Luego de descender del carruaje, el Duque apareció para saludar a su hija y a su sobrino.
—¿Te divertiste? —le preguntó al pelirrojo.
—Tío, el sentido de diversión de su hija es muy diferente al mío. Más que haber tenido entretenimiento, recibí mucho trabajo —gruñó.
—Entonces, te divertiste —sonrió amablemente el Duque—, me alegro. Vuelve a visitarnos, por favor. Arlos, sigue a Quizi, ella te preparará el baño. Luego cenaremos y te contaré las nuevas noticias.
Arlos asintió con la cabeza y siguió a la sirvienta. Sky dio un paso hacia adelante, pero el Duque aún seguía inmóvil, detrás de ella.
—¿Sucedió algo, padre? —escudriñó.
El Duque relajó sus cejas y mostró su rostro decepcionado por la situación—. Mi Rubín, ese mismo día fui a realizar la solicitud de ruptura, la presenté en la mesa de partes de la Secretaria General de Asuntos Regios. Inmediatamente, fue comunicado al Rey ya que es estrictamente confidencial el procedimiento. Y él me convocó esa misma noche, partí a palacio y tuvimos una fuerte discusión.
Sky sintió un escalofrío recorrer su cuerpo. Discutir con el Rey no era ninguna broma, el padre de Rubín podía ostentar un título real, pero jamás su voluntad podría estar por encima de la del Rey. "Así que todo sería inútil". Como era la línea de hechos, ella tendría que seguir cerca del Príncipe y fortalecer la relación entre él y Lady Aidina hasta que al final... Hasta que al final, Rubín muriera.
—Padre, ¿qué te dijo el Rey? ¡Lo siento, seguiré con esto! No importa, al final todo queda en manos del Príncipe Heredero, tampoco creo que me case con él, esperemos, solo esperemos. Ya no hagamos nada, por favor.
—¡¿Cómo?! Rubín, tu felicidad está por encima de todo. El Rey no me dijo, sino lo más razonable en este tipo de matrimonios: romper el compromiso por el "insignificante" problema del amor, no es válido. El procedimiento que empecé seguirá su curso, hasta entonces el Rey mantendrá en silencio todo lo relacionado a esto y el Príncipe Heredero será llamado en última instancia para dar su opinión, no ahora... Hija mía, lamento decirte esto, pero faltan solo seis meses para la fecha de su compromiso, el trámite culminará en tres. Así que el Rey piensa que ustedes pueden acercarse en esto meses. Me negué a esa petición; sin embargo, esté vigente o no el trámite, en el contrato de promesa matrimonial, la prometida, los tres meses anteriores a la boda, ya tiene que alojarse en el Palacio Real, por lo que el Rey quiere adelantar estos tres meses. Tiene la esperanza de que ustedes dos congenien.
Sky comprendía porque el Rey aceptaba su matrimonio y trataba de que no se disolviera el compromiso. El libro explicaba que el Reino de Norember era un reino próspero y consolidado, poco le faltaba para convertirse en un imperio, ya que tenía colonias en cuatro reinos restantes, que en cualquier momento podían ser conquistados. No necesitaba casar a su hijo con una princesa foránea, por lo que quería que la sangre real no se contaminara. Y la única mujer casadera de sangre real apta para el Príncipe Heredero era la hija de los Duques de Mensis.
—¿Qué puedo hacer ahora padre? ¿Qué me recomienda usted? Yo todavía tengo cosas que hacer en Caibos, ¿no puedo solo ir los fines de semana como lo he estado haciendo hasta ahora?, ¿existe esa posibilidad? —Musitó alterada.
El Duque negó con la cabeza— El Rey se ha tomado muy a pecho esto, ha solicitado a los Duques que envíen a sus hijos estos tres meses para que sirvan como chaperones, excusándose en el fortalecimiento de los integrantes de la realeza. Mi querida Rubín, ese cretino del Rey jamás ha sido alguien que me haya agradado, y pienso que sucede lo mismo de su parte. Luego de la discusión no estuvo dispuesto a escucharme, tampoco es bueno hacer un escándalo fuera de su despacho, por esa razón regresé. Mañana ve junto a Arlos y háblale de la forma más cordial posible. Sería bueno que le contaras ya del proyecto Caibos, aunque lo puede tomar como una excusa, también podría ser una salida.
—Eso no, aún no debe saberlo el Rey, pondría sus manos para que yo ya no me encargue de eso personalmente y desnaturalizaría todo lo que estoy tratando de lograr. Si no hay otra opción iré, pero te pido que le des libertad a mi mano derecha para que haga mis veces, confío en Reene tanto como tu confías en su padre.
El Duque sintió una grata emoción al escuchar a su hija hablar de esa manera, anteponiendo su trabajo y sus convicciones antes que un asunto que involucrara a ese príncipe por el que antes se desvivía.
"Estoy agradecido con Lady Janina, me ha dado una hija tan maravillosa".
Inmediatamente, Lady Rubín convocó a Reene y reformularon los planes. Reene también estaba indignadísimo con la actitud del Rey y dentro suyo peroraba malos augurios hacia el Norem y su estúpido heredero que no valoraba a su señorita.
—Disculpa por dejarte solo, esto escapó de mis manos.
—No se preocupe señorita, yo asumiré gustoso este trabajo y daré lo mejor de mí. Serán en total tres meses. Es una lástima, pero todavía usted puede hablar con el Rey.
—No dudes que lo haré —Sky se golpeó la frente al recordar el examen de Excelencia Civil al que se había inscrito.
En la segunda semana de llegada a ese mundo, fue a visitar a los Duques por la mañana, encontrando a su padre con una sonrisa radiante frente a la puerta, a pesar de saludarla tan amablemente le impidió el paso a la habitación. Por un pequeño espacio entre la puerta y su padre, logró ver a la Duquesa acostada de cúbito ventral sobre la cama quejándose mientras el Duque reía entre dientes y le insistía a su hija que su madre estaba indispuesta para recibirla. "Tu madre está de mal humor, hoy", le dijo. Y Sky no comprendió por qué si ella estaba de mal humor él estaba tan feliz. Se disculpó por interrumpirlos y regresó a su habitación, siendo citada por su padre por la tarde. Fue así que visitó su despacho a eso de las cinco, nuevamente el Duque parecía ocupado, ya que dentro del despacho estaba teniendo una conversando con alguien.