Ángeles
Al principio se quedó en blanco apreciándose descubierta.
Como si aquel dominara una información, que solo un par de personas conocían.
¿Si Duncan ya se lo había comunicado?
Imposible.
Era el más interesado en que nadie supiese de su propuesta, al yacer como el directo perjudicado.
Pero le tenía la confianza suficiente para dejarla a su cuidado.
O solo lo había hecho, porque fue el primero que cruzó por su cabeza para deshacerse por un tiempo de su presencia.
Quieres verle peros donde no los tiene.
Pero siendo objetiva, si fuese el caso con lo directo que se había mostrado no se andaría por las ramas, ya se lo hubiese manifestado abiertamente de ser el caso.
Así que dejándose de deducciones apresuradas decidió apartar las cavilaciones, para responder de la misma manera que este, sin parecer que estuviese actuando a la defensiva.
—Solo es un hombre interesado por su esposa a la par de obligaciones, porque si no fuese el caso no se hubiera tomado el trabajo de incordiar a terceros— se quedaría sin importar nada a mi lado.
Esa respuesta ocasionó que entrecerrara los ojos con curiosidad portando una sonrisa en los labios, retándola a ver por cuanto sostenía esa falacia.
» Aparte es conocido que es de sabios no especular, y callar hasta los pensares cuando se debe, si no se tiene algo en concreto con lo que se pueda sostener las deducciones curiosas, haciendo que lo que salga de la boca se tome como embuste ofensivo— sonrió en repuesta mostrando unos hoyuelos que ella no se había percatado, pero que en su rostro varonil lo volvían un poco más pícaro y juvenil.
—Una respuesta demasiado a la defensiva, que se torna sospechosa cuando alguien no planea revelar lo que ocurre en realidad.
—Diría a mi juicio que es una contestación lo bastante condescendiente, resultando un tema lo suficientemente privado, para reservarme el derecho a si quiera considerar hablar de él— no se dejaría al descubierto delante de alguien que, aunque aparentemente agradable acababa de conocer—. Pero al ser el perjudicado por actos que no te atañen, me veo obligada a decirte que no hay nada por lo que mal pensar, porque como te has podido dar cuenta soy lo bastante transparente, que los misterios se resuelven solo con verme.
—Lo que se dice de ti no te hace juicio— se sinceró al verla tan madura para solo ostentar escasos diecinueve años, o hasta menos—. Eres más que una cara bonita— por eso la fascinación de mi primo por retenerte.
Eso ultimo consiguió, que en ese aspecto dejase fluir todo cuanto tenía por decir.
—Al parecer creíste que era una chiquilla caprichosa que poco sabia de la vida, y puede que sea cierto, pero no me considero tan inconsciente— soltó en tono apasionado—, pues no soy de las que les gusta sentarse como si fuera una muñeca sin voluntad a degustar del té, mientras entablo conversaciones del prójimo— no era cotilla—. Al igual que no me interesa la vida de los demás, pues demasiado se tiene con la propia para desvelarse por lo que hace el Conde de dos mansiones después, o lo que se dice del Duque que vive al lado, o lo que hace...— exclamaba mientras movía eufóricamente sus manos, y este la miraba embobado sin darse por enterada—. Por muy difícil que resulté creer fui criada por un hombre, y las institutrices no lograron sacar esa alma de cotilla que tiene la mayoría de mi genero— sonrió despreocupadamente, mientras arrancaba cuidadosamente una rosa de un color amarillo con visos naranjas, al volver a estar cerca de los rosales—. Inclusive, si no fuera un escándalo en las reuniones sociales siempre, aunque no lo haga un hecho estaría en el salón de caballeros debatiendo cualquier tema de política, o lo último que se habló en la cámara de lores— eso sí se ganaba su completa atención, inclusive de aquello había hablado con Duncan y no le pareció descabellada su manera de pensar, pese a que le sorprendió al inicio—. O platicando de lo actual con respecto al licor, pero sin fumar un puro o tomar whisky, pues tengo resistencia al alcohol, pero no me decanto por este— lo había probado con anterioridad—, ya que he sido testigo de las consecuencias de tomar en exceso, y prefiero estar sobria aparte de que no sería bien visto— no supo cómo, pero después de hablar se sintió tan en confianza que se dejó llevar—. Así que, en definidas cuentas lo único que te puedo decir en resolución, es que no es bueno dejarse guiar por las primeras impresiones, ya que esas engañan y pueden formarte una idea errada de lo que es una persona en realidad, sin contar con las especulaciones, cuando no se sabe la situación real.
Cuando culminó su pasional exposición el silencio reinó.
Como si sus palabras hubiesen tocado una fibra sensible.
Como si nadie le hubiese hablado de manera tan abierta, como si la verdad lo enmudeció al punto de cortarle una hostil, a la par de burlesca contestación.
—Eso lo sé de sobra Ángeles— lo más serio que le había escuchado hasta el momento—. Lamento conjeturar sin conocer el tema a tratar, solo dejándome guiar por mi vena chismosa, que no deja de incordiar— lo advirtió asintiendo para que prosiguiera, pese a que no estaba nada cómoda con el tema porque sabía que tenía más por decir—. Solo pretendía saciar mi curiosidad con respecto a ustedes, pues su matrimonio como el de la mayoría fue una imposición, así que no sería raro que solo se base en la cordialidad— pese a como se miran.
—Al punto, que eso ya lo sabe todo el mundo— apresuró queriendo acabar con la conversación.
—Tus deseos son ordenes— reverenció con mofa— ¿Si hubieses tenido la oportunidad de elegir, te hubieras unido a él? — se lo esperaba.
Pero de igual forma la tomó por sorpresa.
Tanto que boqueó sin entender como contestar.
Hasta que como pudo aclaró las ideas, y encontró su voz.
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Editado: 22.04.2023