Narra Ariana
Llevo viviendo en la casa de Harry una semana con tres días.
— buenos días — me siento para desayunar
— te has levantado tarde — me dice Harry.
Michelle me sirve el desayuno.
— gracias — le sonrío — sabes ¿cuándo regresarán mi tía y tus papas?
— ¿ya no quiere estar conmigo? — me pregunta.
— en buen plan no. Dime cuándo vienen — lo miro.
— creo que en dos días.
— esperaré con ansias.
— rompes mi corazón — pongo los ojos en blanco.
— me das dolor de cabeza, así que mejor voy a cepillar los dientes — Me dirijo a mi habitación, cepillo mis dientes y cojo la maleta.
Voy al garage porque Harry se ha convertido en mi expreso.
— Señorita, el joven Harry ya se fue — me informa Michelle.
— es un idiota cuando lo vea lo mataré — Michelle suelta una risita — por favor consígame un taxi — le pido.
Se va a la cocina y enseguida regresa.
— el taxi llega enseguida — me dice. Salgo al portón para esperarlo.
— Buenos días — le digo al señor subiendo al taxi.
*****
He llegado tarde y estoy corriendo a la clase de historia. Solo espero que el profesor nos deje entrar los últimos minutos que queda de la clase.
— señorita Miller — me llama el director.
Ruego en mi interior para que no me diga que estoy en problema por haber llegado tarde.
— señorita Miller — de nuevo dice — usted es mi salvadora — lo miro confundida.
— ¿qué trata de decirme?
— llevará al estudiante nuevo — señala a un chico que está a su lado — a conocer las instalaciones del colegio — asiento con mi cabeza — al finalizar los espero en mi oficina — nos dice — Señor Williams lo dejo en buenas manos — dice antes de alejarse de nosotros.
Miro al chico, quien me está viendo con su ceño fruncido. ¿Tengo algo en mi cara? Su mirada me está comenzando a incomodar.
— comencemos para terminar pro... — no sigo hablando porque el se lanza abrazarme.
Lo que me faltaba, cruzarme con un loco.
¿Mi día puede empeorar? Espero que no.
— ¿Qué te sucede? — lo empujo y lo miro espantada.
— ¿no me recuerdas? — hace un puchero.
Lo observo por unos segundos
— ¿Ryan? — pregunto algo dudosa.
— si. Te he extrañado demasiado — me abraza de nuevo pero con más fuerza.
— Ryan me estás asfixiando —me quejo. Se separa de mi — me alegra verte de nuevo — le sonríe.
— a mi también.
— veo que has crecido demasiado — lo visualizo.
— y tú sigues siendo la pequeña Ariana — me dice y yo pongo los ojos en blanco.
— mejor comencemos el recorrido por el instituto.
— si mi capitana — se pone en posición de soldado.
— ya deja de hacerte el payaso — le digo.
— sigues siendo gruñona — se burla.
— y tú un molestoso — le saco la lengua. Caminamos hacia las canchas. — puedes apreciar las canchas de los diferentes tipos de deportes. Puedes inscribirte en algo si quieres — le digo y me sonríe — por allá está el gimnasio y la piscina — señalo.
— esta escuela es maravillosa — dice. Continuamos caminando. — ¿cómo has estado? — me pregunta.
— muy bien, pero en ocasiones extraño a mamá.
— me alegra que estés mejor — me dice.
— ¿tu familia? — pregunto.
— están muy bien. Nos acabamos de mudar aquí por el trabajo de mi padre.
— ¿no se te hizo difícil cambiarte de colegio?
— no, mi otro colegio me transfirió aquí sin problema por mis buenas calificaciones.
— eso es maravilloso — le digo.
— cuando te fuiste fue muy raro estar sin ti — me dice.
— para mi también lo fue. Pero que bueno que nos volvimos a encontrar — le sonrío — creo que ya te he enseñado lo más importante, pero si necesitas saber dónde queda el salón de la materia que te toque, me avisas y yo te llevo — asiente con su cabeza — ahora vamos a la dirección.
Llegamos a la dirección. Nos sentamos en las bancas de afuera hasta que nos llamen.
— sabes, mi hermana me enseñó una revista de moda porque tu salias en la portada. Dejame decirte que estabas preciosa — me dice.
— gracias — digo sin importancia.
— no me imaginaba que eras modelo.