Una vida en su interior

CAPITULO 2: Recuerdo

La muchacha observó los ojos verdes de su pequeño dilatarse al no entender nada, ella entristeció.

-No puedes venir, Breiser, volveré pronto ¿sí? - terció ella cariñosa acercándose al tocador para rociar un poco del perfume nuevo que su mamá le había comprado.

Breiser no entendió, ¿Volver? De seguro irían a pasear, de un solo salto se introdujo en el bolso café, Peish volteó al momento en el que la cola del minino se encontraba ya dentro, dudó un poco en saber a donde habría ido su pequeño, pero era un gato, los gatos desaparecen y aparecen nuevamente ¿Cierto? Tomó el bolso en brazos, le extrañó el nuevo peso, hace unos minutos no pesaba tanto, rodó los ojos cansada, odiaba tener que llevar los libros a la escuela, pesaban demasiado. Salió de su habitación, con una gran sonrisa en los labios… ¿Duraría todo el día?

Jaxon dio una mordida a la tostada con mantequilla de maní en sus manos, Marcus rio de lado al ver una leve capa sobre el labio inferior de su primo, éste alzó la mirada rápidamente.

-Y tu… ¿De qué te ríes? - preguntó amenazante

-¿Has considerado dejarte crecer la barba?- bromeó Marcus señalándose el labio superior, Jaxon no entendió.

-Bueno….no, o ¿crees que estaría bien? ¿Me vería bien? - dijo observando su reflejo en el reverso de la cuchara, todos rieron.

-Se comió a Plata - señaló Gabriel a Patrick con un puchero, este juntó las cejas en señal de dolor.

-Odio…a ese gato- le apremió Patrick.

- ¿A tu pez dorado? ¿No es el quinto este mes? - preguntó Matt quitando los auriculares de si, terminó de un sorbo el jugo de uva que tenía servido, le encantaba.

-Gracias por recordarme lo mal dueño que soy… - se quejó Gabriel llevando las manos a su cabeza.

-Bueno cómete al gato de Peish entonces… - dijo Scott bromista, Gabriel le lanzó un trozo de mango a la camiseta, asintió- Me lo merecía. - dijo saliendo en dirección al baño.

-No…demonios…no te vayas…- dijo Jaxon- ¡Ah! 7:30, 7:30, tan fácil que es poner la alarma y levantarse… ¿Dónde demonios esta Sed? - dijo apartando el vaso con jugo. – Patrick. - llamó a su primo, a todos les divertía la situación, les gustaba cuando Jaxon se exasperaba.

-Dígame- bromeó elevando una mano a la frente como en el ejército, Jaxon se cortó de lo que iba a decir, comenzó a reir.

-¿Puedes llamar a Sed?- preguntó paciente.

-Perdóneme pero no he recibido la recarga del mes- bromeó nuevamente.

- ¡AH! - gritó Jaxon- Dios, Sed…Peish... ¿En dónde está Peish?

- ¿Por qué gritan tanto? - dijo Peish entrando a la cocina, Matt elevó la vista al escucharla, iba preciosa, como cada mañana.

-Sed no-

-Me debes un pez dorado- intimidó Gabriel, comenzando a acercarse peligrosamente, Matt se puso de pie, colocándose entre ambos.

-Yo te compraré a tu pez…sólo ve y dile a Scott que se apresure- dijo calmado, señalando el pasillo.

-No, no uno, esta vez me aseguraré, serán dos. - sentenció Gabriel saliendo de la cocina.

- ¿¡A dónde vas!?-Gritó exagerado Jaxon, todos rieron, Matt volteó a ver a Peish, ella le miró a los ojos, no pudo evitar pensar en que eran los azules más brillosos del mundo.

-Tu gato tiene serios problemas, debería deshacerme de él…- dijo Matt bromista, pasando de ella, Peish abrió los labios asustada, tomó del brazo a su primo antes de que avanzara fuera de la cocina.

-No te atrevas, si le haces algo, juro que…que…- se trabó, Matt dio media vuelta, mirándola desafiante.

- ¿Qué?

-O…no te hablaré…si, no te hablaré y vivirás toda tu vida sin oír mi voz- amenazó, Matt no pudo evitar sonreír, llevó una mano a la cabeza de la muchacha despeinándola.

-Eres tan tierna hasta cuando amenazas…Peish- dijo alejándose.

-Ya llegué, lo siento, lo siento, cuanto lo-

-7:30, 7:30, ¿Por qué nadie nunca me oye?- exclamó Jaxon cruzando la cocina, llegando hasta Sed, quien tenía las mejillas rojas- Tu excusa, ni si quiera contestas al teléfono…

-Pero no le llamaste- dijo Patrick

-Aish…- maldijo Jaxon apuntándolo con un tenedor- ¿Excusa?

-Mi madre….no dejó que saliera sin tomar desayuno y…a diferencia de ustedes…no vivo en la misma calle- dijo con poco aire.

-Marcus…- mencionó Jaxon.

-Ya lo hago- dijo este saliendo al recibidor con el teléfono en manos.

-Que… ¿Qué hará? - tartamudeó Sed.

-Llamará a tu madre, le dirá que desde hoy tomarás desayuno con nosotros, lo de vivir…aún puedes quedarte aquí eh…- jugó Jaxon, Sed sintió tal gracia que se le estrujó el corazón, esa familia, le encantaba esa familia…

-7:56…- anunció Gabriel en el oído de Jaxon.




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