Bajo la tormenta
24 de Diciembre a las 23:25 pm
Dejé caer mi cabeza contra el barrote del balcón. Mis pies colgaban a los lados y no tenía miedo porque solo era un piso. No sería muy grave la caída. Suspiré y luego me quejé cuando una gorra fue puesta en mi cabeza.
-Te vas a resfriar crazy lady.
Como si el tipo fuera del futuro, un estornudo salió de mí y rió extendiéndome un pañuelo. Vergonzosamente me soné la nariz y me quedé con el pañuelo.
-No voy a preguntar porque tienes un pañuelo contigo.
-Costumbre por mi madre-respondió sentado a mi lado-Ella solía siempre dármelo. Ahora es normal que lo tenga siempre.
-Yo no tengo costumbres en mi familia, pero si hay una tradición. Y sucede irónicamente en navidad.
-¿Por qué siento que oír esto va a ser interesante?
-Oh, no lo es-reí entre dientes-es muy mala y creo que la estoy pasando de una manera muy rara. La tradición dice que todas las mujeres de mi familia se casan con la persona que pasan el “milagro de navidad”-hice entre comillas con los dedos-que es la mayor situación peculiar posible en tu vida, en pocas palabras...situaciones vergonzosas.
Me miró con atención y antes de darme cuenta, solté mi situación.
-Creí que iba a ser la excepción-susurré-que me había saltado la tradición-reí sin ganas y negué-Soy una estúpida. Me la jugo lindo, tomé un vuelo con la ilusión de ver a mi prometido y lo encontré en la cama con su secretaria…perdí a quién creí mi compañero de vida cuando se supone que debía ganarlo.
Volteé a verlo y sonreí levemente con ojos brillosos.
-Lo siento-le dije-esta situación seguro es por mí. Yo...tal vez no debí haber venido a un lugar como este. Debí quedarme en mi pueblo, nunca debí salir de mi hogar. Robin tenía razón...jamás podría dejar el pueblo.
-No sé quién demonios es Robin, pero si te dijo eso, es porque alguna vez quisiste salir ¿me equivoco?
-Robin es mi ahora ex prometido-aclaré y suspiré-Y sí, hace tiempo quise irme del pueblo. Iba a irme con él, pero no lo hice. Me convenció de no hacerlo. Quería estudiar diseño gráfico como él. No era para acercarnos, era porque eso me gustaba. No creas que tomaría mi carrera de esa manera por alguien-reí-al final decidí solo trabajar en una cafetería.
-Mi trabajo no está recién empezando, por todo es un relajo todavía-se encogió de hombros-Me escape de una reunión en la que me prometían una gira, pero quisieron poner una condición. Una relación por conveniencia con otra persona del medio. No lo acepté y me fui molesto. Olvidé que no soy de aquí, que mi teléfono se quedó mi representante y que tenía poco dinero en los bolsillos.
>>En todo lo que dije anteriormente ¿alguna vez mencioné tu nombre?
-No.
-Entonces no te culpes por esto-sonrió y dejó caer su cabeza contra el metal-Cada persona cruza su vida con la de otros por sus propias acciones. Además, esto no esta tan mal, creo que incluso me he inspirado.
-Solo estás bromeando o siendo considerado-le dije.
Se desapegó y me miró sonriendo.
-Podría ser, pero no es el caso. Créeme, mi próxima canción será inspirada por ti.
Reí entre dientes.
-Seguro sería una canción sobre la infidelidad y mala suerte, me quedaría como anillo al dedo. Así-alce mi mano y le mostré el anillo que todavía no me había sacado-solo que más bonito.
-¿Y si tratará de destino?
-Estuvieras loco-aseguré y sonrió de lado.
-Lo dijo la cuerda.
La puerta se abrió haciendo que nos volteáramos y Jarek nos miró con el ceño fruncido.
-¿Qué hacen afuera? Se van a enfermar. Además, ya mismo es navidad. Entren.
Cerró la puerta y ambos nos vimos. Oliver fue el primero en levantarse y me extendió la mano.
-Esta locura no parece ser tan mala-murmuró-No creo que vaya a ser una mala navidad.
Vi de reojo a las personas dentro del local y como Jarek abrazaba a su esposa, una chica linda que estaba embarazada.
Es verdad, esto no se sentía mal.
No estaba con frío y tenía comida. Estaba bien, aunque estuviera lejos de casa.
Acepté su mano, me ayudó a levantarme y entramos. Le sonreí a la chica que Jarek abrazaba antes de que la soltara y tratara de tocar una canción con una guitarra.
Luego de la primera pieza romántica dedicada hacia su esposa, me ofreció la guitarra.
-Oh, no, yo nunca he tocado la guitarra-le dije mientras negaba con las manos.
-No importa, solo trata de rasgar algo.
-¿No me culparás de la fractura de oídos?
Negó y acepté sonriendo. La acomodé como Jarek dijo y como lo había visto, rasgué hacia abajo. ¡Sonó horrible! Tanto que Oliver rió e incluso yo pensé que me había quedado sorda.
-No te rías-me quejé-es la primera vez que tengo una en mis manos.
-Lo siento-dijo y comió una galleta que le ofreció la esposa de Jarek.
-¿Y tú? ¿Sabes entonar muchacho?-le preguntó Jarek.
Oliver pareció pensárselo y luego de comer una galleta respondió:
-Algo.
-Entonces toca-le entregué la guitarra-alguna pieza debes saber intento de famoso.
Sonrió de lado tomándola.
-Tus deseos son órdenes, mi lady.
Rodé los ojos por sus palabras y él pareció examinar la guitarra. Movió los dedos sin emitir sonido y luego se aclaró la garganta.
-De acuerdo, aquí voy.
Sus dedos se movieron y rasgaba varias cuerdas. La melodía era dulce, tranquila y casi parecía endulzarte.
Entonces, él empezó a cantar.
En ese momento, fue cuando descubrí que tipo de famoso él era. Aquel que te envuelve entre melodías y letras. Un cantante.
Todo el mundo ahora quiere enamorarse
No me incluyas en esa lista.
Por favor, que yo ya sé…
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Editado: 25.12.2021