Utopía

Capítulo 21.- Primer bloqueo

La alarma me despertó. Repté entre las sábanas para apagarla, pero Adri se adelantó saltando con fuerza una y otra vez sobre el botón.

-Está bien, ya basta- dije atrapándolo entre mis manos.

Me sonrió y lo dejé en la mesilla de noche, junto a su hermano. Juntos me empujaron un caramelo.

-¡Qué lindos!- dije acercándome para darles un beso a cada uno.

Era un gesto hermoso que me dieran uno de sus dulces, para ellos, era como entregarme su tesoro más valioso. Me giré, y vi mi cuarto. Estaba recogido, salvo por las botas que me había puesto el día anterior y Aless había dejado entre la entrada y el escritorio. En el otro lado, lo que destacaba era todo el montón de mantas contorsionadas que era Aless.

-Vamos a clases- dije zarandeándola.

-No necesito ir a clases- dijo sentándose mientras se rascaba los ojos.

-¿Por qué?- pregunté confundida, a mí me obligaban a graduarme.

-Tenía que esperar por ti, me lo dijo mi mamá, así que perdí a propósito un año y medio, yo también tengo 17, como Niel- se estiró y saltó al suelo -… repetí hasta quedarme con Esme y Thomas.

-¿Por qué esperaste por mí?

-Si no lo hacía así, no íbamos a ser amigas- dijo entrando como si nada al baño -… Pero me aburro mortalmente en clases, la mayoría ya las he visto mirando mi futuro, así que suelo pasar mi tiempo en la Biblioteca o paseando por la Academia.

-¿Me puedes contar ahora por qué tratas así a Thom?- me ponía de los nervios que se enojara así y luego no me explicara nada -¿Qué es lo que me querías contar en casa de Esme?

Pero sólo escuché el agua de la ducha detrás de la puerta cerrada del baño.

-¡Alessandria!- grité enojada.

Moon se acercó asustada por mi tono, incluso Adri se escondió detrás de Francis.

Tardó un par de segundos, pero el agua se cerró y Aless salió envuelta en una toalla con champú en el cabello. Me miró a los ojos, me apartó y se sentó en la cama. Palmeó con su mano derecha mi manta y me miró fijamente.

-Bueno… tú sabes… tu Misión Sagrada… la Puerta…

Se frotaba las manos y los pies, jugando con las gotas que mojaban todo a su alrededor.

-Sí, Aless. Eso ya lo sé- cogí sus manos y la obligué a mirarme -. Por favor… por favor… Deja de ocultarme las cosas como mi hermano o el Director… Ya estoy cansada de eso…

-No quiero afectar tu futuro- dijo cubriéndose la cara con sus manos mientras se tumbaba frustrada en la cama -. ¡Es muy complicado!

-¿Sobre qué es?- pregunté tumbándome en la cama a su lado.

-Vas a tener una vida después de la Puerta- giró su cabeza hacia mí -. Me voy a asegurar de eso- dijo muy seria -… pero lo que hay después…

-¿El qué?- pregunté cogiendo sus manos para que ya no se ocultara.

-Pues… Te vas a tener que casar, tener hijos, vivir otras aventuras…

-¿Ok…?- No entendía nada.

-¡Pues eso!- dijo sentándose alterada.

-¿El qué?- no lo terminaba de entender.

-¡Qué vas a tener que casarte!

-¿Obligada?- pregunté sentándome también.

-Mmmm- dudaba un poco -… Depende.

-¿De qué?- pregunté acercándome a ella.

-De las acciones que tomes ahora- dijo triste.

-¿Y qué pasa con eso? ¿Sabes quién es el amor de mi vida?

-Sí… y no- su mueca me decía que no me iba a gustar lo que iba a decir -. Vas a tener más de una opción… y si ganas el Torneo, este número aumenta. No tengo la capacidad de Celeste para decirte con cuál te va a ir mejor, ni la capacidad de Aidan para ver tan concretamente tu vida…

-¿Cuántos- dudé un poco en encontrar la palabra -… candidatos hay?

-Por como lo veo yo… hay 3 candidatos decentes… y aunque no lo creas, lo vas a elegir en el próximo gran baile que tenga la Academia.

-¿Cuándo?- pregunté confundida.

-No lo he visto bien, y está confuso y enredado aún… Es un baile donde Esme tiene el cabello por aquí- dijo señalando la mitad de su espalda -. Supongo que aún falta tiempo, quizá años, porque desde que la conozco, lleva el mismo corte de cabello, y eso es desde prescolar- dijo levantándose de nuevo para entrar a bañarse… ¡Si no te vistes ya, vas a llegar tarde! ¡Aunque ya no alcanzas a desayunar!

Me enojé porque no podía tomar una ducha, ya que había invadido mi baño, así que intenté algo nuevo. Entré al armario y me puse en frente del espejo de cuerpo completo, dibujé un Círculo Mágico e intenté imaginar la ligera capa de grasa que envolvía mi cuero cabelludo. Me imaginé extrayendo esa grasa. Al mirar mi mano, cuando el Círculo Mágico colapsó, casi vomito. La Magia había funcionado, y tal vez podría aplicarla en otra cosa en el futuro.

Me limpié como pude con el pijama y me puse mi uniforme, para luego ir a peinarme y echarme colonia como francesa medieval. Cuando acabé, Aless salió perfectamente vestida y peinada de mi baño, pero no exactamente con el uniforme… Llevaba un pantalón verde con muchos bolsillos, botas militares, una camiseta roja que se veía muy cómoda y una chaqueta vaquera negra.




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