Unidos Por Siempre

Capítulo 6

Sofía estaba empapada de sudor estaba desde la mañana corriendo en el parque junto al colegio, había salido temprano de su casa, hacía mucho tiempo que no corría durante largas distancias. Sentía su cuerpo casando sus piernas pese a lo fuertes que eran, ya cansadas pidiendo un descanso. Y su respiración cansada se dijo así misma los últimos metros. Acelerando el paso hasta detenerse en la cancha donde practicaban los niños que venían en las tardes a entrenar futbol. Tomando con calma su respiración realizando sus estiramientos para volver a la calma.

—Fue un buen entrenamiento —dijo ella sentada en el césped tomando su bebe todo bebiendo algo de agua, aunque en ese momento deseo tener un Gatorade. Debía entrenar fuerte para cuando ocurra alguna emergencia de rescate que soliciten su participación.

Sofía siempre revisaba su equipo de rescate personal que tenía en casa. Cabos, arnés, ganchos todo estuviera en óptimas condiciones en los últimos trabajos de rescate siempre usaba su equipo para salir junto a su equipo de rescate. Pero desde hace un tiempo más específicamente desde hace cinco meses no tenía misiones de rescate en alta montaña. La última fue el recate de los cuerpos de unos andinistas que habían quedado sepultados en una avalancha, les tomo tres días en recuperar los cuerpos. Ese día fue algo imprudente apenas recibió el llamado de emergencia, salió de inmediato, para auxiliar los andinistas, acelero tan a su equipo que se olvidó de asegurar su equipo y estuvo a punto de caer en una grieta de hielo. Estaba tan desesperada por intentar llegar a tiempo que se olvidó de su propia seguridad y no tomo las precauciones. Ese día se prometió no ser tan imprudente, pues con ella también iba su equipo. 

Se levantó y empezó a caminar despacio hasta llegar al puente por el cual había cruzado, estaba a punto de irse cuando sintió un fuerte llamado de continuar hasta el fondo del parque. Era una sensación extraña, muy fuerte que la hizo moverse en esa dirección y con cada paso que dada su corazón se aceleraba todavía más. miro en el fondo al hombre, con una pequeña niña a su lado lanzado piedras en dirección al rio y cuando más se acercó los reconoció. Era Derek y su hermana Margarita. Los rodeo ocultándose detrás de un árbol, escuchando su conversación.

—El rector tiene razón. deberías hacer algo diferente —dijo Margarita.

—De que hablas. Lo que hacemos es importante —respondió Derek lanzando su piedra al rió.

—Evitar que los estudiantes intenten fugarse, dar mantenimiento al colegio. En serio es algo importante —cuestiono Margarita —debe haber algo más ahí afuera —lanzo su piedra y se escuchó el chapotear del agua.

—Si hay algo importante. Talvez venga a mí —dijo Derek. —juntos.

—Si —respondió Margarita.

Ambos tomaron dos piedras en su mano, retrocedieron unos pasos atrás y regresaron con algo de velocidad y con gran fuerza lanzaron las piedras en dirección del rió. Sofía observo como las cuatro piedras iban diferentes direcciones, pero con un solo blanco.

—Le di de nuevo —dijo su hermana saltando alegre y en eso miro a su hermana escondida detrás del árbol. Y entonces se le ocurrió algo. Ella sabía que Derek estaba atrapado en su trabajo como conserje del colegio en un intento que evitar que los estudiantes se fuguen y terminen muy mal y también por su promesa. Al ver a su hermana tuvo una idea. —voy ganando —dijo ella estirando la mano para mover a Derek haciendo que se gire. Logrando su objetivo. —el marcador dice dos a cero —continuo ella que actuó muy bien. Derek tenía la mirada en Sofía en el colegio solo la había visto de lejos, pero ahora la tenía cerca, parecía más alta y hermosa. Margarita le había dicho que era su hermana, pero no la reconocía y él tampoco la conocía —voy a ir a ver a mi mamá —dijo Margarita que empezó a flotar alejándose de Derek.

—No la asustes —dijo Derek.

Derek camino en dirección de Sofía la miraba de lejos desde hace ya más de un mes en el colegio. Margarita decía que era su hermana, pero ninguno de los dos la conocía pues Derek y Margarita prácticamente crecieron juntos al ser vecinos su antigua casa estaba frente a la casa de la mamá de Margarita. Tenía la impresión de que ella también lo miraba a la distancia y ahora estaba allí con el rostro brillante por el sudor y su ropa deportiva que encajaba de manera precisa a su esbelto y tonificado cuerpo. Se acercó hasta ella quedando frente a frente, sintiendo una punzada de timidez algo que no había sentido en mucho tiempo, desde su última relación amorosa y por alguna razón no pudo saludarla correctamente.

—¿Por qué lanzas piedras al rió? —pregunto ella.

—Lo hago todos los días. Es como un ritual —respondió Derek.

—¿Un ritual? —dijo Sofía esbozando una sonrisa.

—Si. Es algo que nosotros… —se detuvo. Por poco y habla de Margarita. Era claro que ella no le creería.

Ella le mostró una hermosa sonrisa —¡Nosotros! —dijo con admiración —¿Quieres que lance piedras contigo? —camino hasta donde estaban las piedras tomando una y lanzándola al rió escuchándose el chapoteo del agua.

Derek sintió una extraña sensación. Un sentimiento muy intenso creciendo cada vez en su interior —soy Derek Velasco. Siento que vieras esto.

—Te eh visto en colegio trabajas ahí —respondió Sofía.

Derek asintió —Eres la nueva maestra del colegio ¿cierto?




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