-Nunca haces nada bien, eres una inútil que solo sabe escribir porquerías, será mejor que hagas lo que te dijo antes que a paces peor, ¿oistes? - la pobre niña lloraba en el piso con un sangrado en la cara causada por una bofetada que le había dado la señora, con dificultad y dolor se levantó del suelo y sin importarle la herida hizo lo que le ordenaron, ella estaba acostumbrada al dolor, ya no le causaba tanto llanto como la primera vez, aunque la gente veo terrible eso, era lo de todos los días, día tras día y golpe tras golpe, no había un día en que la señora estuviera satisfecha con mi trabajo, se quejaba por la mínima cosa y esa me costaba a mí, todo mi cuerpo, lleno de cicatrices que seguían doliendo aunque ya no sangren, cada que las veo mis ojos se llenan de lágrimas, y el mismo pensamiento siempre pasa por mi mente, - ¿qué mal he hecho para merecer esto?, ¿la señora me dejara vivir algún día? - siempre el mismo pensamiento que nunca acabara. Los días seguían pasando y nuevas heridas se iban formando, hasta que un día paso lo peor, -MALDITA MIRA LO QUE HAS HECHO, ¿COMO PUDISTE HACER ALGO ASÍ? ¿SABES QUE ESO TE COSTARA LA VIDA? ¿VERDAD? - la niña que tanto había sufrido y nunca mostró una sonrisa, se alegró por primera vez por tales horribles palabras, no dijo nada, pero sonreía, estaba muy alegre, por fin acabaría con su tormento, pero... eso no sería tan fácil, no estaba decidida a morir sola, tenía que llevarse a alguien y ¿Quién mejor que la señora? Salvaría muchas vidas si lo hago...