11. Nunca.

Con los ojos abiertos todavía me pongo a ver algunas cosas en mi celular, sólo he podido dormir dos horas, es incómodo tener a Lucifer a mi lado. No es que duerma mal es simplemente que desde que mi hermano murió yo no he podido dormir como nadie. Su respiración es pausada, sus largas pestañas y sus mejillas sonrojadas, no hace calor pero él está sudando. El beso que me dio sólo sirvió para confundirme más, aunque él no está despierto me siento nerviosa, es como si su piel me llamara y su alma estuviera conectada con la mía, cuando lo toqué sentí muchas cosas, cuando él conecto sus labios con los míos sentí como si las nubes de volvieran de algodón de azúcar y sólo existiéramos él y yo. 

Pongo mis dos manos en mi cara y suspiro con estas ahí, miro a Lucifer y sin siquiera darme cuenta llevo mi mano a su pecho descubierto y lo toco con mucha suavidad. Si piel está sudada, ¿Por qué suda tanto?, Sus labios están levemente separados. Se mueve un poco y se pone de lado haciendo que su mano caía en mi pierna y yo de un respingo.

—No te vayas de mí lado — masculla — Te amo.

Abro los ojos como platos, ¿A quién se lo dirá?, Por eso no le gusto, porque le gusta otra persona. Sonrío con tristeza, me duele y no tengo idea de porqué, algo dentro de mi se rompe. Ya me lo dijo, noble gustó y esa es la verdad y él tampoco me debe gustar a mí, el tiempo que paso con él me está haciendo mal. No lo puedo tener más cerca de mí, Lucifer es un chico que guarda demasiado secretos y no me aclara todas las dudas que tengo, lo único que hace es confundir más las cosas y yo no quiero y tampoco necesito eso. Recuesto mi cabeza en la almohada y hago que la cara de Lucifer quedé justo con la mía. Cierro mis ojos para poder dormir, Necesito... Olvidar lo que él dijo, me está matando y lo último que quiero es morir por una sobredosis de él, de Lucifer.

~^~^~^~^~^

La luz de la ventana ataca mis ojos y hace que los cierro fuertemente, me muevo un poco en la cama y suspiro abriendo mis ojos despacio. Miro a mi lado y no veo a Lucifer, me siento en la cama y echo mi cabello hacia atrás, debo estar del asco. Escucho la puerta y veo como Lucifer sale del baño con una toalla alrededor de la cintura y revolviendo su cabello mojado. Fija su mirada en mi y sonríe, no entiendo como el puede verse tan bien después de haberse emborrachado. Muerdo mi labio y le doy una mirada de los pies a la cabeza, sólo tenerlo así es muy difícil concentrarse, sus músculos contraídos y su cuerpo todo mojado y exquisito.

—¿Me estas pegando un repaso? — Dice con chulería y yo ruedo los ojos.

—Ni que fueras tan importante, ahora me voy a bañar y tú aprovecha para cambiarte, que por cierto no idea de donde sacas la ropa — digo.

—La ropa la sacó por arte de magia, soy el mago, Lucifer —.

Me adentro al baño y cierro la puerta con pestillo, no me a dicho nada sobre lo que pasó anoche, seguro no recuerda nada, me ducho tranquila a lo que Lucifer me imagino que se cambia, salgo de la ducha y me lavo los dientes. Cuando salgo del baño ya él está cambiado y con el celular en la mano, cuando me ve sonríe, no le sonrío y sigo al closet. Saco una ropa cómoda que ponerme y entro al baño para poder cambiarme, cuando estoy cambiada vuelvo a salir del baño y suspiro cuando sigo viendo a Lucifer sentado en mi cama.

—¿Te puedo hacer una pregunta? — Le pregunto y él con una pequeña sonrisa asiente y yo prosigo — ¿Te acuerdas de lo que pasó anoche?

Él deja de sonríe y su cuerpo se tensa — ¿Anoche? — Asiento y él niega — No, no me acuerdo de nada, ¿Qué pasó anoche?

Muerdo mi lengua y niego — Nada, no paso nada. Yo ahora voy a salir, has lo que quieras.

—Quiero ir — Dice levantándose de la cama.

—No, está vez no quiero que vayas.

Pasa su lengua por su labio inferior — ¿Por qué?

—Me confundes.

Salgo sin decirle nada más, Arturo está apoyado como siempre del auto y con el celular entre sus dedos.

—Arturo — Lo llamó y él se pone derecho y llega hasta a mí — Necesito que me saques de aquí y me hagas olvidar, por favor.

Suspira y me da una mirada tierna — ¿Por qué?

Me aguanto las lágrimas, no quiero llorar delante de él ni de nadie — Sólo... Hazlo, Llévame lejos.

Asiente y me abre la puerta del copiloto, antes de subir miro hacia mi ventana y veo a Lucifer parado en está. Aunque está lejos su mirada sigue siendo penetrante e igual que fría. Me subo al auto y después de Arturo dar la vuelta se sube en el lado del piloto, lo pone en marcha y justo una fuerte lluvia empieza a caer, haciendo que el cristal se empañe con nuestras respiraciones. 

—¿Dónde quiere ir? — Pregunta Arturo.

—Llévame al lugar donde tomamos el chocolate la otra vez, Necesito... Te necesito en estos momentos — me da una mirada suave y sonríe.

No sé porque dije eso, pero en estos momentos lo que menos necesito es pensar con cordura, sólo quiero que él esté cerca. Ayer quería a Lucifer, pero hoy quiero a Arturo. Estoy confundida.

—llegamos, espera.

Saca un paraguas de la parte trasera y lo abre cuando está afuera del auto, se acerca a mi puerta y la abre cubriéndome con este, con una pequeña sonrisa salgo del auto. Entramos al lugar y nos sentamos en una mesa, Arturo me mira con el ceño fruncido y yo me abrazo a mi misma, no tengo la ropa adecuada para estar en este frío, se me olvidó mi sudadera. Él al tal parecer se da cuenta de eso y se quita su sudadera y Me la entrega a mí, yo la acepto porque vaya frío que hace. 

—No es por ser chismoso, pero ¿Te pasa algo? — Dice moviendo sus dedos en la pequeña mesa.

—No sé que me paso. Sólo sé que necesitaba salir de esa casa, no quería estar en ese lugar — Digo nerviosa, miro mis dedos y juego con estos, la cabeza en esté momento me está dando demasiadas vueltas.

—Primero pedimos y luego me dices, ¿Está bien? — Asiento. Arturo me pide un té al igual que a él. El té llega y con nerviosismo agarro la taza — Dime, ¿Qué tienes?