Una Promesa A La Luna

Capítulo 10

Raiden

 

Sentí algo moviéndose sobre mí.

Estaba descansado tan bien que no quería abrir los ojos, pero sentí unos cuantos golpes en el pecho y abrí los ojos quedándome casi ciego al ver directamente el sol.

—Ah mierda…

Los cerré de inmediato y así los mantuve un tiempo hasta que pestañé repetidas veces por al menos 15 segundos.

Miré a mi alrededor, me di cuenta que estoy en un jardín y a un lado mío hay un conejo color café comiendo pasto.

—Eso debe de explicar los golpes en mi pecho.

Resolví una pregunta que estaban en mi cabeza y la otra era ¿Qué hago en el jardín?

Me senté y talle mi cara con las palmas de mi mano, mire a un lado y me sorprendí al ver a Celine dormida cómodamente.

—Ah, la fiesta. — algunos recuerdos vinieron poco a poco deteniéndose en donde estaba bailando.

Rasque mi cabeza y entonces alguien me llamo.

—Ya despertaste Ángel.

Una chica de piel oscura y cabello negro se acercó y me hablo. Aun un poco somnoliento la mire y hable.

—¿Ángel? Mi nombre es Raiden. — ella se rio.

—Es el apodo que te pusieron anoche en la fiesta. — la mire confundido. —Todas las chicas y algunos chicos tenían los ojos sobre ti, eres tan apuesto que parecía que un ángel bajo del cielo y vino a la fiesta. Así que como no sabían tu nombre te apodaron “Ángel”

Bostece y rasque mi cuello asintiendo a su explicación.

—De verdad eres apuesto incluso acabando de despertar.

Me siento un poco incomodo al escuchar sus palabras, pero no dije nada y solo me puse de piel. La chica se acercó a Celine y la sacudió mientras decía su nombre.

—Ya despierta. — Celine se quejó, pero termino por abrir los ojos y la miro en silencio un buen rato.

—¿Pheope? ¿Por qué estás aquí? — pregunto mientras se tallaba los ojos.

—Si, la fiesta fue un gran éxito. — esa palabra hizo a Celine recordar y nos miró sorprendida.

—¡Fue lo mejor! — la chica comenzó a reír y Celine se puso de pie. —Vaya resaca que traigo, pero me divertí. Gracias Pheope. — la abrazo.

—Si, sé que soy la mejor de los cuatro. Ahora vamos a despertar a los demás y a desayunar.

Celine me sonrió y me hizo un gesto para que las siguiera. Entramos dentro de la casa la cual estaba echa un desastre, la pelinegra y Celine se acercaron a un chico que está dormido en las escaleras.

—¡Caín!

—¿Caín?

Recordé que es el chico que mordió el cuello de Celine. Fruncí el ceño y mi cuerpo se tensó.

—Despierta Caín. — hablo ahora Celine.

El chico se levantó y bostezando dijo que iría al baño.

Mas adelante encontramos a un chico solo en calzoncillos, antes de despertarlo la pelinegra tomo algunas fotos y cuando pensaron que era suficiente comenzaron a sacudirlo.

—¡Ah! ¿Y mi ropa?

—Eso mismo nos preguntamos. — el chico camino en todo el lugar en busca de su ropa.

—¿Dónde está Lela? Estoy segura la vi antes de quedarme dormida.

En ese momento el chico llamado Caín volvió acompañado de una morena de pelo castaño.

—Encontré a Lela en el baño.

La chica con una cara somnolienta, sonrió y saludo sacudiendo su mano. Cuando a los tres chicos se les paso el sueño me miraron y recordaron quien soy.

—Es el Ángel. — dijeron los tres, quería corregirlos de inmediato, pero Celine pregunto a que se referían y entonces le explicaron como fui bautizado como Ángel.

Ahora caminaron al comedor donde ya estaban hechos unos panqueques sobre la mesa. Cada uno tomo asiento y comenzaron a comer. Me senté a un lado de Celine y coloco en el plato frente a mí, dos panqueques los cuales comí lentamente.

—Entonces Ángel. — mire a un chico moreno de cabello negro. —Mi amiga te beso y comenzaron una extraña relación.

—¡Oye! — Celine se quejó de inmediato y el chico se rio.

—Déjame corregirme. — tomo un sorbo de licuado y siguió hablando. —Mi amiga te ataco y ahora son amigos, también nos contó que la ayudaste a conseguir empleo para que pueda comprar ese hermoso vestido rojo. Además, eres super apuesto, ¿seguro no estás solo jugando con mi bebe?

Celine lo mato con la mirada y yo no sabía que decir. Aun así, tenía que contestar ya que todos esperaban mi respuesta, incluso la misma Celine.

Respire hondo y mire a cada uno.

—Celine me explico el porque me beso y eso fue suficiente para entenderlo.

—¿Entonces te gusto su beso?

—Oh dios, estos chicos en verdad…

Lamí mis labios y contesté la pregunta de la pelinegra. —No me quejo. — los chicos gritaron y Celine bajo la mirada avergonzada.




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