20,000 años en el pasado nació Naturo. Un ser con la apariencia de un joven humano, con la capacidad de utilizar las habilidades de cualquier ser vivo en el planeta. Su nombre significa naturaleza en esperanto. A lo largo de su existencia, Naturo ha ayudado a la humanidad a salir adelante, los protegía y orientaba constantemente. Era normal que los humanos se enfrentaran entre ellos por razones que para Naturo eran absurdas: territorio, poder económico, militar y político. En más de una ocasión, el mundo estuvo a punto de sumergirse en una guerra mundial, pero Naturo siempre eliminaba esa tensión, obligando a los involucrados a resolver sus diferencias y llegar a un acuerdo pacíficamente. La sociedad lo veía como un líder, acataban sus ordenes sin cuestionarlas, hasta que, en el año 24,483, una crisis sin precedentes cambió por completo el rumbo de la humanidad.
Para ese año, la población humana superaba los 25,000 millones. Los recursos naturales no alcanzaban para absolutamente nadie. La comida y el agua era escasa. Los continentes se volvían desérticos a ritmos preocupantes. Ahora los humanos peleaban entre si no por las mismas razones de antes, sino ahora por sobrevivir. Las familias cuidaban a su descendencia con recelo y luchaban por comida y agua para sus hijos. Los gobiernos alrededor del mundo hacían lo que estaba a su alcance para satisfacer las necesidades de sus ciudadanos, pero era una misión imposible.
Un día, lo que los teístas llamaban como la tumba del hijo del creador de todo, desapareció sin dejar rastro, como si el universo mismo lo hubiera eliminado por completo de la existencia. Las autoridades religiosas se culparon mutuamente de lo sucedido y cada uno juró en nombre de su respectivo dios, que destruirían a sus homólogos por semejante grosería, a pesar de que ninguno de los que acusaban tenían pruebas que sustentaran sus palabras. Llamaron a sus mas fieles seguidores alrededor del mundo a tomar las armas y atentar contra quienes creían miembros del grupo responsable de imperdonable blasfemia. Gobiernos oportunistas metieron leña al fuego enviando soldados vestidos de civiles a otros países, principalmente a las superpotencias, para perpetrar operaciones de bandera falsa. La confusión orilló a todos los países del mundo a involucrarse en el conflicto, dando inicio la Gran Guerra Santa.
Los gobiernos de todo el mundo invirtieron enormes sumas de dinero en investigaciones científicas y tecnológicas. La humanidad ya vivía en pésimas condiciones debido a la escasez de recursos y la Gran Guerra Santa solo empeoró aún más ese principal problema. Debido al conflicto, los más privilegiados eran los militares, quienes recibían directamente todo lo que les hacía falta a los ciudadanos: comida, agua, medicina e higiene. Esto incitó a los más necesitados a alistarse en el ejército de sus respectivos países, lo cual aumentaba indirectamente el caos de la guerra, que empeoraba aún más la situación de los inocentes, orillándolos a alistarse en el ejército...era un bucle bastante desagradable.
En mitad de la guerra, nació un virus en los entornos más insalubres. Debido a la gravedad del patógeno, la ciencia lo nombró como anti-hominum. Este virus destruía literalmente el cuerpo humano. Le daba un aspecto "zombificado". Los enfermos morían por infecciones en las heridas, hemorragias internas y externas, así como daño cerebral. Las victimasmás afortunadas del anti-hominum, en lugar de sufrir todas esas cosas, caían permanentemente en estado de coma y morían por inanición o por un paro cardiorrespiratorio. Irónicamente estas personas tenían la mejor forma de morir en medio de un mundo sumergido en el caos, pues se decía que caían en un sueño profundo y no sentían nada más después de eso. Mientras que el resto de enfermos y otras personas, morían con agonía.
Los científicos llegaron a una triste conclusión: el anti-hominum no tenía cura. Ningún anti-viral era eficaz y la posibilidad de desarrollar una vacuna era completamente cero. Sin embargo, tiempo después encontraron una alternativa muy arriesgada: "incompatibilizar" el ADN humano hibridándolo con la información genética de diversos animales. Los científicos descubrieron que el virus solo atacaba si su victima era 100% humana, entonces, si se fusionaba su información con el de otro ser vivo, la persona se volvía inmune al virus por la mera imposibilidad de cumplir el requisito principal para enfermar. Fue así como iniciaron a formar grupos humanos para hibridarlos con algún animal en concreto. Y de esta manera nacieron los Nova Homaro, que significa nueva humanidad en esperanto.
La pandemia del anti-hominum acabó con cientos de millones de personas y obligó al mundo a terminar la Gran Guerra Santa para combatir juntos al patógeno. Tras finalizar la guerra, solo quedaban alrededor de 1,000 personas con vida, sin contar a los Nova Homaro. El virus cesó por completo y ningún ser humano volvió a enfermar por culpa de este.
Desde el inicio hasta el final de la Gran Guerra Santa, Naturo quiso intervenir, pero le fue imposible. La desesperación y la ira nublo la mente y el corazón de todos los humanos. Era como si él nunca hubiese existido ni en una página de la historia. Lleno de tristeza y rabia, desapareció del mundo y no se supo nada de él desde entonces. Pero antes de su desaparición, dejó una información valiosa que les daría a los humanos una nueva oportunidad para reconciliarse con él y sobre todo con el planeta, el único lugar que había permanecido intacto y era apto para los humanos: El continente del sur. Tras años de travesía, los sobrevivientes fundaron en este lugar del planeta un nuevo país al que llamarían La Unión Suprema. Por otro lado, los Nova Homaro decidieron no acompañar a los humanos y prefirieron vivir apartados de ellos. Tomaron como hogar los continentes devastados, bajo la promesa de restaurarlos. A los humanos se les prohibió volver a pisar estas masas de tierra, por lo que estos continentes en su conjunto pasaron a llamarse La Tierra Prohibida.
Editado: 25.01.2019