Celine
Durante una semana estuve durmiendo a lado de mi padre, abrazándolo y cuidándolo.
De alguna forma todos los sabíamos, llego la hora.
Karin salió de la habitación aguantando las lágrimas, dejándome sola con mi padre. Estoy sentada frente a él, sosteniendo su mano y escuchando los sollozos que vienen desde la parte de abajo.
Hace minutos mis amigos entraron para despedirse, Cassian y la banda de Elio también vinieron. Elio fue muy lindo y le canto una de las tantas canciones que ha compuesto y son de las favoritas de mi padre. Cassian por su parte, realizo una llamada con la señora Donovan.
No se mucho de esa llamada, ya que mientras entraban a despedirse, yo estuve en la sala, con la mirada en un punto fijo, preparándome mentalmente para tener mi última conversación con mi padre.
—Hija. — su voz es débil, casi un susurro. —Acércate. — tomé un bocado de aire y me senté en la cama, él sonrió lentamente. —Tan hermosa, mi princesa. — me tragué la bola de saliva y sonreí. —Tu cabello esta tan largo y hermoso, ¿segura que quieres hacerlo? — asentí.
—Si papá, yo lo donare. — intento levantar la mano, pero esta tan débil que apenas y hablar puede.
Así que tomé su mano, y la sostuve sobre mi mejilla. Unas cuantas lagrimas resbalaron de mi rostro y mojaron sus dedos.
—Lo siento. — suspiro lentamente y tomo un bocado de aire. —Te hare sufrir mucho. — aprete los labios y más lagrimas salieron. —Pero tengo… que irme. — sus pupilas temblaban, él está cansado y una vez que cierre los ojos, no volverá abrirlos.
—Si papá. — hable con tono tembloroso. —Yo estaré con mis tíos y mi solecito, no estaré sola. — mire fijamente sus ojos, grabando sus hermosos ojos marrones en mi memoria. Grabando la mirada tan cálida y llena de brillo con la que siempre me ve.
—¿Estarás bien? — tuve que acercarme un poco más, su voz es cada vez más baja.
—Si, te lo prometí. — sorbí por la nariz. —Yo luchare por algún día volver a amar la vida, como tú me enseñaste.
—Recuerda cariño. — levante un poco la cabeza, para verlo a los ojos. Su mirada ya no tiene brillo y su sonrisa apenas y se sostiene. —Siempre estaré contigo, junto con tu madre. — mis lagrimas cayeron en su rostro, pero él no las sintió, su alma está dejando su cuerpo. —Nunca te dejaremos sola.
Cerro los ojos, su respiración es mucho más lenta. Sostuve sus manos y con mi mano libre acaricié su rostro, está enfriándose, él está yéndose, me está dejando.
—Estoy en el campo de flores. — mordí mi lengua, no quiero que mis sollozos se interpongan en las últimas palabras de mi padre. —El viento sopla, y me siento tan bien. — sonrió. —Ya no me duele nada, no me siento cansado y los rayos del sol me hacen sentir vivo. — se dio un pequeño descanso y continuo. —Tu madre está esperándome, ella me sonríe y me tiende la mano. Es tan hermosa.
Pase otra gran bola de saliva y las lágrimas no dejaban de caer. Acerque mi rostro hasta que mi frente toco la de él.
—Ya no tengo miedo, porque estaré con mi Naeli. Ella me está esperando. — cerré mis ojos, las lágrimas cayeron en su rostro. —Hija… me voy.
—Si papá, ve con mamá. — logre pronunciar con un tono cálido, sin temblor.
—Te… amo… — su último aliento soplo en mi rostro, y después de unos segundos bese su frente y me aleje de su rostro.
Mi padre murió.
Y él se fue en paz.
Un gran dolor me está consumiendo por dentro, mi único consuelo es que sé que el esta con mamá y ambos podrán seguir amándose por la eternidad. Pero no es suficiente, yo me siento asfixiada, tengo que tomar aire.
—Papá, iré a dar una vuelta. Ya vuelvo. — bese el dorso de su mano y la deje sobre su vientre, sobre su otra mano.
Sali de la habitación, mi tío al ver mi expresión entendió que quiero estar sola, así que no me dijo nada y pase por su lado. Baje las escaleras, todo mundo me miro y se pusieron de pie.
—Él se fue. — les informe. —Él está en el campo de flores con mi madre.
No dije nada más y salí de casa. Caminé durante unos minutos, pero cuando una gran desesperación lleno mi cuerpo y mente, corrí. Corrí como si estuviera siendo perseguida por un montón de animales salvajes detrás de mí. Cuando me quede sin aliento tuve que parar, había llegado a mi limite y no tenía ni idea de donde estoy.
Respire hondo, sincronizando mi respiración y cuando los latidos de mi corazón se tranquilizaron un poco, levante el torso y con las manos en las caderas, mire alrededor.
—La playa.
El atardecer esta frente a mí, caminé hacia el mar y me estremecí cuando el agua toco las plantas de mis pies. Seguí caminado, no me detuve. El agua ahora llega a mis caderas y seguí caminando.
Las lágrimas resbalaron y el sol se ocultó alzándose la luna en su lugar, cuando el agua estaba a la altura de mi pecho, me detuve. No sé cuánto tiempo paso, pero el agua está bajando de temperatura y en cualquier momento se me dormirían las piernas.
Si no quería cometer una tontería, tenía que salir ahora. Y eso es lo extraño, yo no tengo motivación ahora mismo para seguir, yo no tengo una razón para querer vivir. Perdí a mi padre, a la persona que estuvo toda la vida a mi lado. ¿Cómo puedo vivir sin él?
Cerré los ojos, mi mente esta nublada y la marea sube. El agua está ahora al nivel de mis hombros y mi cuerpo tiembla. El viento soplo con fuerza, obligándome a abrir los ojos y cuando alce la cabeza, la luz de la luna me hipnotizo unos segundos.
Es la misma luna de siempre, pero hay algo diferente.
Lleve mi mano a mi pecho al sentir una pulsada, mi ropa esta pegada a mi cuerpo y el tatuaje en mi pecho logra traspasarse. Mire de nuevo hacia arriba y a los pocos segundo dos estrellas cerca de la luna, brillaron con intensidad por un milisegundo, como si me estuvieran guillando un ojo.