La muchacha observó los ojos verdes de su pequeño dilatarse al no entender nada, ella entristeció.
-No puedes venir, Breiser, volveré pronto ¿sí? - terció ella cariñosa acercándose al tocador para rociar un poco del perfume nuevo que su mamá le había comprado.
Breiser no entendió, ¿Volver? De seguro irían a pasear, de un solo salto se introdujo en el bolso café, Peish volteó al momento en el que la cola del minino se encontraba ya dentro, dudó un poco en saber a donde habría ido su pequeño, pero era un gato, los gatos desaparecen y aparecen nuevamente ¿Cierto? Tomó el bolso en brazos, le extrañó el nuevo peso, hace unos minutos no pesaba tanto, rodó los ojos cansada, odiaba tener que llevar los libros a la escuela, pesaban demasiado. Salió de su habitación, con una gran sonrisa en los labios… ¿Duraría todo el día?
Jaxon dio una mordida a la tostada con mantequilla de maní en sus manos, Marcus rio de lado al ver una leve capa sobre el labio inferior de su primo, éste alzó la mirada rápidamente.
-Y tu… ¿De qué te ríes? - preguntó amenazante
-¿Has considerado dejarte crecer la barba?- bromeó Marcus señalándose el labio superior, Jaxon no entendió.
-Bueno….no, o ¿crees que estaría bien? ¿Me vería bien? - dijo observando su reflejo en el reverso de la cuchara, todos rieron.
-Se comió a Plata - señaló Gabriel a Patrick con un puchero, este juntó las cejas en señal de dolor.
-Odio…a ese gato- le apremió Patrick.
- ¿A tu pez dorado? ¿No es el quinto este mes? - preguntó Matt quitando los auriculares de si, terminó de un sorbo el jugo de uva que tenía servido, le encantaba.
-Gracias por recordarme lo mal dueño que soy… - se quejó Gabriel llevando las manos a su cabeza.
-Bueno cómete al gato de Peish entonces… - dijo Scott bromista, Gabriel le lanzó un trozo de mango a la camiseta, asintió- Me lo merecía. - dijo saliendo en dirección al baño.
-No…demonios…no te vayas…- dijo Jaxon- ¡Ah! 7:30, 7:30, tan fácil que es poner la alarma y levantarse… ¿Dónde demonios esta Sed? - dijo apartando el vaso con jugo. – Patrick. - llamó a su primo, a todos les divertía la situación, les gustaba cuando Jaxon se exasperaba.
-Dígame- bromeó elevando una mano a la frente como en el ejército, Jaxon se cortó de lo que iba a decir, comenzó a reir.
-¿Puedes llamar a Sed?- preguntó paciente.
-Perdóneme pero no he recibido la recarga del mes- bromeó nuevamente.
- ¡AH! - gritó Jaxon- Dios, Sed…Peish... ¿En dónde está Peish?
- ¿Por qué gritan tanto? - dijo Peish entrando a la cocina, Matt elevó la vista al escucharla, iba preciosa, como cada mañana.
-Sed no-
-Me debes un pez dorado- intimidó Gabriel, comenzando a acercarse peligrosamente, Matt se puso de pie, colocándose entre ambos.
-Yo te compraré a tu pez…sólo ve y dile a Scott que se apresure- dijo calmado, señalando el pasillo.
-No, no uno, esta vez me aseguraré, serán dos. - sentenció Gabriel saliendo de la cocina.
- ¿¡A dónde vas!?-Gritó exagerado Jaxon, todos rieron, Matt volteó a ver a Peish, ella le miró a los ojos, no pudo evitar pensar en que eran los azules más brillosos del mundo.
-Tu gato tiene serios problemas, debería deshacerme de él…- dijo Matt bromista, pasando de ella, Peish abrió los labios asustada, tomó del brazo a su primo antes de que avanzara fuera de la cocina.
-No te atrevas, si le haces algo, juro que…que…- se trabó, Matt dio media vuelta, mirándola desafiante.
- ¿Qué?
-O…no te hablaré…si, no te hablaré y vivirás toda tu vida sin oír mi voz- amenazó, Matt no pudo evitar sonreír, llevó una mano a la cabeza de la muchacha despeinándola.
-Eres tan tierna hasta cuando amenazas…Peish- dijo alejándose.
-Ya llegué, lo siento, lo siento, cuanto lo-
-7:30, 7:30, ¿Por qué nadie nunca me oye?- exclamó Jaxon cruzando la cocina, llegando hasta Sed, quien tenía las mejillas rojas- Tu excusa, ni si quiera contestas al teléfono…
-Pero no le llamaste- dijo Patrick
-Aish…- maldijo Jaxon apuntándolo con un tenedor- ¿Excusa?
-Mi madre….no dejó que saliera sin tomar desayuno y…a diferencia de ustedes…no vivo en la misma calle- dijo con poco aire.
-Marcus…- mencionó Jaxon.
-Ya lo hago- dijo este saliendo al recibidor con el teléfono en manos.
-Que… ¿Qué hará? - tartamudeó Sed.
-Llamará a tu madre, le dirá que desde hoy tomarás desayuno con nosotros, lo de vivir…aún puedes quedarte aquí eh…- jugó Jaxon, Sed sintió tal gracia que se le estrujó el corazón, esa familia, le encantaba esa familia…
-7:56…- anunció Gabriel en el oído de Jaxon.