Capítulo VI
Las hojas caen del árbol
para dar energía y
vida a nuevas plantas.
Todos en la vida en algún momento vivimos alguna fases; sean buenas o sean malas, de igual forma son fases que nos dejan en nuestra existencia un aprendizaje; desde que nacemos, vivimos ciertos aprendizajes para nuestro crecimiento, para nuestro andar y nuestro ser en sí.
Desde muy pequeños son enseñan a hablar, andar, caminar, vestir, ser, bailar, reír, y pare de contar y lo interesante es que lo vemos como algo natural (y lo es en cierta forma) todo aquello que pasa y lo que deja de pasar es un aprendizaje que en definitiva genera nuevas experiencias para nuestra vida.
Dichas fases son algo que va en base nuestra existencia como tal (son necesarias) y todos sin excepciones pasan por ellas para transformarnos o transformarse en los seres que debemos y deben ser, y como antes les venía contado un poco de mí y continuando en ello, a los 16 años de edad me mude a la ciudad que antes le había mencionado, esa ciudad que estaba cerca del pueblo donde residía.
Salí de allí con muchos miedos y temores a lo nuevo e inesperado, pero con muchos sueños y metas trazadas a cumplir y una de ellas era el estudiar y poder tener en mis manos un título universitario.
Una ciudad muy grande (bueno no tan grande) por el hecho de venir de un pueblo muy pequeño se me hacía gigante lo que me rodeaba.
Allí comienza una nueva aventura, cuando por fin conocí el campus, las personas y aulas de la universidad, en efecto una fase de mucho aprendizaje en todos los sentidos que se puedan imaginar.
Fueron casi 4 años luchando por aquello que de primera instancia partí desde mi pueblo, recibiendo así a los 19 años un título universitario de agroalimentación.
Fue una experiencia única e inigualable en la vida, como todas claro esta y sin mentirle puedo decir que ha sido una de mis mejores decisiones, una de mis mejores fases donde puede comenzar descubrir muchas; millones de cosas en la que soy bueno así como todos somos bueno en algo.
Solo mira a tu alrededor y recuerda cada fase de aprendizaje que ha llegado a tu vida y gracias a ello eres el ser que hoy en día está brillando por lo que es en un mundo colmado de tanta oscuridad.
Importante resaltar que a veces no llegan las fases si no que somos nosotros las que se presentan en las vidas de los demás para dejar, enseñar algo importante que le ayudara a dicha persona en su crecimiento personal y espiritual.
Todo, es un rio que fluye constantemente de energía sin detenerse ante nada y lo que tú haces o las fases que se presentas en tu vida alimentan esa fuerza, ese rio el cual se va retroalimentando de una u otra forma por cada acción y/o movimiento que se genera desde la partícula más pequeña hasta la explosión de una estrella en el universo y me atrevería a citar un dicho que va de la mano a ello, a lo que haces, generas y las fases que vivimos { Aquel que siembra buena semilla, que aspire recoger buen grano, pero aquel que no se percate de lo que sembró, que no pretenda recoger el mejor fruto}
Las experiencias forma parte de ese rio que fluye y constantemente va creando una retribución para con todos de forma equitativa; por ello acepta cada una de las cosas que te rodean, que tienes, que haces, que has vivido y vivirás porque te han hecho lo que hoy eres. Un ser lleno de magnificas cosas únicas dentro de 7 000 000 000 millones de personas de entre todo el planeta, puesto que hay algo que tú haces que nadie puede hacer mejor así que comienza a vivir casa fase y acepta lo que te pueda enseñar para tu mismo crecimiento.