Pero no podía hacerlo, y no sabía por qué o quizás sí, pero no podía aceptarlo, no era tan sencillo en aquellas épocas liberarse, mostrar lo que muchos consideraban "debilidad" y no era otra cosa que sentimientos y el ciertamente le temía a sus sentimientos.
-Lo que sí creo es que sos muy prejuiciosa y lo sos con vos misma, es decir, te rendís antes de intentar...
-No, no, no, para, no me vengas a hacer el nenito superado y el amigo de la infancia que conoce hasta mi último lunar.
-Lo conozco, sobre todo al que tenes en la nalga y parece un corazón-sonrió sabiendo que podría ser lo último que hiciera ante lo que había dicho.
-Pero...pero no podés ser tan boludo, deja de decir pavadas y vamos a practicar.
-No, me gusta esto de que te pongas nerviosa cuando estás sola conmigo.
-Ah, bueno ahora te me haces el protagonista de novela cursi, déjate de joder, vamos a practicar, porque si me haces perder...
- ¿Qué? -preguntó Ricky demasiado cerca de su rostro. Valencia retrocedió cómo si el estuviera por contagiarle algo. Giró y comenzó a alejarse, no habrá hecho más de dos pasos cuando Ricky la tomó del brazo y la atrajo hacia él. Ella intentó golpearlo, pero él fue más veloz y tomó sus manos. Se miraron, se inundaron en esos misteriosos sentimientos que se negaban. El verde profundo de la mirada de Ricky la encantaba.
- Me soltás o empiezo a gritar como una loca y...
-No vas a poder-contesto él besándola sin que Valencia pudiera determinar si estaba soñando o era una hermosa realidad. Fue como si sus pies se desprendieran de la tierra, la electricidad que sintió en cada poro de su piel no tenía descripción; aflojo su cuerpo y se abrazó a Ricky y él a ella en un beso que ya dejaba de ser inocente. Sintió el cuerpo de Ricky pegándose a ella y fue cuando abrió los ojos para que la realidad la censurara nuevamente.
- ¡No! - le grito y empujo-. No, vas a burlarte como siempre de mi ¡¿Cuánto te pagaron esta vez para besarme desgraciado?!
Quedó paralizado, la vio alejarse corriendo y lo recordó: Eran chicos, 10 años él, ella 8, cumpleaños de, ya ni se acordaba quien y la apuesta "Si besas a la gorda te pagamos 10 cada uno, pero en la boca, si no, no vale", lo hizo detrás de la casa del cumpleañero y cuando Valencia abrió sus ojos, todos estaban allí riendo. Ricky se limpió sus labios y los otros chicos lo palmeaban y le pagaban lo pautado. Los demás señalaban y se reían de Valencia quién salió corriendo de allí seguida por Emilia. Jamás le perdonaría ni se perdonaría esa canallada, aunque fuese un niño estúpido.
Pensó que al regresar a la casa no vería a Valencia y que sus padres estarían esperándolo con toda la artillería pesada, pero no fue, así. Valencia y Emilia reían a toda carcajada junto a Luis tomando un refrigerio en la galería de la casa. Se acercó lentamente sin intención de ir junto a ellos, pero Luis lo saludo y no pudo evitarlo.
- ¿Cómo estás Ricky?, mi prima te envía, saludos, además de estar histérica porque no fuiste a verla- el comentario le sonó a ironía.
-No me digas...pues tendrá que seguir esperando-contesto entrando a la casa.
Emilia miró a Valencia quien solo suspiró.