Capítulo 48

Las horas pasan más lento de lo normal, es la primera vez que estoy deseando que el tiempo corra. Cada instante es un suplicio para mi. El olor de la madera ardiendo entra directamente, la llama cada vez es más y más fuerte. Todos los presentes comienzan a celebrarlo como si hubieran ganado alguna competición. Que ingenuo que es el ser humano que se conforma con lo más mínimo, con luz al final de un túnel que no se sabe si tiene final, con algo de esperanza sin llegar a ver si pone esa palabra o tan solo espera. La diferencia entre ganar y perder es tan pequeña que llega a dar vértigo, escalofrio y miedo.

De repente todo se jode en una décima de segundo, en menos que pestañea una persona.

Mis pies comienzan a temblar pero no son ellos lo que hacen ese movimiento sino el suelo, algo va mal, tanto es así que cuando alzo la vista enfrente una gran bola de fuego  me golpe directamente.

Vuelvo a abrir los ojos, estoy a varios metros de la casa, pero está completamente destruida, varias personas se levantan del suelo pero otras lamentablemente no lo hacen. Tengo un fuerte pitido en el oído pero debo de levantarme para entender lo que ha ocurrido. Me acerco a la gente para ayudarla, Hector viene del coche corriendo, es el único que no le ha ocurrido nada junto a Abraham y Brayan que estaban lejos.

Observo cómo mueve los labios pero no consigo escucharle. Se acerca y me tambalea, consigo averiguar una palabra, un nombre que se le relaciona facilmente.

Definitivamente está buscando a Fanny. Miro hacia el lado de la explosión pero por medio de varios cuerpos sobre el suelo no la consigo ver, cuando vuelvo en mí me sale enseguida y aunque me esté doliendo el cuerpo entero en ir a ayudar, pero no consigo hacer que reaccionen, les cogo el pulso pero no tienen. En estos momentos de tensión es cuando se me viene a la cabeza esa parte de mi que me recuerda que salir de aquí va a ser casi imposible.

De nuevo levanto la cabeza y veo a Abraham y Brayan yendo a ayudar a todos los que siguen en el suelo, Abraham me mira esperando que le diga que la persona que está entre mis manos está bien pero solo niego con la cabeza. Parece que todo va a cámara lenta, el pitido va en aumento y me  estoy comenzando a marear.

—¡Joder…! —un grito de suplicio ahogado sale de lo más a dentro de Abraham. Nunca pense que tuviese sentimientos, en ningún momento podia llegar a imaginarme que sintiera algo por nadie más que no fuera él pero parece que me equivocaba. Con este grito de sufrimiento y desesperación rompe con todas mis expectativas.

Me miro las manos, las tengo llenas de sangre.

¿Que ha pasado?

¿A dónde vamos a llegar?