Veinticuatro horas | Kim Tae-Hyung | V | Bts

12:26 p.m. - Hora Dos

12:26 p.m.

Hora dos

Viajar en tren no era como lo pintaban en todos esos comerciales que ponían en la televisión, si era más rápido que tomar el autobús, y servía de maravilla para atravesar el país entero y gastar poco dinero, en ocasiones solían ser cómodos, sobre todo los vagones de primera clase. Incluso en algunos trenes podías meterte a una cabina de karaoke, o había servicio de cafetería.

Yo no era fan de viajar en tren.

Cuando era pequeño me encantaba viajar en estas épocas a Seúl, sentarme en uno de estos asientos y comer durante todo el camino chocolate caliente y perderme mientras veía como todo el paisaje se llenaba de la nieve que caía una y otra vez.

Pero sobre todo no me gustaba viajar en tren solo. Odiaba cuando debía sentarme en un asiento y tener a dos desconocidos frente de mí, porque si, los trenes tenían cuatro asientos en donde quedabas justo enfrente de otra persona totalmente desconocida. Es era incómodo.

Cuando abordo el tren no me sorprende verlo casi repleto, todos iban camino a ver a sus familiares, maletas y bolsas de regalos era lo que abundaba en los compartimentos, avanzo dos vagones más, no quería estar en medio de todas esas personas que me recordaran que era un mal hijo por no ir camino a casa y fingir que debía de trabajar.

Conforme avanzo el número de personas comienza a disminuir. No dejo de avanzar hasta que encuentro el penúltimo vagón que está vacío. Rezo porque así este durante todo el viaje.

No me molesto en subir mi mochila en el compartimento simplemente me siento junto a la ventana y estiro mis piernas. Acompañado de un gran, gran bostezo, tengo tanto sueño que podría quedarme ahora dormido sin ninguna dificultad, la noche anterior me había dormido tan tarde, y toda la semana apenas podía dormir tres horas.

Reviso de nuevo mi teléfono, son las doce con veintinueve, si tengo suerte aun podré llegar a tiempo a la cena, en realidad aun iba con buen tiempo, aunque aún debería de darme una ducha antes, mandar a planchar mi traje, ya no podría ver antes a Hye-Min y mucho menos podría comprarle esas flores.

Pero aún tenía esperanza de poder llegar a tiempo.

Era lo único que importaba. De eso me trato de convencer.

En punto de las doce y media el tren comienza a cerrar las puertas y escucho como suenan los motores y poco a poco comienza a moverse, siento como se me estruja mi estómago.

Ahí es donde comienzo a sentir todos esos nervios comienzan a aparecer.

Abro las rendijas de calefacción, aun siento como todo mi cuerpo está helado, las manos mis mejillas mis pies, todo mi cuerpo esta frio, afuera el clima apenas llegaba a menos cinco grados centígrados.

Tomo mi teléfono para revisar de nuevo como debo llegar a la central de autobuses una vez que llegue a Suwon, sin duda no era tan grande como Seul, había estado ahí en otras ocasiones, pero todas esas veces había viajado con diez personas más. Jamás solo.

Reviso la ruta  muy cuidadosamente, por suerte esperaba que el clima estuviera mucho mejor que aquí. Porque no quería que la boda de Hye-Min estuviera en medio de una tormenta de nieve.

Hye-Min siempre soñó con una gran boda, una boda justo frente al mar, el primer día del año, con todos mirándola mientras la música sonaba y ella caminaba con un enorme vestido blanco y flores rosas adornando su cabello, y un chico más alto que ella esperando en el altar con un traje negro.

No sé si dentro de sus planes siempre pensó que sería el chico que la tomaría del brazo mientras caminábamos por ese estrecho camino hasta el altar, o solo era una de las cosas que se le había metido hace dos meses.

Generalmente siempre el padre era el que llevaba a la chica caminando en medio de todas las personas, pero ella era hija unica, su madre no tenía familia y su papá había fallecido hace tantos años que ni siquiera lo conocí.

Y claro que cuando me lo dijo en medio de la noche, en una de esas llamadas que teníamos no pude negarme.

No solo era el chico que tomaría su brazo mientras caminaba en medio de todas esas personas mientras llegábamos con el hombre que se casaría, también seria quien diría ese discurso, también era su mejor amigo, y también debería de ser la primera persona que debería de estar con ella ahora, mientras sé que se está muriendo de los nervios, por eso había planeado comprar orquídeas y llegar dos horas antes.

Si todo eso quería hacer, aunque hubiera planeado no asistir, aún tenía miedo. Pero antes de quitarme el abrigo luego de regresar de esa cena de trabajo, le dije a Ho-Seok.

—¿Mañana vas a ir a tu casa?

Le pregunto, sus padres vivían cerca de Seúl.

—Si, habrá una gran cena, ¿Tu?

—Hye-Min se casa, pero no pienso ir.

Lo dije no tenía nada que ver, pero era algo que quería decir en voz alta desde que sabía la fecha, era algo que quería sacar, y pensé que cuando lo diría en voz alta me temblaría la voz. Pero dolió tanto, que no tardaba en suceder.

—¿Cómo que no vas a ir a su boda?, ¿Cuándo es?

—Pasado mañana, mañana es la cena de ensayo...



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Editado: 09.01.2021

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