Capítulo 20

Los grilletes me aprietan demasiado, el castigo ha sido pasar una noche entera en la mazmorra, me estoy empezando a acostumbrar a esto aunque no por el precio que tengo que pagar.

Se abre la puerta, es Brayan que viene con la llave para liberarnos, por la cara que pone por él fuera nos quedariamos encerrados durante días aquí metidos.

Durante las siguientes semanas comenzaron a venir más y más personas, cada semana hacía acto de presencia cada uno, cada persona era distinta a las demás. Primero llegó Leon, una persona con más manías que virtudes. Es la segunda persona más mayor de Utopía, se queda a tan solo doce años de George.

Las siguientes fueron Medelín y Nora, dos mujeres más que se unieron al pueblo. No se cuantas personas estaban dispuestas a traer hasta que pasaron los días y vinieron diez personas más, ahora mismo en el pueblo hay veinticuatro personas, he perdido la cuenta de los días que llevo aquí metido. Pero tienen que estar cerca de tres, hace más de tres meses que no sé nada de mi familia, no he encontrado forma de salir de aquí y mi relación con Andrew no ha mejorado para saber más cosas, sigue igual de tensa y tirante.

Hoy viene de nuevo una persona, me toca a mí darle la bienvenida, como siga viniendo personas al pueblo nos vamos a quedar sin espacio, cada vez quedan menos casas libres, hasta el día de hoy quedaban solo dos, con la nueva persona que llega quedara solo una.

Voy en el coche, lo conduce Brayan que no nos ha perdonado a George y a mí lo que hicimos de investigar por nuestra cuenta. Seguro de porqué se pensaba que nos íbamos a quedar de brazos cruzados.

Llegamos hasta la estación, el temblor del suelo hace surgir de que acaba de llegar, subo para arriba y abro la puerta. Es una mujer, como todas las personas llega dormida. 

Me siento y espero a que se despierte, se puede despertar al instante o despertarse en horas. Mientras tanto me miro las uñas, las llevo negras, la ropa sucia, apenas puedo lavarla porque no tengo recambio. Ojala pudiese subirme al tren y volver por donde vine pero ya está probado, lo intente hace un par de semanas pero el tren no se marcha hasta que bajamos.

Tiene que tener algún tipo de control del peso para saber que está completamente vacío.

La chica empieza a abrir los ojos y mirar a su alrededor, me mira se asusta y se echa para atrás, sé que soy feo pero no creo que sea para ponerse así.

—¿Quién eres? —pregunta mientras mira para todos lados.

—Soy Jacob, bienvenida a Utopia, ahora te lo presento todo…

Se levanta lentamente, yo le ayudo un poco.

—Yo me llamo Yanel…

Dejo la nota de todo lo que nos hace falta, como todas las semanas los encargados de hacer esa lista han sido Andrew y Brayan, y este último viene conmigo y no me ha dejado mirar ningún punto de todos los que están apuntados. De hecho nunca se lo que viene porque no puedo ver nada de eso, lo ocultan en algún lugar del templo y allí solo se puede pasar para comer. George me ha dejado claro que ni se me ocurra entrar a investigar por todas las habitaciones porque entonces sí que no viviré para contarlo.