Luego de que sus ojos se acostumbraron a la oscuridad, dio el esfuerzo de buscar el interruptor, Pues ahora tenía otro pequeño problema. Busco los alrededores y logro captar un enchufe al lado de uno de los muebles viejos, se dirigió a él.
Finalmente llego a este, lo presiono y el cuarto ahora se había llenado de una molesta luz que quemaba sus ojos. Principalmente su objetivo era no pensar en hacer una tontería. Solo poder lograr calmarse y pensar en que hacer sin causar un tonto problema.
Se dejó caer en el colchón de aquella cómoda cama, luego un ruido de madera chillando interrumpió su descanso. Era teresa, tenía un plato de frutas en la mano.
Todo en la vida ahora no era más que un montón de desgracia. El cansancio era como una punzada en el cráneo y en el cuerpo.
Confiaba en que su instinto de supervivencia lo libraría de las molestias de pensar en locuras.
Era claro lo que teresa trataba de concluir con aquel mensaje. — No sería malo dejar de vivir por un tiempo— ahora luke parecía deprimido de sí mismo.
El atardecer estaba ocupando las calles, ante aquella vista las cosas eran solo una simple locura, no habría por que decir que todo estaba mal, si el mundo no pensaba lo mismo, tal vez no era necesario tener ideas negativas. Mucho menos si era de algo grave y delicado.
Los pensamientos del muchacho ahora solo volaban como un simple rasca cielos, era algo extraño para ser de un joven con problemas.