Unido A Ti

2

Doy la vuelta en mi cama hacia la derecha.

Mmm no, mejor a la izquierda.

Mmm sí, mucho mejor (un rato después)

Mmm no, mejor le doy vuelta a la almohada... la almohada ya se calentó.

No logro dormir, ya perdí la cuenta de las vueltas que he dado o los rebaños que ya he contado... cuento muy bien por cierto. Es como si mi cuerpo se negara a estar acostado y protesta para que me levante ¿no les pasa que sienten esos impulsos de levantarte pero no saben para qué? A mí sí, pero en las mañanas esta pequeña manía solo ocasiona problemas, todas las mañanas se convierten en una travesía para lograr despertarme.

Definitivamente debo levantare, me levanto y camino un rato de un lado al otro en mi habitación... necesito salir, me siento sofocada.

¿Dónde iré? No conozco nada... aunque será una oportunidad de hacerlo... decidido, daré un paseo. Me visto con unos pantalones deportivos, una sudadera grande y un gorrito, cuando término tomo mi celular y salgo de la habitación.

Bajo las escaleras sin hacer mucho ruido, camino hasta la cocina donde recuerdo esta la llave del portón de la entrada, aun no tenemos guardia así que nadie me vera. Salgo de la casa y camino hacia el portón, la abro la y cierro tras de mi... fue más sencillo de lo que pensé.

Me coloco la capucha de la sudadera y me alejo de la casa, consulto mi mapa y este me guía hasta la playa. Mientras camino disfruto de la majestuosa vista del cielo estrellado, la luna en su punto más alto... es simplemente perfecto.

Llego a la playa, las olas llegan furiosas hasta la costa, me siento en la arena, el agua apenas toca la punta de mis pies. El reflejo de la luna en el mar es... tranquilizador. Se respira paz en este lugar.

Deseo volver, volver a casa, la antigua y no está donde siento que me perderé en cualquier momento... tal vez solo exagero o no le estoy dando una verdadera oportunidad a este lugar, pero es difícil, es difícil dejarlo todo por decisiones que no son tuyas.

- la la la...la, jum jum la - ahora la letra- nada hasta la orilla de un nuevo lugar.
Siente allí la brisa, del salado mar.
Camina por la arena, bajo la luna.
Siente lo que siento, la la la.
Tarareo por un largo rato las mismas líneas.

- Es una música muy bonita.- dice una voz a mis espaldas... me congelo en mi lugar. Me volteo lentamente y en medio de la oscuridad distingo una silueta masculina que se acerca a mí.

- ¿Disculpa?- pregunto mientras me levanto de la arena para preparar mi huida y trato de recordar mis clases de carate, pero solo viene a mi mente lo sexy que era él profesor.
¡Rayos! ¿Por qué no le preste atención a lo que decía? Bueno yo solo me concentraba en como sus labios se movían ¿entonces por qué me anote en esa cla...? Ah... Jajá ya lo recuerdo.

- Lo lamento, te interrumpí - la voz de mi posible agresor me saca de mi laguna mental. Él se sienta en la arena, genial poder huir.

- ¿Te conozco?- trato de distraerlo mientras veo por donde será más rápido correr.

- ¿Qué haces aquí tan tarde?- pregunta él en cambio, evadiendo mí pregunta.

- ¿Y tú? - lo evado yo.

- yo pregunte primero - replica el con la vista fija en el mar.

- Tú evadiste mi pregunta, ¿por qué debería yo responder a la tuya? - me encojo de hombros, El ríe un poco.

- Touché. - responde él. - ¿De verdad crees importante mi respuesta, cuando puedo ser un posible psicópata?- trago saliva

- Así sabría tus intenciones.- okey... eso tenía más lógica en mi mente.- Y creo que tengo bastante información... me voy.- ¿Que inteligente Amely, porque no le dices hacia donde correrás y ya? me reprendo mentalmente. Cuando me decido a correr su voz me detiene.

- Pero no lo soy.- dice para ¿tranquilizarme? Pues no funciona amigo.

- De todas formas tengo que irme.

- Esta bien, yo igual.- dice mientras se incorpora.- ¿cómo te llamas?- dudo en responder pero se lo digo.

- Amely.- no pregunto el suyo pero él me lo dice igual.

- Tristan.- me extiende su mano, lo dudo unos instantes pero de todos modos la sostengo una fracción de segundos y vuelvo a soltarlo.
La calidez de su palma contrasta con el frío de la mía, creando así un pequeño escalofrío en mí.

- Adiós Amely. - hasta nunca...

Con el corazón subiendo por mi garganta emprendo camino a casa, cuando me alejo un poco de la playa comienzo a correr, necesito llegar a casa.

Admito que nunca unas pocas cuadras me parecieron tan lejanas, continuamente volteo para ver que todo seguirá bien. Para mi suerte llego sin complicaciones, pero con la conclusión mental de que necesito más ejercicio.

En mi ranking de cosas que debo y en este caso "ya no debo hacer" lo encabeza;
1) No volver ni por él gorro de Merlín a escaparme a estas horas de casa. Ese chico podo no haber sido solo un chico, sino alguien mayor y malo (No es que él sea bueno, pero no me ataco) o tal vez si era malo pero se apiado de mi humanidad y me dejo vivir.

Vuelvo a entrar por donde salí, con cuidado subo las escaleras y me encierro en mi habitación... a salvo.




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