12:01 p.m. - Hora Uno

12: 01 p.m.

Hora uno. 

Me concentro en escuchar el sonido de la televisión, donde están pasando el corte informativo, solo logro escuchar palabras clave, pues el volumen es tan bajo que no logro distinguirlo por completo, y lo que logro descifrar es tormenta de nieve, y temperaturas bajas, usar abrigos y quedarse en casa. También desean feliz año nuevo.

O eso es lo que pienso.

Pienso que ya sabia de la tormenta de nieve, justo afuera está cayendo nieve, también usar ropa abrigadora.  Tengo puesto mi abrigo, y adentro tengo una bufanda, también tengo guantes.

Antes de dar otro sorbo, me aseguro de enserio tener todo lo necesario en mi mochila, no quería tener otro imprevisto. Esta mi traje, mis guantes los punto en la bolsa lateral y mi bufanda la dejo al alcance.

Trato de regresar a mi platillo, cuando me veo interrumpido, la chica del abrigo rojo me mirando, atenta, primero es incómodo, esta tan cerca que noto sus facciones caras redonda, ojos grandes y sonrisa tan dulce e intimidante. Pestañea, una, dos veces. 

Doblemente incomodo y raro.

Sonríe tanto que noto sus perfectos dientes blancos.

 —Oye —hablo, no tenía la misma voz fuerte, tampoco se notaba molesta, como hace unos segundos,  se acercó tanto como pudo, observando mi plato, se encontraba a escasos centímetros de mí, la mire sorprendido, enserio lucia como una demente — ¿Podríamos cambiar de plato?, ¿Te gusta el jangjangmyun?

—No me gusta.

Respondí cortante, y quité mi atención sobre ella, pero ella era imposible. Su intensa mirada no me dejaba hacerlo.

—Por favor — esta vez hizo un puchero combinado de una mirada tierna.

Rodé los ojos y traté de ignorarla, dando otro bocado, pero no despegaba la vista sobre mí, y comer enfrente de alguien así, no era cómodo, además de que veía como asechaba mi plato de comida.  

—Es enserio, no me vas a dejar comer en paz.

Reclame esta vez irritado y de mal humor.

—Por favor, el jangjangmyun me provoca gases.

Casi me atraganto con mi saliva, mientras miraba incrédulo a aquella chica ante tal confesión. Sus mejillas se pusieron rojas, también sentí como mi cara comenzaba a calentarse de vergüenza.

—Yo estoy sufriendo jaqueca y esto me ayudara.

—Por favor, por favor, por favor, por favor … — dijo innumerables veces, deje de contar después de cinco, tape su boca con mi mano para que ella callara.

—Si lo hago cerraras la boca — ella solo logro asentir en forma afirmativa, intercambie mi plato y antes de que se girara de nuevo susurro “Gracias”.

Su plato estaba intacto espere unos segundos, por si cambiaba de opinión cuando se diese cuenta que tenía dos bocados menos pero solo escuchaba como sorbia el caldo caliente,

Yo por otra parte no era fan del jangjangmyun, pero era mejor que tener que ser interrumpido en mi segundo bocado. Lo probé, aunque prefería comer algo caliente, traté de comerlo lo más rápido que podía, solo tenía cinco minutos más, antes de que comenzaran a abordar el tren. Eso me ponía mas nervioso.

Revise mi teléfono de nuevo, no tenía nuevos mensajes, nada. Estaba mas solitario que un desierto.

Cuando esa chica salió corriendo unos diez minutos después fue un dolor de cabeza.

—¡Gracias chico del abrigo azul!

Grito la chica desde la puerta justo antes de salir, mientras hacia corazones con sus manos, y sonreía. Su gesto me hizo casi sonreír, lo hubiera hecho, porque fue lindo no es normal que una chica hiciera eso a un desconocido, aunque también fue el doble de incomodo que verla robar mi plato de comiza y me dejo sorprendido y totalmente muerto de vergüenza. Cuando me percate que las personas que estaban ahí se nos quedaron viendo.

Agache la cabeza y termine con mi ultimo bocado de comida.

Volví a mirar el reloj de la televisión, llevaba dos minutos de retraso, después de pagar salí corriendo en dirección a la estación del tren, atravesé la calle mientras me ponía mi bufanda.

Cuando estuve en la sala de abordar apenas tenia el aliento suficiente como para respirar, entregue mi boleto y me forme en la fila, los últimos pasajeros estaban por abordar.

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Gracias por darle una oportunidad a mi historia.