Pov Alice
Sentí una emoción extraña cuando recibí el mensaje de Dominic. Era un alivio que pudiera verme, aunque siempre sentía un leve nerviosismo antes de salir con él. Cada vez que estaba cerca, había algo en su presencia que me hacía sentir segura, pero también despertaba una intuición que no podía ignorar.
Me paré frente al espejo mientras terminaba de maquillarme, y observé mi reflejo. Desde que conocí a Dominic, mi vida había dado un giro extraño. Me gustaba pasar tiempo con él, me gustaba su compañía, y sí, me atraía como no me había sentido atraída por nadie en mucho tiempo. Pero algo en el fondo me susurraba que tenía que mantener la guardia en alto.
Las investigaciones que había mandado hacer meses atrás no revelaron nada fuera de lo común, pero había algo que no cuadraba. Dominic era... demasiado perfecto en algunos aspectos. Todo en su vida parecía estar bajo control, como si él estuviera al mando de cada pequeño detalle. Eso no era común. Los hombres como él, poderosos y enigmáticos, siempre escondían algo.
Me puse un vestido sencillo, de esos que me hacían sentir cómoda pero elegante, y mientras ajustaba mis tacones, una pregunta rondaba mi mente: ¿Qué pasaría si realmente descubriera algo oscuro sobre Dominic?
Cuando escuché su coche detenerse frente a mi edificio, mi corazón latió más rápido. Respiré hondo y recogí mis cosas. No podía seguir dudando, o al menos no hoy. Hoy, quería disfrutar de su compañía sin esa molesta sombra de incertidumbre que me seguía desde hace semanas.
Bajé y lo vi esperándome en su coche. Su sonrisa me desarmó al instante. A veces, me odiaba por ser tan vulnerable cuando se trataba de él. Era como si mi cerebro entendiera que debía ser cautelosa, pero mi corazón ya había caído sin remedio.
-Estás preciosa- dijo cuando me subí al coche. Sus ojos me recorrieron con una intensidad que siempre me dejaba sin palabras.
-Gracias, tú también te ves bien-. le respondí, intentando sonar despreocupada.
Salimos hacia el restaurante que había reservado. Conversamos de temas ligeros durante el trayecto, pero sentía que había algo en el aire, una tensión que ambos tratábamos de ignorar. Dominic siempre hablaba con una seguridad y confianza que me encantaban, pero había momentos en los que se detenía, como si midiera cada palabra antes de pronunciarla. Era sutil, pero yo lo notaba.
Cuando llegamos al restaurante, él me abrió la puerta como siempre, atento y caballeroso. ¿Cómo podía un hombre así tener un lado oscuro? Me pregunté mientras entrábamos al lugar. Pero había algo en la forma en que dominaba cada espacio en el que estaba que me recordaba que probablemente todos tenemos secretos, algunos más oscuros que otros.
Nos sentamos, pedimos vino, y la conversación fluía naturalmente. Pero mientras hablábamos de cosas triviales, mi mente volvía a mis dudas. Tenía que saber más, necesitaba respuestas. No podía seguir sumida en la incertidumbre. Dominic parecía perfecto en todos los sentidos, pero si había algo que aprender de la vida, es que las cosas perfectas no existen.
Tomé un sorbo de vino y lo miré a los ojos. ¿Cómo preguntarle lo que realmente quería saber? No podía simplemente soltarlo. Además, ¿y si lo que descubría me hacía huir de él para siempre?
-Has estado muy ocupada últimamente, ¿todo bien?- preguntó Dominic, interrumpiendo mis pensamientos. Me observaba de una manera en la que parecía estudiar cada uno de mis gestos.
-Sí, lo típico- respondí, jugando con la copa en mis manos. -Mucho trabajo. Ya sabes cómo es. Aunque últimamente he estado pensando en ti más de lo que debería-. dije, sonriendo para aliviar un poco la tensión que yo misma sentía.
Él sonrió, pero esa mirada intensa no desapareció.
-¿Eso es malo?- preguntó en tono juguetón.
-No lo sé... - dije, mi tono ahora más serio-. Solo que... a veces siento que no sé todo sobre ti.
El silencio cayó sobre nosotros como una pesada manta. Dominic dejó su copa en la mesa, su expresión se endureció ligeramente, pero trató de mantener la calma.
-Alice... - comenzó a decir, pero se detuvo.
Ahí estaba. El momento en el que algo en él parecía romperse un poco, como si no supiera cómo manejar mis palabras.
-No es que no confíe en ti- continué rápidamente—, es solo que siento que hay partes de ti que no me muestras. Y me cuesta... no saber en qué parte estoy de tu vida.
Podía ver la tensión en sus hombros, aunque trataba de ocultarla bien. Sabía que había tocado un punto sensible, pero no podía seguir fingiendo que todo estaba bien.
Dominic se inclinó un poco hacia adelante, su voz más baja.
-Alice, hay cosas en mi vida que no son sencillas. Pero créeme cuando te digo que, de alguna manera, intento protegerte de ellas.-
Protegerme. Esa palabra resonó en mi mente. ¿De qué podría estar protegiéndome?
-¿De qué estás hablando, Dominic?- le pregunté, mi voz más firme ahora. No podía dejar que esquivara la pregunta.
Él se quedó en silencio por un momento, como si estuviera debatiendo internamente si debía decirme la verdad o no.
-No quiero que pienses mal de mí, Alice. Lo último que quiero es que sientas que estoy ocultándote algo importante. Pero hay cosas en mi pasado... cosas que no son fáciles de contar.-
Mi corazón comenzó a latir más rápido. ¿Era esto? ¿El momento en el que finalmente me enteraría de la verdad?
-Si hay algo que debo saber, prefiero escucharlo de ti- le dije, mi voz temblando un poco.
Dominic me miró por un largo momento, como si estuviera buscando algo en mis ojos, tal vez una señal de que podría soportar lo que estaba a punto de decirme.
-Prometo que cuando sea el momento adecuado, te contaré todo- dijo, su tono serio pero lleno de cariño—. Pero por ahora, lo único que quiero es que sepas que no haría nada que te dañara. No a ti.
No estaba segura de si eso me tranquilizaba o me inquietaba más. Había algo en su voz, en su mirada, que me decía que sus palabras eran sinceras. Pero también había un lado oscuro en él, un lado que todavía no había visto por completo.
#3694 en Novela romántica
#1107 en Chick lit
amor mafia y poder, imperio y traicion, amor celos y dominacion
Editado: 27.10.2024