El Bingo

El bingo es un juego entretenido en el que solo uno o pocos ganaran el premio, porque con paciencia llenaran los números necesarios para ganar. Las condiciones pueden variar según las exigencias del modo de ganar, a veces es más fácil solo con una línea, otras veces es más difícil porque hay que completar todos los números del cartón que escogemos, pero no deja de estar presente la suerte y el azar, el amor es algo de eso también paciencia, juego, suerte y azar.

A las dos semanas, ella estaba en la mesa del bingo que habían organizado en la universidad, para compartir el día del libro, aunque ella no estaba jugando, sino tomando algunas notas de sus materias, yo me senté junto a ella, a pesar de que no me gusta mucho jugar al bingo, era una tal vez una oportunidad de conocerla más, el cartón de bingo que estaba frente a su puesto tenía la mayoría de los números que estaban saliendo, como siempre uno va ganando cuando no hay premio, pero eso de ganar no se sabe hasta que termina, pero así llamé su atención y la distraje de su tarea, pude compartir algo más divertido con ella, que mis casi elocuentes y pocas palabras.

A todas estas ganó alguien más que ni recuerdo, solo recuerdo que cuando terminó me fui en dirección contraria a mi casa, solo por acompañarla y seguir hablando con ella, pero un profesor venía también conversando con nosotros y solo me pude despedir, hasta quien sabe cuándo… Fue cuando ella mencionó que yo tenía su número, lo cual me hizo pensar que si me daba pie a una amistad, pero en ese momento no pensé eso, sino pensé que me daba pie a escribirle porque le había gustado tanto como ella me gustaba a mí.  Por eso digo que cuando nos sentimos mal con nosotros mismos no somos tan capaces de ver la realidad y empezamos a ver espejismos y fantasías de lo que deseamos, donde no deberíamos.

La tercera vez que la vi ya la había saludado por teléfono y chateado muy poco, por eso noté que no había filing, y de paso me confesó que ya estaba con alguien, debí escucharla y alejarme, solo que pensé que aún no sabía si estaba con alguien solamente o si estaba realmente bien con ese alguien. Por lo que decidí investigar un poco más con la esperanza de ver un lazo azul, aunque fuese rojo.

Fue allí donde se me ocurrió hacerme amigo de sus compañeros de clase y saber más de ella, pero no era que ellos supieran tanto de ella, porque era muy reservada en sus cosas personales.

Ya era hora de olvidarme de ella, incluso pensé que su compañero de clase era esa persona con la que ella estaba, pero aun así no le hice caso a la razón y pensé ¿por qué ella estaba con alguien más y no conmigo? Porque si alguien tenía la oportunidad de compartir su vida junto a ella, ya yo no podía? No era justo, solo porque llegaron primero a su vida, yo también tenía derecho a encontrar al amor de mi vida y algo me decía que era ella, incluso pensé que Dios me la había mandado. Aunque dudo que Dios favorezca a alguien que le quiere robar el amor de su vida a alguien.

Tal vez no era que Dios me la había mandado, quizás era tan simple como eso, como robársela a alguien más.

Aunque no era justo pensé que en el mundo real, no en el mundo de Dios, de lo bueno y todo eso, sino en el mundo real y crudo o cruel, por decirlo de otra manera, el mundo era un lugar de supervivencia, donde pensé que si no había para todos, entonces yo debía garantizarme mi alimento y mi esposa, mi amor o como se le llama a la compañera de vida, la mujer con quien compartir una parte de la vida o la vida entera, al hecho de tener a una mujer o de mantener a una mujer, como me dijo otra sabia, no es tener… Es mantener, yo le pregunté mantenerla al lado de uno o mantenerla económicamente hablando… y la sabia me dijo: Las dos cosas. O sea mantenerla económicamente y a nuestro lado, de eso se trata también.