Capítulo 1. Oscuridad.

Aquí estoy yo, en el baño, acorralado por Jackson y Ethan, ambos sonriéndome con ironía y burla, la maldad está reflejada en sus ojos. Sentí como mi cuerpo comenzó a temblar, por favor hoy no.

- ¿Q-que quieren? - les pregunté con temor.

- Oh, vamos Stiles, ¿Acaso nos tienes miedo? - se burló Ethan y se acercó mas a mi.

Retrocedí por acto reflejo unos pasos atrás.

- Yo, por favor, déjenme ir - les pedí.

- No creo que eso sea posible, todavía no nos divertimos - dictaminó Jackson mirándome con una sonrisa macabra.

Mi corazón comenzó a acelerarse por el miedo, el pánico se apoderó de mi cuerpo. No quiero que me golpeen otra vez.

- Si, esto se pondrá divertido ahora - Ethan se tronó los dedos de sus manos y en dos grandes zancadas se acercó a mi.

Lo siguiente que sentí fue un fuerte golpe en mi estómago que me sacó todo el aire, caí en el piso agarrándome el estómago, duele mucho, de un fuerte tirón Jackson me levantó del suelo, me sostuvo de la camisa empotran-dome con la puerta de un cubículo, corregida. ano hecha puño y me dio un golpe de lleno en el pecho.

Intenté defenderme pero no pude hacer mucho, ellos son hombres lobos y yo solo un humano.

Caí al piso otra vez, donde los dos comenzaron a patearme en el estómago o en las piernas, en general en todo mi cuerpo, con mis brazos me cubrí el rostro, no quiero que ningún profesor o estudiante se de cuenta de las hematomas.

Golpes tras golpes recibí durante mas de quince minutos, siento que me han roto todas las costilla, la sangre desde hace un tiempo que comenzó a correr por partes de mi cuerpo. ¿Por que me hacen esto?.

-¡¿No vas a suplicar que nos detengamos, asesino?! ¡Eh! - otra patada fue lo que recibí después de que Jackson terminase de decir eso.

No respondí, no quiero darles el gusto de eso, solo escupí algo de sangre por la boca en sus zapatos caros.

-¡Maldito, como te atreves! - bramó furioso Jackson y otra vez otra serie de golpes comenzó.

Cuando se cansaron por fin, me dejaron ahí tirado en el baño y salieron. Me levanté después de un rato con dificultad, me duele todo, apoyándome con la puerta del baño logré ponerme de pie, con pasos temblorosos caminé hacia el lavamanos, me apoyé en ella y miré mi reflejo en el espejo, menos mal que mi cara no sufrió ningún golpe, pero aun así un pequeño hilo de sangre corría por mi barbilla, abrí la llave para lavarme la cara, miré hacia mi cuello, una hematoma se estaba formando, ahora entiendo que por esa razón escupí sangre. Cerré la llave una vez terminé de lavarme la cara para después arreglarme la ropa, agradezco que no hayan despedazado mis prendas pues eso sería algo realmente malo.

Salí del baño con pasos lentos, ¡Demonios! Que me duele todo. El timbre a sonado desde hace unos minutos atrás, por lo que ahora todos han de estar ya en las clases, pero yo no puedo entrar, no así, siento que en cualquier momento me desmayaré, decidí irme a casa, faltar un día no me hará daño, caminando lentamente por fin pude salir del instituto, pero estando afuera recordé que dejé mi mochila en el salón de la clase de química, ¿Que hago? Ya no quiero regresar, si apenas pude caminar hasta aquí no creo que aguante ir otra vez y volver de nuevo. Decidí por dejarlo ahí, ya mañana podría ir por ella, retomé mi camino hasta llegar a mi jeep, me monté en ella y salí de ahí.

¿Por que son así conmigo? Todo comenzó cuando el zorro oscuro que poseyó mi cuerpo me dejó, ellos me culparon de la muerte de dos de los miembros de la manada, Allison y Aiden. Pero la verdad es que yo nunca los maté, lo que intentaba, a pesar de llevar conmigo al zorro malvado, era salvarlos, salvarlos del horrible ser que apareció de la nada, pero no pude hacer nada, cuando me encontraron los demás chicos de la manada, yo estaba con los dos cuerpos frente a mi, nunca dejaron que les explicase lo que verdaderamente pasó, simplemente me culparon. Por mas que intenté que me escucharan jamas lo hicieron, es mas, le dieron la razón a todas las mentiras que Theo les decía, el nuevo miembro de la manada. Es así como comenzó mi pesadilla. Creí que al menos una persona estaría a mi lado, pero no fue así, Derek Hale, mi ex novio me dejó el mismo día que sacaron al nogitsune de mi cuerpo, solo fui un juego para él, o eso fue lo que me dijo, poco tiempo después comenzó a salir con la maestra de ingles, Jennifer Blake.

De mi padre ni que hablar, se la pasa en la comisaría todo el tiempo y las veces que me topo con él en la casa me ignora, incluso cuando me ve todo golpeado, el sabe de los maltratos de la manada hacia mi persona pero no dice nada, en su mirada puedo ver que dice que me lo merezco aunque no lo dice en voz alta. Me duele, duele que mi padre sea igual que el resto, tal vez solo debería desaparecer para siempre, como mi mamá.

Al llegar a casa, me bajé del jeep y caminé hacia la puerta, la abrí para entrar. Subí a mi cuarto apoyando mi mano por el barandal de las escaleras para no caerme, por que de verdad que siento todo mi cuerpo débil y adolorido, se que debería ir al hospital, pero si lo hago llamaran a mi padre y la verdad no quiero verlo, se que eso solo lo hará molestar y puede que en vez de recibir un tratamiento recibiré mas golpes de su parte. En lo que me pareció todo una eternidad por fin pude llegar a mi cuarto, entré en ella despojándome de mis ropas para darme una ducha, tal vez así pueda calmar al menos un poco del dolor que siento.

Me bañé con calma intentando relajar mi cuerpo, todo mi cuerpo estaba cubierto de hematomas, unas de un tono verdes y otras estaban volviéndose morados e incluso oscuros. Recargué mi espalda contra las baldosas del baño y deslizándome me quedé sentado bajo la lluvia artificial. Algunas lágrimas comenzaron a salir de mis ojos seguido de unos sollozos -¿Me merezco todo esto?- Yo siempre e estado con ellos, siempre intentando dar lo mejor de mi siendo solo un humano, entonces... ¿Por que ellos no puedes estar para mi cuando los necesito?.