Vagones de Pasión

Prólogo

Prólogo.

 

Moscú. Rusia.

03 de octubre, 2018.

 

La familia Kolrokova se encontraba viendo una película en su sala de estar. La señora y el señor Kolrokova no pueden dejar de mirar con una sonrisa en su rostro a su hija ya no tan pequeña.

Estaban muy orgullosos de ella.

A su corta edad había logrado su sueño de ser una ingeniera ferroviaria, incluso fue por más y se graduó con honores, logrando así ser contratada por una reconocida empresa exitosa y viajar por todo el país para realizar diferentes proyectos.

Era reconocida nacionalmente y ambos no dudaban que pronto su trabajo seria conocido internacional e incluso mundialmente.

La chica rusa se inclinó hacia delante con su tazón de palomitas entre sus piernas para ver mejor su parte favorita de la película.

“Sr. y Sra. Smith” sin duda era la película que Dasha podría ver mil veces y podría sentir las mismas emociones de cuando la vio por primera vez. Simplemente era un matrimonio tan contradictorio que amaba, sin contar que la acción también era una de sus categorías favoritas del cine.

La escena de cuando prácticamente derrumban la casa solo para asesinar al otro es una prueba de eso; se quieren matar (literalmente) pero luego se dan cuenta que se aman y terminan teniendo sexo duro contra cualquier superficie aún estable.

Contradicción = Matrimonio.

En los planes de Dasha el matrimonio era el último de su lista por hacer antes de morir. Simplemente prefería pasar lo mismo sin papeles y cosas legales, estúpido sí, pero para ella es lo más sensato. Si las cosas no funcionaban, no tendrían que lidiar con bienes, papeleo, ni tiempo. Solo se separaban y listo. Cada quien tomaba lo suyo y se iba por su camino.

Obviamente sus padres desean verla vestida de blanco y legalmente casada, respetan la decisión de su hija pero anhelan que llegue ese hombre que la vuelva loca y desee casarse.

Ellos no pierden la esperanza.

El celular de Dasha suena por toda la estancia, sin embargo ella está tan concentrada en la escena que no le presta atención. La señora Kolrokova poniendo los ojos en blanco toma su celular y contesta.

— ¿Hola?

¿Dasha? —Dice un hombre en inglés— Mujer, sabes que no te entiendo cuando hablas en ruso.

La mujer cubre con su mano en micrófono del celular.

— ¡Dasha Irina Kolrokova! —la nombrada salta en su lugar—Deja la película de lado y contéstale a tu amiguito americano.

Mascullando maldiciones a su amigo estadounidense toma su celular de mala manera.

¿Qué quieres? —dice la rusa en perfecto inglés.

Así que tu segundo nombre es Irina—dice divertido su amigo.

¿Para eso me llamaste? ¿Para saber de una vez por todas cual es mi segundo nombre? —gruñe.

Uy, parece que alguien no está de humor. Déjame adivinar… ¿Estabas viendo esa película de esposos-agentes?

Sr. y Sra. Smith—le corrige—. Y si, estaba viéndola antes de que un idiota americano me interrumpiera.

Deja de llamarme americano—demanda—. O te comenzaré a llamar rusa.

Se encoje de hombros.

»Él no te puede ver idiota« pensó.

No me importa, a diferencia de ti yo si amo a mi nación.

¡Yo amo a mi nación! —exclamó ofendido.

Sí, claro—puso los ojos en blanco—. Imbécil.

La señora Kolrokova que ha estado escuchando la conversación (aún sin entender nada) la regaña por el insulto.

» ¿Cuándo dejará las malas palabras Señor? « Imploró la señora al cielo.

¿Qué hemos hablado sobre tus insultos en ruso?

Que dejaría de hacerlo.

¿Y lo estás haciendo?

No.

¿Y piensas dejar de hacerlo?

No.

Contiene la risa al escuchar maldiciones de su amigo.

¿Sabes? Olvidémoslo. Hablemos sobre el porque te llamé—cambió de tema.

Ya era hora.

Se escuchó un bufido.

Te quieren aquí—dijo tan bajo que apenas lo escuchó.

¿Qué?

¿Ahora estas sorda? —Preguntó con enojo fingido—Lo diré una sola vez porque estoy cansado de ti y ya tengo que regresar al trabajo, en realidad es por el trabajo, sabes que te amo.

¡Ya habla Ethan! —insistió.

Quieren que seas tú quien dirija el proyecto sobre los nuevos trenes que quieren instalar en la ciudad.

Dasha se quedó sorprendida. Su boca se abrió sin temor a que se babee. La madre de la rusa se preocupó cuando el celular de su hija cayó de sus manos y esta comenzó a saltar por toda la casa con demasiada energía.



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En el texto hay: romance, drama

Editado: 08.01.2019

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