Pov Dominic
El sonido de mi celular me despertó antes del amanecer. Solo había dormido un par de horas, pero estaba acostumbrado a eso. En mi línea de trabajo, el descanso siempre era un lujo. Agarré el teléfono de la mesita de noche y miré el mensaje de Viktor.
V- Lorenzo se está moviendo más rápido de lo que pensamos. Ha preguntado por Alice otra vez.
Un nudo se formó en mi estómago. Cada vez estaba más claro que Lorenzo sabía algo, y si seguía tirando del hilo, todo se desmoronaría. A Alice la quería fuera de esto, pero cuanto más se acercaba a mí, más inevitable parecía que descubriera mi verdadera vida.
Me levanté de la cama, tirando la sábana a un lado, y fui directo a la ducha. El agua fría chocó contra mi piel, pero no hizo nada por enfriar la preocupación que se había instalado en mi cabeza. ¿Qué haría Alice si descubriera que no solo soy un hombre de negocios, sino también el líder de una organización que controla gran parte del crimen en esta ciudad?
Me he enfrentado a enemigos peores que Lorenzo, pero este miedo era diferente. No temía por mí mismo, temía por ella. Si Alice supiera lo que realmente soy, podría alejarse para siempre. O peor, podría terminar siendo un blanco para mis enemigos. No podría vivir con eso.
Me vestí rápidamente, un traje oscuro y una corbata negra, como de costumbre. Mis hombres siempre decían que era una extensión de mi alma, ese color. Me hice un café, pero apenas lo toqué. Mi mente seguía pensando en Alice. En lo fácil que era estar con ella. En cómo me hacía sentir como si, por un momento, pudiera ser alguien más. Un hombre normal. Pero sabía que esa ilusión no duraría mucho.
Recibí otro mensaje mientras estaba saliendo del apartamento. Era de uno de mis informantes en la policía.
I- Están investigando movimientos de Lorenzo. Es solo cuestión de tiempo antes de que salgan a la luz más cosas.
Perfecto, pensé con sarcasmo. Las cosas se estaban complicando más rápido de lo que había anticipado. Necesitaba hacer algo antes de que Alice se viera arrastrada por completo en este torbellino. Pero ¿qué podía hacer? ¿Podía alejarme de ella? No. Ya era demasiado tarde para eso.
Me dirigí hacia la oficina con un solo objetivo en mente: cortar cualquier amenaza antes de que alcanzara a Alice.
Más tarde, cuando la tarde comenzaba a caer, me encontré estacionado frente al edificio de Alice, observando desde el interior de mi auto. Había algo tan pacífico en verla salir de su apartamento, ignorante de los peligros que la rodeaban. Pero esa paz también me recordaba lo diferente que era de mí, lo distinta que era su vida de la mía.
La vi montarse en su motocicleta y me imaginé lo que diría si supiera que he estado vigilando cada uno de sus movimientos, no por desconfianza, sino por protección. Tenía a uno de mis hombres vigilándola las 24 horas, y cada vez que se alejaba de la vista, sentía que algo podía ir mal.
Me quedé en el auto un rato más, pensando en lo mucho que había cambiado desde que Alice entró en mi vida. Nunca antes había dudado de mis decisiones, ni siquiera cuando sabía que me estaba adentrando en territorios peligrosos. Pero con ella, cada paso era un riesgo.
Viktor interrumpió mis pensamientos con una llamada.
V- Dom, tenemos un problema. Lorenzo ha dado un paso más. Ha mencionado tu nombre en ciertas esferas, dejando claro que va tras algo grande.
Me tensé al escuchar esas palabras. Sabía que ese malnacido estaba buscando provocar algo grande, y no podía permitírselo.
D- Mándame a alguien para cubrir las áreas cercanas al apartamento de Alice. Si Lorenzo está cerca, quiero saberlo antes de que haga cualquier movimiento.
Cerré la llamada y salí del coche, decidido a enfrentar lo que viniera. Estaba jugándome demasiado, y no iba a dejar que nadie, ni siquiera Lorenzo, me quitara lo único bueno que había encontrado en años.
Horas más tarde, estaba sentado en mi oficina, revisando documentos que ni siquiera me importaban en ese momento. Mi mente estaba en Alice. Ella no sabía que Lorenzo era un enemigo directo, ni que su vida estaba ahora en el tablero de este maldito juego. ¿Cómo podía protegerla sin que ella descubriera todo?
El sonido de un mensaje de texto rompió el silencio. Era Alice.
A- ¿Estás ocupado? Me encantaría verte esta noche.
Sus palabras, tan simples, hicieron que mi corazón se detuviera un segundo. Podía tener el mundo entero bajo mi control, pero con ella, era solo un hombre esperando un respiro.
D- Para ti, siempre tengo tiempo. Paso por ti en una hora.
Mi mente seguía trabajando en el peligro que nos rodeaba, pero con ella todo parecía detenerse. No podía perderla. Y no podía dejar que mi pasado, ni mis enemigos, la apartaran de mí.
Llegué a su apartamento justo a tiempo, y cuando abrió la puerta, su sonrisa me desarmó. Todo lo demás parecía desvanecerse en ese instante. Pero incluso mientras la abrazaba, el miedo seguía ahí, acechando en las sombras.
D- ¿Lista para salir?
A- Siempre que sea contigo.
Su confianza en mí solo hacía que el peso del secreto fuera más difícil de cargar.
Esa noche saldríamos, pero en mi mente, solo había una cosa clara: haría lo que fuera necesario para mantener a Alice a salvo, incluso si eso significaba destruir cada parte de mi mundo.
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Editado: 27.10.2024