Ariana no puede creer lo que está viendo, está segura que el chico que salió junto a Ariel, es Marcos, camina deprisa.
Ariel se detiene en la vereda de espalda, Ariana nota que no saluda al que salió por delante de él. Siente su corazón a mil, una alegría invade su cuerpo, sus ojos se ponen llorosos, siente ganas de correr, pero sus piernas no reaccionan. Está más cerca y a la vez, el sujeto igual a Marcos se aleja más y más, Ariel voltea y se sorprende quedando petrificado por la presencia de Ariana.
—Hola peque — dice Ariel y va hacia ella, intenta esquivarlo pero Ariel la abraza fuerte — Que gusto verte Ariana — le da un beso en la mejilla y después la mira — Eh, ¿te pasa algo?.
—Ariel déjame, quiero verlo — dice Ariana, queriendo zafarse de los brazos de Ariel y derramando unas lágrimas, ve como Ariel mira al sujeto que está más allá de la esquina.
—¿A quién peque? — le pregunta Ariel.
—Estoy segura que es Marcos. Ariel no te hagas el boludo, sabes de qué hablo— se apoya en el pecho de Ariel — ¡Quiero verlo!
—Te estás equivocando Ariana, ése no es Marcos, si a él te refieres — La abraza fuerte al sentir que llora pegado a él.
—Estoy muy segura que es él — Ariana ocultando su rostro, seca sus lágrimas
— El otro día tenías un mensaje de un compañero diciendo que lo vio y ahora yo lo veo, ya no es un rumor— siente que sus ojos se llenan de lágrimas y un nudo corta su respiración, hace todo lo posible por no llorar, no quiere pasar la oportunidad de verse con Marcos.
Ariel intenta consolarla y la abraza fuerte. La invita a pasar a su departamento.
Ariana entra al departamento, nerviosa y al borde del llanto, está segura de haber visto a Marcos salir del edificio.
—Te digo que te estas confundiendo peque — Ariel se lo niega — Mejor te preparo un té para que te relajes—Ariel se encuentra nervioso —Mica me preparas un té para Ariana — la lleva y la sienta en el sillón.
Sale Micaela de la cocina y ve a Ariana, para volver a meterse en la cocina.
Ariana toma aire y se relaja, Ariel la observa esperando a que comience a hablar, Ariana se limpia los ojos y siente el perfume de Marcos en el departamento, sus dudas fueron despejadas, solo tiene que saber cómo encontrarlo, «ya fallé una vez y no lo haré de nuevo»
—¿Por qué viniste Ariana? — preguntó Ariel que toma asiento frente a Ariana.
«Porque tuve una corazonada Ariel» — Es que hoy fue un día muy extraño — mira a Ariel que hace un pequeña sonrisa, como si algo de lo que dijo lo tomara por sorpresa — cuando volví del bar a casa, entró en casa y veo a Rubén durmiendo en el sillón, con eso todo se hizo realidad, mis padres se estaban separando de una vez por todo, me dio mucha tristeza por mi madre, creo que me tomé un café, después busqué mis cosas y me fui a la Universidad — dice relajada.
—¿Hablaste con tu madre al volver de la escuela?—interrumpió Ariel.
—Por el momento no, pensé que se pelearon de noche y por eso Rubén terminó en el sofá. Cuando vuelvo de la Universidad, las cosas de Rubén ya no estaban, mi madre seguro trabajaba y yo estaba muerta de sueño que no tuve tiempo a comer, me fui directo a la cama— dice Ariana y ve cómo se acerca Micaela con la taza de té en la mano.
—Aquí tienes Ariana, tú té, te hice de manzanilla, para que te sientas mejor— y sonríe.
—Gracias Mica, sos divina — responde Ariana.
—Eres muy linda Ariana, mi hermano cada tanto me habla de vos, pero nunca me mencionó tu belleza—Micaela, sonríe, pero se pone sería muy rápido — espero que no estés pasando por algo muy grave.
—Oh gracias, vos también sos muy linda, me gustan como te quedan los anteojos— toma la taza que le ofreció— está bien, no te preocupes Mica, tu hermano es mi mejor amigo y cuando estoy mal puedo confiar en él plenamente.
—Qué bueno, ojalá tuviera un amigo como lo es mi hermano con vos—Micaela junta sus manos a la altura de su cara, como si estuviera suplicando — Te gustaría comer tarta, hice de verdura y de jamón con queso.
—Muchas gracias Mica, pero ya comí antes de salir de casa— da la mejor sonrisa que puede poner.
—Al final nadie quiere comer mi tarta— reclama Micaela y se va para la cocina.
—¿Vos no vas a comer Ariel?
—Claro que si peque.
«Las mentira tienen patas cortas Ariel»— Menos mal, tanto cariño habrá puesto en cocinar — dice Ariana y mira como Ariel se ceba un mate—Por la cara de asco que pone, comprende que el agua estaba fría, «estuvo tomando mate hace un rato por lo visto»— ¿Ahora si Ariel dime la verdad, ese que se fue era Marcos?
—No era Marcos Ariana, cuando sepa algo de él, te lo diré. Sé cuánto lo querías ver y debes ser la primera en enterarte si él aparece, ojala que sea cierto que él está de vuelta, yo también lo extraño y le debo todo, recuerdas que él me consiguió el trabajo que tengo y el departamento en el que estoy ahora—dice Ariel.
Ariana lo mira, Ariel se para y se lleva el termo con él — caliento el agua y vuelvo.
Ariana también se para y va a la ventana, sale al balcón a tomar aire.
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Editado: 19.03.2024