Pov Alice
El resto de la cena transcurrió en una especie de nube de incertidumbre. Las palabras de Dominic seguían resonando en mi cabeza: "Prometo que cuando sea el momento adecuado, te contaré todo." Esa frase me había dejado con más preguntas que respuestas. ¿Qué era lo que estaba escondiendo? No pude evitar sentirme ansiosa, como si hubiera una bomba de tiempo entre nosotros que podría explotar en cualquier momento.
Dominic me llevó de vuelta a casa después de la cena. Su mano en la parte baja de mi espalda mientras caminábamos hacia la puerta me transmitía una sensación de seguridad que chocaba con mis pensamientos. ¿Cómo podía sentirme tan protegida por alguien que, probablemente, me estaba ocultando algo importante? A veces me preguntaba si estaba cometiendo un error al involucrarme más con él. Pero no podía evitarlo.
—Gracias por la cena, Dominic. —Intenté sonreírle mientras me detenía en la puerta de mi apartamento.
—Gracias a ti por aceptar —respondió, esa sonrisa encantadora que parecía desarmarme cada vez que la veía.
Ambos nos quedamos un momento en silencio. No era un silencio incómodo, pero sí cargado de una tensión que me asfixiaba. Había tantas cosas que quería preguntarle, pero sabía que no estaba lista para oír algunas respuestas. El miedo de descubrir algo que pudiera cambiarlo todo me retenía.
—Que descanses, Alice —dijo finalmente, inclinándose para besarme en la mejilla. El contacto de sus labios con mi piel me produjo un escalofrío.
—Tú también, Dom —respondí suavemente, observando cómo se alejaba. Me quedé un momento ahí, viéndolo partir, antes de entrar finalmente a mi apartamento.
Una vez dentro, me quité los tacones y me dejé caer en el sofá. ¿Por qué tenía que ser todo tan complicado? Cerré los ojos un momento, tratando de aclarar mis pensamientos, pero en lugar de encontrar paz, lo único que sentí fue esa creciente necesidad de saber más, de desvelar el misterio que rodeaba a Dominic.
Decidí no pensar más en eso por esta noche. Tomé un baño rápido, me puse mi ropa de dormir, y me acurruqué en la cama con la esperanza de que el sueño llegara rápido. Pero no fue así. Mi mente seguía dando vueltas en torno a Dominic. ¿Qué pasaría si lo que escondía era más oscuro de lo que podía manejar?
A pesar de lo que me había dicho el informe que mandé a hacer sobre él, había algo que no cuadraba. ¿Cómo alguien tan influyente, tan metido en el mundo de los negocios, podía no tener ninguna conexión con el bajo mundo? La realidad es que todos los poderosos, en algún momento, cruzan ciertas líneas. Lo sabía, lo había visto antes. Y mi intuición me decía que Dominic no era la excepción.
Decidí que al día siguiente haría una nueva llamada. Necesitaba indagar más a fondo. Esta vez, no me conformaría con un informe superficial. Tenía que ir más allá, aunque eso significara exponerme a algo que no quería ver.
La mañana llegó antes de lo que esperaba. Apenas había dormido. Tomé un café rápido mientras revisaba mi teléfono. Ni un solo mensaje de Dominic. Estaba acostumbrada a sus mensajes matutinos, pero esta vez había un silencio inquietante. Tal vez él también sentía esa tensión que flotaba entre nosotros.
Decidí dejar de pensar en él por un momento y concentrarme en mi día. Llegué a la oficina y me sumergí en el trabajo. Pero la sensación de que algo estaba fuera de lugar no me dejaba en paz. A media mañana, cuando mi cabeza ya no podía soportar más incertidumbre, decidí hacer la llamada que había estado evitando.
*Llamada*
• ¿Hola? Soy Alice, necesito un favor.
• Hey, Alice. Claro, dime qué necesitas.
• Quiero que investigues algo más profundo sobre Dominic Ivanov. Quiero saber si hay algo en su vida que no esté saliendo a la luz. No te detengas en los negocios. Quiero que me cuentes todo, hasta lo más oculto.
• ¿Estás segura de esto? Lo que me estás pidiendo podría llevarte a descubrir cosas que tal vez no te gusten.
• Sí, estoy segura. Necesito saber la verdad.
*Fin de la llamada*
Colgué el teléfono y me quedé mirando la pantalla un momento. Mi corazón latía acelerado, pero me sentí aliviada por haber dado ese paso. Ahora, solo quedaba esperar. Esperar para descubrir si Dominic era el hombre que creía conocer, o si, después de todo, era otro lobo disfrazado de cordero.
El resto del día transcurrió como en una niebla. Cada minuto que pasaba me hacía sentir más inquieta. Era como si el tiempo se estirara infinitamente mientras esperaba que el teléfono sonara con las respuestas que tanto ansiaba.
Al caer la tarde, mi teléfono vibró. Era un mensaje de Dominic.
D- ¿Todo bien? Siento no haber escrito antes, he estado con algunos problemas en el trabajo.
Lo miré durante varios segundos. ¿Problemas en el trabajo? ¿Era una excusa? ¿O había algo más detrás de eso? Decidí no sobrepensarlo y respondí lo más casualmente posible.
A- No te preocupes. Todo bien por aquí, ¿cuándo nos vemos de nuevo?
Esperé un par de minutos antes de que respondiera.
D- Pronto, lo prometo. Cuídate.
Suspiré y dejé el teléfono a un lado. Pronto. Todo en su mundo parecía moverse a su ritmo, como si controlara cada situación con precisión milimétrica. Pero yo no podía seguir esperando a que las piezas encajaran por sí solas. Tenía que tomar el control de la situación.
Esa noche, me acosté con la certeza de que, fuera lo que fuera lo que descubriera sobre Dominic, tenía que estar preparada. Porque si lo que ocultaba era tan oscuro como temía, mi vida, tal como la conocía, cambiaría para siempre.
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Editado: 27.10.2024