Cuando lo vi. No me pareció una persona peligrosa.
Su cuerpo tendido en el bosque cubierto de sangre y retorciéndose en dolor.
La luna está por ponerse en su punto final. La luna llena, y tal vez solo tal vez. Comenzaba a creer lo que aquel chico me había dicho:
—Si deseas seguir con vida. Cada noche de luna llena, ocultate hasta que salga el sol. Ellos no podrán hacerte daño si no te miran.
Parecía una completa locura. Pero desde que llegué a este pueblo en busca de mi padre, las personas no salian de sus hogares, los niños no jugaban en las calles y no habían autos por ningún lado.
Recuerdo lo que la chica de recepción me dijo. Aquella rubia que apesar de tener un aspecto fatal, parecía querer ayudarme.
—No debes creer todo lo que dicen de Hander— la chica de recepción me advirtió—. Algunas cosas pueden ser mentiras, pero las que creas más irreales, son las que realmente pasan en este pueblo.
Ahora, a tan solo minutos de que la luna llegará a su etapa final, el chico que se encontraba en el suelo, dejó de quejarse, y de un momento a otro, una alarma parecida a la que usan cuando un desastre se aproxima, comenzó a sonar por todo el bosque.
Y el chico, que en su momento se miraba débil e indefenso.
Comenzó a reír diciendo aquellas palabras que aún recuerdo por el tono que usó:
—No debiste buscar algo que no querías encontrar.
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Editado: 04.08.2023