciendo? ─ preguntó ella ya que tenía un buen rato sin verla.

 

─Creo que está en la cocina Lady ─ contestó Tania.

 

─Pues voy con ella entonces por unos minutos, pero voy a volver ─ le advirtio a ambas ─ no terminen sin mi ─ le dijo y fue hasta la Susuna la acompañó hasta la cocina para volver fuera.

 

─¿Ya terminaste hija? ─ le preguntó su madre.

 

─No, él castillo es muy grande no creo que terminemos hoy la verdad, ¿preparas galletas? ─ preguntó con interés y alegría.

 

─Así es él duque muy generosamente dispuso que todas podíamos entretener nuestro tiempo en lo que más quisiéramos, así que me he puesto ha hacer unas galletas ─ le contó.

 

─¿De jengibre? ─ preguntó con entusiasmo eran sus favoritas.

 

─Así es, ¿me ayudas? ─

 

─Por supuesto ─ contestó ella quitándose él abrigo y una de las cocineras le entregó un delantal y ayudó a su madre a prepararlas, además de a las demás mujeres que estaban preparando la comida aunque ella le decían que no debía hacerlo, si ella era una chica de ciudad pero no le importaba ensuciarse las manos.

 

Por otro lado, Franco salió dio un paseo con Lady Alicia por él los jardines del castillo, estaba completamente arrepentido, en todo él rato ella no había dejado de hablar, haciéndole halagos a él, al castillo, haciendo se halagos propios, en todo ese tiempo él apenas pude decir cómo máximo unas once o trece palabras en total, todo lo demás lo dijo ella y estuvieron paseando toda la mañana.

 

─Que cambio ─ dijo Franco asombrado por lo diferente que se miraba él jardin principal del castillo decorado con adornos navideños, aunque aun le faltaban unas cuantas cosas más ─ les está quedando precios Tania ─ le felicito.

 

─Seguramente lo hicieron bajo la supervisión de mi madre ─ dijo Alicia con orgullo, aferrada cómo un gata del brazo de él, no lo había soltado desde que él galantemente se lo había ofrecido y él ya estaba empezando a sentir que él brazo se le dormía.

 

─En realidad Lady Abigail es la que estaba ayudando a decorarlo, pero hace un rato fue a la cocina porque él clima tan frío la estaba afectando, su madre está decorando él salon ─ contestó Tania.

 

─Y seguramente está haciendo un maravilloso trabajo ahí ─ dijo Alicia con suficiencia.

 

─Pues vamos a verlo ─ dijo Franco.

 

─¿Nuestro tiempo ya acabó? ─ preguntó la morena con decepción.

 

─Por hoy si pero ya tendremos más tiempo ─ le dijo encantador, ganándose una sonrisa y sonrojo de parte de ella pensando que lo había hecho tan bien que él quería  repetir su paseo.

 

Lo primero que él duque captó cuando entraron fue él agradable aroma a galletas de jengibre, su madre siempre hacía de esas galletas para las fiestas, eran sus favoritas, pero no pudo estar demasiado pendiente a eso, ya que Alicia lo estaba jalando del brazo para que fueran al salón y vieran la gran obra de su madre.

 

─Vaya ─ fue lo único que logro decir.

 

Habían llenado él lugar de guirnaldas y luces por todo lados, no es que estaba mal, pero era demasiado para lo que él le gustaba que estuvieran las cosas, además se notaba que había habido un choque de idea, porque habían demaciado colores diferentes.

 

─Duque, hija ya están de regreso ─ dijo Dayan al verlos, demasiado pronto para su disgusto, esperaba que fuera más tiempo.

 

─Bastante rápido ─ comentó Lady Delancy en tono bajo que estaba a su lado.

 

─Verdad que se ve muy bien lo que hizo mi madre ─ dijo Alicia.

 

─Hicimos todas ─ corrigió de Adelaila.

 

─Bienvenido Duque  ─ dijo Joseho llegando con más cajas de luces.




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