Celine
Me encontraba en mi habitación pensando en lo que paso anoche.
Cuando termine de llorar Caín no me pregunto nada, solo se quedó en silencio abrazándome hasta que me sentí mejor y tomamos un taxi para regresar a casa.
No pudimos hablar debido a que mi padre estaba regresando del trabajo y tenía que preparar la cena, así que con una sonrisa y como si nada hubiera pasado me despedí de Caín y entre a casa.
La graduación es el viernes y las clases ya terminaron, ya no tengo necesidad de salir de casa y después del viernes por fin Claudia y Alex dejaran de aparecer tan seguido frente a mí.
En verdad ha sido difícil, durante todo este tiempo Alex continúo insistiendo en reunirse conmigo a pesar de salir con Claudia. De hecho, acabo de leer algunos mensajes, mientras leí las charlas que tenía con Raiden.
Los recuerdos con Alex cada vez son más recurrentes, pero cuando abrazo la luna de peluche que me regalo Raiden, me tranquilizo.
Las lágrimas se acumularon y cuando algunas cayeron alguien toco la puerta de entrada. Tenía una idea de quien se trataba, pero no quería ver a nadie ahora. Así que me quede mirando la pared frente a mi mientras abrazo el peluche.
La puerta siguió siendo tocado por unos minutos y cuando termino me sentí aliviada. Respiré profundo y cerré los ojos en un intento de quedarme dormida, pero la puerta de mi habitación se abrió.
Cuando abrí los ojos Caín está entrando a mi habitación en silencio.
—Oh lo olvidé, le di las llaves de mi casa por si llegaba a dejar las mías.
Sorbí por la nariz y limpie las lágrimas con mi mano, aclare mi garganta y me acomode en la cama.
—¿Qué pasa? ¿quedamos en ir a patinar? — pregunte con mi voz ronca.
—Sabes a que vine. — se sentó a mi lado y negué suavemente. —Fue la primera vez en mi corta vida que te vi en tal estado, estaba muy asustado y no sabía qué hacer. Cuando te deje en la puerta de tu casa te despediste con una sonrisa como si nada hubiera pasado, y eso me asusto más. — lo mire —Me di cuenta de lo mucho que has sufrido en silencio, porque no es la primera vez que pasa ¿verdad? — no conteste, pero el silencio fue la respuesta.
—Siento haberte dejado ver esa parte de mi… — Caín tomo mi barbilla para que no apartara la mirada de él.
—No tienes nada de que disculparte, soy yo quien debe de pedir perdón por no haberme dado cuenta antes. Yo sabía que algo estaba mal pero nunca imagine que estuvieras cargando con todo ese dolor tu sola.
Baje la mirada cuando mis ojos se nublaron por las lágrimas que se están acumulando y no permito dejar salir, pero en algún momento resbalaron por mi mejilla.
—Celine por favor dime que te ocurre — mordí mi labio. —Si no quieres decírmelo al menos permíteme estar a tu lado cuando vuelvas estés en ese estado. No quiero que pases solo por todo eso. No quiero que llores en silencio porque yo sé que tú quieres ser escuchada.
—Caín…no estoy bien. — él asintió. —No lo sé, pero cuando siento que ya estoy bien, de nuevo todo se desborda y no puedo controlarlo…
—Si.
—El dolor que me dejo Alex solo sigue incrementando… no puedo dejar de recordar todo lo que vivimos…
—Si.
—Y cuando Raiden aparece en mi cabeza… duele mucho — me abrazo y acaricio mi cabello. —Yo sé que Alex no se merece mis lágrimas, yo sé que él fue el que la cago, pero no puedo dejar de sentir dolor, yo en verdad lo amaba. — me exprese entre el llanto. —¡Y justamente tenía que ser Claudia con quien me engañaba! — negué —No, seguro hubo otras más antes que ella… Ah, Maldito. ¡Lo sabía, pero seguí con la venda en los ojos!
Mis puños golpearon la cama durante un tiempo y Caín solo se mantuvo en silencio.
—¡Yo lo di todo! ¡Yo le perdone tanto! ¡Pero aun así …! — lo mire —¿Acaso de verdad sintió amor por mí?
—Celine… — volví a esconder mi rostro en su pecho. —Llora Celine. Yo limpiare tu rostro cuando termines.
—Caín… ¿yo encontrare algún día a alguien que me ame sinceramente? — no contesto. —¿Hay alguien en el mundo que pueda tener solo ojos para mí? — deje de hablar un momento, no en la espera de una respuesta. —Aun si la hay, tengo miedo de volver a confiar en el amor.
—Celine…
—¿Qué pasa si vuelvo a darlo todo y la otra persona de manera tan fácil hace una bola mis esfuerzo y sentimientos, como si se tratara de una hoja de papel y la arroja a la basura? … tengo miedo. — susurre. —No quiero… tengo mucho miedo.
—Está bien Celine, tomate tu tiempo. Yo te protegeré hasta que estés de nuevo lista.
Caín siempre me dice lo que quiero escuchar, tal vez tenga relación a que su padre es psicólogo, no lo sé, pero lo que si se es que en este momento Caín es lo que me ayuda a levantarme y luchar por superar esta crisis.
Fue un largo tiempo lo que estuve aferrándome a su calor, cuando me tranquilicé nos recostamos en la cama y miramos el techo.
—¿Desde cuándo te pasa esto?
—Comenzó unos días después de mi cumpleaños. — conteste con tranquilidad. —Al principio eran muy leves, pero con el pasar de los días se volvió peor.
—¿Has tenido pensamientos suicidas? — pregunto después de un tiempo en silencio y con una voz temblorosa.
—Si. — sentí como se estremeció. —Anoche mientras caminaba por la carretera y sentía los autos pasar a mi lado, pensé que no me molestaría ser arrollada por uno. — confesé. —Por cierto, ¿Por qué estabas en el parque cuando ya debías de estar en casa?
—Me baje en la siguiente parada, sabía que algo no estaba bien. Así que decidí esperarte, pero fui a la tienda que está cerca y cuando volví, vi como dejaste pasar el autobús, y te seguí. — giro su cabeza y miro mi perfil. —Fue la mejor decisión que pude haber tomado. — reí.
—Gracias Caín. Lo de anoche fue el más fuerte hasta el momento, tal vez suene ridículo, pero pensé que moriría.