Vampire Killer: El Ojo de Ra

El Peor Momento (Capítulo 68)

EL PEOR MOMENTO (CAPÍTULO 68)

 

Damien y Keith habían llegado a la cueva ya que había podido averiguar lo que ponía en los libros oscuros, él había podido evitar el hechizo de Jessica pero todo su ejército de cazadores incluido Lucas habían caído en el hechizo oscuro de la bruja.

 

 

El enemigo acérrimo y ex maestro de Leo consiguió averiguar el lugar exacto donde estaba el Ojo de Ra, estuvieron escondidos viendo todo lo que ocurría cuando sintió que no había peligro ordenó a Keith que se quedara entre las rocas a lo que el otro hombre aceptó sin reservas.

 

 

En ese instante el que era agente de la CIA bajó vio a Gabriel en el suelo. Corrió a la entrada se fijó que había un color morado dentro de la cueva, sacó los libros estaba excitado después de tanto tiempo "El Ojo de Ra" sería suyo.

 

 

Pero cuando estaba a punto de entrar notó una presencia giró la cabeza se fijó que el vampiro ya no estaba en el suelo, había desaparecido. Cuando volvió a mirar hacia adelante ahí estaba él.

 

-¿Quién eres?- preguntó el español

-¡Nadie!- contestó Damien

- Si intentabas entrar dentro de la cueva es porque eres alguien que sabe algo relacionado con el "Ojo de Ra".

- ...- El ex agente no contestó.

- ¡Y esos libros que llevas para serte sincero no me dan buena espina!. ¡Así que me da la impresión que eres uno de los malos. Bueno... yo no es que sea bueno del todo. – dijo el vampiro sarcásticamente.

 

 

Pero nada más terminó de hablar Damien golpeó en la cara a Gabriel que salió impulsado contra unas rocas cercanas. Pero enseguida se levantó.

 

-¡Creo que has hecho lo peor que podías hacer!. ¡Ahora te voy a matar!

- ¡Mierda!, ¡no pensé que tendría que enfrentarme a nadie!- exclamó Damien

 

 

El chico español estaba enfurecido y estaba dispuesto atacarle con sus garras, mientras Damien también se preparaba para luchar.

 

 

Gabriel empezó atacarlo pero el que fue maestro comenzó a esquivar todos sus ataques con bastante facilidad.

 

-¡No eres un humano cualquiera!. ¡Esa velocidad no es normal!

- ¡Soy más que un humano!. ¡Soy un súper hombre!- gritó Damien extasiado.

 

 

El hombre se había convertido en el súper hombre más fuerte de todos, había conseguido evitar la muerte siendo conejillo de indias en el experimento de una nueva fórmula y había conseguido un fuerte mayor a todos los experimentos con humanos anteriores.

 

 

Aunque al principio no quería luchar, ahora estaba tomando este duelo como un adelanto para su enfrentamiento contra su mayor enemigo Leo.

 

 

Gabriel escapó de los ataques de su rival, con mucha dificultad mientras comenzó a concentrarse en los puntos débiles de su enemigo. Recordó que el cazador que mató a su familia era más rápido pero menos fuerte que este individuo.

 

 

Damien se había hecho el más fuerte de los cazadores con un solo puñetazo podía destrozar el suelo o la cabeza de su enemigo, pero en cambio había perdido velocidad ya que el súper hombre que él se enfrentó en Delania 17 años atrás era mucho más rápido que este enemigo.

 

 

Si bien aquella vez se salvó por que la fórmula era momentánea y solo duraba pocos minutos y pudo acabar con el asesino de su familia, actualmente era diferente porque este súper hombre era mucho más fuerte que aquel pero también tenía un fallo extremadamente grave ya que se habían obsesionado tanto con la fuerza que no se habían dado cuenta que la velocidad se resentía.

 

-¡Has cometido un error!. ¡Nunca me ganaras!

-¿Cómo dices?

-¡El ganador seré yo!- el español se señaló a el mismo.

 

 

Damien enloquecido por las palabras de rival fue a por él, pero Gabriel empezó a evitar los ataques con mucha más facilidad que antes, y comenzó a golpear al ex agente con gran fuerza en varios puntos exactos de cuerpo causándole gran dolor al enemigo.

 

-¿Porque no puedo darte?. ¡Soy más fuerte que tú!.

 

 

Las garras del vampiro se clavaron en el estómago del enemigo de Leo que no podía creer como había sido vencido tan fácilmente.

 

-¡Has cometido el error de potenciar solo la fuerza!. ¡Olvidándote de la rapidez!. Si hubieses hecho eso jamás te habría podido ganar.

 

 

En ese instante sacó la garra, y golpeó en la cara de su adversario lanzándolo contra una montaña cercana pero el impacto fue tan fuerte que hizo que varias de las rocas más grandes de la montaña cayeran sobre Damien y lo aplastaran.




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