Raiden
Mi padre está cumpliendo lo que dijo; no ha vuelto a hacer nada, pero aún así no he bajado ni un momento la guardia.
Lo mismo pasa con mi madre y hermana, han tenido los ojos sobre mi padre cuando está en casa y me informan cuando hace algo sospechoso, pero por suerte han sido cosas sin importancia.
Suspire y me relaje en mi silla. Aún queda un poco de trabajo, pero ya estoy muerto de cansancio.
No he podido ver a Celine en toda una semana. El plan para la nueva mercancía se complicó ya que la competencia de alguna manera logro obtener los bocetos aprobados de algunos juguetes y para no crear escándalos, todos los departamentos trabajaron como locos para la creación y administración de otros modelos.
Fue todo un campo de batalla, pero lo estamos logrando, mis empleados —sobre todo los de diseño— están trabajando hasta el cansancio para no cambiar la fecha de lanzamiento de los juguetes.
—En serio, esto de los juguetes no es nada fácil... No, de hecho, nada es fácil. — gruñí derrotado.
Cerré los ojos con el objetivo de descansar unos minutos, soy el único que queda en la empresa. Cassian casi suplicándome me pidió que lo dejara descansar después de no haber dormido más de dos horas durante una semana completa.
Ahora él está sobre su cama descansando y yo estoy aquí terminando el trabajo.
—Me lo merezco.
Abrí mis ojos encontrándome con el techo. Me siento realmente desesperado, nunca en mi vida me había sentido tan ansioso por algo y la culpable es Celine.
¡Necesito verla! ¡Olerla! ¡Besarla y escuchar su voz!
Pero es imposible hacerlo a las cuatro de la madrugada, además ella ha de tener muchos deberes y dentro de unas horas tiene clases.
Suspiré.
—Celine, te extraño.
Con un puchero en mi rostro, acerqué la silla al escritorio y volví a pegar los ojos a la computadora.
—Falta solo un poco y podre irme a casa.
Mis muchachos y muchachas se merecen un banquete por su buen trabajo. Le diré a mi madre y a Larissa que lo organicen, cuando esta pesadilla termine.
Con un suspiro cansado entre a mi departamento. Arrastrando los pies llegue a mi cama y me deje caer, de inmediato todo se nublo hasta que perdí la conciencia y por fin pude descansar.
Paso mucho tiempo, lo sé porque cuando despierto el sol aun no sale y ahora mismo puedo sentir ligeramente los rayos del sol calentar un poco mi piel. Con dificultad abrí los ojos, no fue fácil, todo es borroso, pero después de un tiempo parpadeando mi vista se aclaró.
Gruñí y estiré mi cuerpo, me di cuenta que estoy en bóxer. El último recuerdo que tengo es que solo me dejé caer en la cama al llegar, así que debí de quitarme la ropa en algún momento de la madrugada.
—No importa.
Espere unos minutos más y me levante de la cama. Me tambaleé en los primeros pasos, pero cuando abrí la puerta del baño mi equilibrio ya era perfecto. Solo moje mi cara y enjuague con agua mi boca. Mi estómago ruge ruidosamente, así que preparare algo ligero y me arreglare para ir al trabajo.
—¿Hum? — me detuve y olfateé. —¿Qué es? En verdad huele bien.
Tal vez mi madre vino y me está preparando algo después de verme moribundo en la cama.
—Oh. — mire mi aspecto, aun sigo en bóxer, pero no creo que haya problema.
Es mi madre, la mujer que me dio la vida y la persona que más veces me ha visto desnudo.
Retomé mi caminar y pasé por la sala hasta la cocina, hay una persona dándome la espalda mientras corta algo, pero no es mi madre. Mi madre es un poco más alta, ella siempre viste ropa clara y su cabello es rubio.
—¿Celine?
Pronuncie su nombre dudando, el cuerpo sin duda alguna tiene mucho parecido, pero nunca he traído a Celine a mi departamento por lo cual dudo que sea ella.
—Oh, ya despertaste dormilón.
Al confirmar que se trata de ella después de escuchar su voz, entre en pánico al notar en cámara lenta como su cuerpo se mueve para girar y verme.
—¡Dios estoy en bóxer!
Busqué algo a mi alrededor para cubrirme, pero el mandil que uso cuando entro a la cocina está colgando de su cuello. ¡No hay nada!
—¡Dios! ¡Raiden!
Demasiado tarde, ¡Fui atrapado!
Celine de inmediato volvió a girar su cuerpo y note como su cuello y orejas se tornaban rojas. Si fuera otra situación la abrazaría y besaría esas partes sonrojadas, pero ahora necesito ropa.
—Iré a ponerme ropa, perdón.
Corrí a toda velocidad a mi habitación y me puse lo primero que mis dedos tocaron. Cuando volví a la cocina Celine tenía sus manos sobre su cara y parecía pedir perdón por algo.
—Estoy de vuelta. — se sobresaltó, pero bajo sus manos lentamente y cuando me miro tomo un gran respiro.
—...Si. — su voz temblorosa me provocó querer jugar un poco. Note como paso saliva y lamio sus labios para después morderlos.
—¿Te gusto lo que viste? — las palabras salieron de mi boca, pero no me arrepentí.
Por su parte Celine no contesto, pero evito mirarme mientras calmaba sus emociones. Di un paso y ella se estremeció, otro paso y ella saco todo el aire que retenía por su boca, un paso más y por fin me miro.
Su rostro me mostró unas mejillas y orejas totalmente sonrojadas, y no sé si este bien, pero eso me excito.
—Si. — fue lo que salió de sus labios. Tarde unos segundos en comprender que esa era su respuesta para mi pregunta que casi olvidó.
Y hubiera estallado sino fuera por el sonido que hizo la hoya que está en el fuego. Su mirada se desvió a la estufa y abriendo la tapa movió con un cucharón lo que fuera que hay dentro.
Me acerque hasta estar detrás de ella y mire su espalda. Mi imaginación se disparó al verla con el pelo sujetado, un lazo en su espalda que pertenece al mandil y ella preparando la comida.
Era como si obtuviera una imagen del futuro. Futuro que deseo que ocurra.